AGOSTO 2025

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lunes, 19 de mayo de 2025

KAI-FU LEE: Experto en IA. ¿Cómo la inteligencia artificial ayudará a los profesores?



Kai-Fu Lee es uno de los mayores expertos mundiales en inteligencia artificial. Presidente de Sinovation Ventures y expresidente de Google China, el ejecutivo taiwanés también ha sido parte de los equipos de Apple, SGI y Microsoft. En su último libro, 'Superpotencias de la inteligencia artificial: China, Silicon Valley y el nuevo orden mundial', analiza cómo los grandes avances teóricos en inteligencia artificial han producido prácticas aplicaciones que están a punto de cambiar nuestra vida.

En este vídeo, Kai-Fu Lee analiza cómo las nuevas tecnologías pueden mejorar la labor educativa y el trabajo de los profesores. Crítico con la falta de adaptación tecnológica en las aulas, Lee sostiene que "la educación debería ser reiniciada". El experto asegura que, al integrar la inteligencia artificial en las aulas, "el profesor podría ahorrar hasta un 40 o un 50 % de su tiempo". El científico taiwanés apuesta por invertir ese tiempo en las relaciones interpersonales, "ese es el futuro de la educación", sostiene. Y para que los niños estén preparados para un futuro laboral en el que la tecnología tendrá un gran impacto, propone un nuevo foco de la educación: "Deberíamos centrarnos en las tres C: curiosidad, pensamiento crítico y creatividad".

domingo, 23 de marzo de 2025

TECNOLOGÍA: MOTOR DE LA HUMANIDAD

 

Por Guillermo Ceballos Serra

La tecnología ha sido, desde los albores de la civilización, el gran motor del progreso humano. No es solo un conjunto de herramientas o inventos, sino la fuerza impulsora que ha permitido a nuestra especie trascender sus limitaciones naturales y transformar el mundo que la rodea. A través de la innovación, hemos conquistado territorios, superado enfermedades, expandido nuestro conocimiento y redefinido nuestra forma de vivir. En este recorrido, la tecnología no solo ha sido un reflejo de nuestra creatividad y necesidad de adaptación, sino también un factor clave en la evolución de nuestras sociedades.

Imaginen por un momento que despiertan en un mundo sin tecnología. No hay luz eléctrica, no hay teléfonos, no hay internet. No hay automóviles ni aviones. Incluso el concepto de escritura, una de las primeras tecnologías humanas, no existe. Estamos de vuelta en un tiempo en el que la única forma de transmitir conocimiento es de boca en boca, y donde la supervivencia depende exclusivamente de la fuerza física y la adaptación al entorno.

Suena imposible, ¿verdad? Y, sin embargo, hace miles de años, la vida era así. La historia de la humanidad es la historia de la tecnología. Desde que un grupo de nuestros ancestros aprendió a usar herramientas de piedra, cada avance ha sido un peldaño en la escalera del progreso. Hemos domesticado el fuego, creado la rueda, construido civilizaciones y, en el proceso, hemos redefinido constantemente lo que significa ser humano.

Pero ¿qué es realmente la tecnología? 

Muchas veces pensamos en ella como algo moderno, como computadoras, robots o inteligencia artificial. Sin embargo, la tecnología no es solo lo digital. Es cualquier aplicación del conocimiento para resolver problemas y mejorar nuestras vidas. Desde las herramientas más simples hasta los sistemas más complejos, la tecnología es el puente entre la imaginación y la realidad, entre la necesidad y la solución.

La tecnología no es solo algo que creamos; es algo que nos transforma. Nos da nuevas formas de comunicarnos, de entender el mundo y de extender nuestras capacidades más allá de nuestros propios límites físicos e intelectuales. Cada avance tecnológico cambia nuestra forma de vivir, de trabajar y de relacionarnos, generando nuevas oportunidades, pero también nuevos desafíos.

A lo largo de la historia, la tecnología ha generado visiones opuestas sobre su impacto en la humanidad. Los tecno-utópicos creen que el avance tecnológico resolverá todos los problemas sociales y económicos, llevando a una era de abundancia y bienestar sin precedentes. En el otro extremo, los tecno-pesimistas advierten sobre los peligros del progreso descontrolado, desde la automatización que desplaza empleos hasta la inteligencia artificial que podría escapar de nuestro control. Entre ambos extremos, los tecno-optimistas reconocemos los desafíos, pero confiamos en la capacidad humana para dirigir la tecnología de manera responsable y aprovechar su potencial para mejorar la vida de las personas.

En este contexto de cambio constante, surge una pregunta clave: ¿quién es responsable de capacitar a los trabajadores para mantenerse al día con la evolución tecnológica? La respuesta no es única. Por un lado, las empresas tienen el deber de invertir en la formación de sus empleados, no solo para aumentar su productividad, sino porque su propia supervivencia depende de ello. En un mundo donde la tecnología redefine constantemente los modelos de negocio, las organizaciones que no capaciten a su gente quedarán rezagadas frente a aquellas que sí lo hagan. Sin embargo, también recae en cada uno de nosotros la responsabilidad de mantenernos actualizados y desarrollar nuevas habilidades. En un entorno laboral en constante transformación, la empleabilidad ya no depende solo de lo que sabemos hoy, sino de nuestra capacidad de aprender y reinventarnos continuamente. 

Este concepto, conocido como learnability o capacidad de aprendizaje, se ha convertido en una de las competencias más valoradas en el mercado laboral. No se trata solo de acumular conocimientos, sino de ser capaces de adaptarnos rápidamente a los cambios y adquirir nuevas habilidades según lo requiera el contexto. La educación no termina con un diploma; se convierte en un proceso vitalicio

Hoy tenemos la suerte de explorar este universo fascinante, entendiendo cómo la tecnología ha evolucionado a lo largo del tiempo y cómo se divide en diferentes categorías que impactan nuestra vida cotidiana. Desde la tecnología médica que salva vidas hasta la biotecnología que revoluciona la agricultura, desde la inteligencia artificial que transforma la economía hasta la exploración espacial que nos lleva más allá de nuestro planeta, veremos cómo cada una de estas áreas nos ha traído hasta aquí y nos llevará al futuro.

La tecnología es mucho más que herramientas y dispositivos; es la manifestación del ingenio humano. Y la gran pregunta que debemos hacernos no es solo qué podemos crear, sino qué queremos lograr con ello. Porque, al final, la tecnología no define quiénes somos… somos nosotros quienes definimos lo que la tecnología puede llegar a ser.


sábado, 9 de noviembre de 2024

EL ITS: UN TÍTULO DE VIDA QUE NO SE APRENDE EN LAS AULAS

 


Por Ignacio Imaz, CEO & Co Founder - CRUCIJUEGOS

Hace unos años, alguien me preguntó si había hecho un MBA o un Máster. En ese momento, me quedé callado. Me dio un poco de vergüenza, porque no tenía ese título que muchos buscan. Así que, con una sonrisa, simplemente no respondía.

La verdad es que, cuando terminé el colegio y mencioné que quería estudiar ingeniería industrial, me dijeron algo que todavía resuena en mí: “Si querés estudiar, hacelo de noche, porque de día te necesito trabajando.” Y así fue. En vez de seguir el camino convencional, opté por este camino: de día, trabajo; de noche, estudio. Con el tiempo, empecé a llamarlo mi propio “ITS”.

Algunos me miraban raro cuando mencionaba esto. Unos pocos me preguntaban qué significaba, y ahí les explicaba que el “ITS” era un título que no se encontraba en las universidades: “Ir a Trabajar Seguido.” Aprendí en el mejor lugar, la vida misma, enfrentando desafíos desde temprano, trabajando más de 10 horas por día y aprendiendo del resto, absorbiendo experiencias.

No quiero decir con esto que estudiar no es importante, todo lo contrario. Pero si en algún momento el tiempo no te lo permite, siempre se puede aprender de cada experiencia que se te presenta.

Esos años fueron el mejor “máster” que pude haber hecho. Un “ITS” que me formó para la vida, porque a veces, las lecciones más valiosas no vienen de un aula, sino del día a día.

¿Qué es el ITS? 

“Ir a Trabajar Seguido.” Un título que no lo da una universidad, pero que enseña tanto o más.


viernes, 14 de septiembre de 2018

¿ES OBSERVABLE EL APRENDIZAJE PERSONAL

Por Ilia S. Rodriguez, Ph.D, Chief Human Resources Officer en   
Triple - S. Puerto Rico.                                              

Las personas aprenden de diferentes maneras. Principalmente, tiene que ver con la forma en que las personas reciben la información, la procesan y cómo reaccionan frente a ella. Hay abundante investigación sobre cómo las personas hacen cada paso. También hay técnicas para poder ayudar a las personas a aprender de manera efectiva. Estas técnicas permiten a las empresas capacitar a sus empleados sobre nuevas herramientas de trabajo, procesos o procedimientos de la compañía, información y expectativas de rendimiento esperado, entre otros. Al final, el aprendizaje tiene como objetivo ayudar a las personas a ser exitosas e impulsar el desempeño positivo de la empresa.

Como supervisor, ¿cómo puede identificar que sus empleados aprenden? Es una pregunta importante. Podría ser la diferencia entre alcanzar metas o no, o avanzar en su carrera profesional. Incluso podría afectar su futuro en la organización.
El aprendizaje personal implica la disposición de los empleados para aprender, su propio interés en el tema en cuestión, así como su capacidad intelectual y emocional para participar en un proceso de aprendizaje. Puede estar atento a comportamientos que demuestren que el empleado está activo en Aprendizaje Personal.

Los siguientes comportamientos son indicadores de aprendizaje personal:
  • Cuando interactúan con otras personas, son conscientes de las reacciones de los demás y se modifican en consecuencia.
  • Son sensibles a los comentarios para adaptarse a un conjunto diferente de expectativas.
  • Con frecuencia, solicitan comentarios a los demás y hacen esfuerzos para generar interacciones efectivas y productivas.
  • Actúan sin vacilación para aprender porque creen que es beneficioso para su éxito personal y profesional.
  • Cambian la forma en que hacen una tarea o se acercan a una situación.
  • Intentan nuevas formas de hacer las cosas y esperan las reacciones de los demás
  • ¿Sus empleados demuestran los comportamientos anteriores? ¿Practicas los comportamientos de arriba?

Hoy es un buen día para estar más activo en su Aprendizaje Personal.

martes, 27 de febrero de 2018

LA FORMACIÓN ES LA CLAVE




Por Gabriela Oliván
Directora de Comunicaciones Corporativas de Accenture para Suramérica

Hasta hace poco, la ciencia ficción enaltecía el futuro porque parecía haber hallado la fórmula mágica para cortar en diagonal las dimensiones de tiempo y espacio con una gran aliada. Los avances tecnológicos ofrecían soluciones impensadas a los viejos problemas, donde todo parecía posible. Las innovaciones permitían abaratar costos y generar nuevos productos y mercados sin solución de continuidad. Pensemos solo el cambio en los hábitos de comunicación que se dio en lo que va del siglo con la evolución del sistema de telefonía celular, con proveedores que no existían hace 17 años.

Como en todo proceso social, el péndulo se fue rápido al otro extremo: la euforia dio paso a la incertidumbre al descubrir, en una mirada más realista, la necesidad de reconvertirse o languidecer. No en lenta agonía, característica de la era industrial, sino con la rapidez de la era de la información. ¿Dónde está Blockbuster, cuándo dejó de reinar Kodak? 

La gran incertidumbre se depositaba en dos variables: el virtual descontrol del proceso innovativo hasta hacerlo autónomo y el temor al reemplazo del trabajo manual (y hasta el calificado) por servicios que prescindía del esfuerzo humano para ejecutarlo. Una buena noticia para liberarse de la esclavitud del trabajo rutinario y repetitivo, pero una mala para el que solo cuenta en su portafolio de habilidades con las que son fungibles por sistemas que lo hacen mejor y más barato.

Pero tampoco esta visión más ‘realista’ sería completa si no se considerara que hay empleos que desaparecen porque implosionan las industrias que los sostuvieron, o se reorganizaron sobre la base de otro ‘mix’ de capital y trabajo, a la vez que otros emergen, demandando un nuevo perfil de colaborador al que solo una formación actualizada puede dar respuesta. No es una suma algebraica entre puestos que caen y otros que surgen. Los puestos de trabajo que cotizan en baja son aquellos que procesan información mediante actividades repetitivas y que no agregan valor.

No es una novedad. Por siglos el conocimiento fue sustituyendo la fuerza humana por aplicaciones y sistemas organizados. Lo que sí ha cambiado fue la velocidad del progreso, un vértigo que produce reacciones defensivas de parte de quienes creen que es un juego de suma cero o negativa y su destino es la desocupación permanente o la precariedad. Pero la diagonal para poder sortear esta restricción tiene una clave y es la formación. No solo la adquisición de nuevos conocimientos, sino también de actitudes, algo más difícil, pero no imposible de conseguir. 

Es que el nuevo paradigma de producción consiste en mayor capacidad de adaptación (porque el cambio es la constante y no algo esporádico), disponibilidad para comunicarse con otros, pues se trabaja cada vez más en red, formando equipos de personas que a veces ni siquiera están en un mismo espacio físico, y empatizar con lo que ocurre alrededor.

Todo esto conforma un cambio multivariable con una interacción y velocidad, que cuesta identificar aisladamente unos aspectos de otros para poder aislarlos y actuar sobre cada uno de ellos. Es como domar un potro de corcoveos imprevisibles, pura adrenalina con dos premios sucesivos: el permanecer arriba el mayor tiempo posible y terminar entero la faena. Y, claro, también con el más importante de todos: el decidirse a montarlo.


jueves, 31 de agosto de 2017

SEGURIDAD: FORMACIÓN DEL PERSONAL POLICIAL



Por Alejandro Salomón, Director Ejecutivo de la Escuela Nacional de Inteligencia en Agencia Federal de Inteligencia (AFI)  de la República Argentina.

El ya muy prolongado problema de inseguridad que padece la totalidad de la región ha llevado a practicar un sinnúmero de reformas que abarcan  un amplio barrido del espectro ideológico, pasando desde medidas que se identifican con la derecha, como la mano dura o tolerancia cero (generalmente mal entendido este último término); hasta aquellas que se identifican con los sectores más de la  izquierda, como el abolicionismo penal, o el garantismo, también mal entendido y peor aplicado por algunos jueces.

El Sistema Penal está conformado por tres subsistemas: policial, judicial, y penitenciario. En toda reforma que se intenta siempre se focaliza  el policial, y esto tiene una explicación. El Subsistema Judicial es una estructura con su propia autonomía, y una burocrática muy rígida. Cualquier reforma que se intente requiere necesariamente su consentimiento, y como dice Dick Morris, “nadie cambia un sistema que lo emplea, le paga el sueldo y no lo hecha”.

Con respecto al Subsistema Penitenciario, cualquier reforma en éste es muy onerosa para las arcas públicas. En términos estrictamente electorales no hay peor plata que la gastada en el subsistema penitenciario, aunque esto se convierte en un grave error en el largo plazo; esté subsistema no es visible para la mayor parte de la ciudadanía, pues se desconoce (y para la mayoría poco importa) por completo lo que pasa adentro; y por último,  tampoco  impactará en lo inmediato en la seguridad, pues una mejora en los niveles de resocialización de las personas privada de libertad solo tendrá impacto al finalizar la pena, generalmente después de largos periodos de encierro.

Así, nos queda el subsistema policial que es el objeto preferido de todos los intentos reformistas ya que  estos tienen alta visibilidad, pues la policía es una de las instituciones, junto con la escuela, con mayor contacto con el ciudadano. Por otro lado, toda reforma en ella promete resultados en el corto plazo, y por las características de verticalidad y disciplina (y la prohibición de sindicalización) es la que menos resistencia opone a los cambios, aunque no los comparta. Es así, el subsistema ideal para practicar reformas son las policías.

Lo expresado en el párrafo anterior no puede, ni debe ser interpretado como que no son necesarias las reformas en el subsistema policial. Son necesarias, hay que hacerlas, pero las razones fundamentales para llevarlas adelante forman parte de otro capítulo. Por ahora solo me limitaré a tratar de abordar en su total complejidad  la naturaleza de las reformas que se requieren.

Existen dentro de las Fuerzas Policiales tres importantes esferas: “la institucional” (valores); “la organizacional” (estructura); y “la profesional”(intereses). La primera de ellas, la institucional tiene que ver con los valores a los que sirve la policía, aquellos que tiene que ver con el mandato policial explícito, es decir, los valores que la sociedad asigna a su institución policial. En este sentido, es poco común  obtener una definición clara y pública de las finalidades de la policía. Decir “dar seguridad” es demasiado ambiguo y no nos sirve por carecer la expresión de la  instrumentalidad necesaria para avanzar en la organización y la profesionalización de la fuerza. Por ejemplo, la escuela trasmite saberes, pero esto puede estar dirigido (en una variación de grados) a promover la igualdad o a conformar una elite. El sistema de salud se orienta (también en una variación de grados) hacia la prevención o a la cura. Las fuerzas policiales aplican la fuerza pública. ¿Hacia dónde prevalece la aplicación de la fuerza: ¿la prevención o la represión del delito? Esta conceptualización es  importante. Generalmente cuando se consulta,  quienes diseñan las políticas públicas en esta área dicen que su orientación está dirigida a la prevención del delito (es lo políticamente correcto). No obstante siempre es conveniente testear las finalidades públicamente  declaradas midiéndolas con la vara de las prácticas efectivamente prescriptas (no contemplamos acá las ilegales). Así analizadas, se percibe con facilidad la conformación de una  estructura más abocada a la represión que a la declamada prevención.

La institucionalización es quizás  la esfera menos trabajada, y debería ser el punto de partida de toda política pública de seguridad que pretenda una reforma en las fuerzas policiales. Tener con claridad cuáles son los valores que se le asignan socialmente a la policía es lo que permitirá avanzar sobre el diseño de “la organización” de trabajo, que consta de dos caras: la formal (estructura, organigrama, recursos humanos y materiales; e informal como conjunto de comportamientos y normas observables según las cuales la organización funciona realmente.

Existe aquí un vínculo directo entre institucionalidad y la organización,  pues de la primera se desprenden los valores que, al menos en teoría, deberían definir y verses reflejado en la  organización necesaria para alcanzar determinados  objetivos: la baja de la criminalidad. Esto valores, según cada sociedad, cultura y sistema político y administrativo,   pueden corresponderse  con estructuras militarizadas, al estilo de la Gendarmería Francesa, la Guardia Nacional Española, Carabineros de Italia, etc.; o por el contrario, con una estructura civil al estilo de las policías anglosajonas  de Inglaterra, de Gales o los EEUU. Lo peor que nos puede pasar (y que es lo que nos pasa), es tener una determinada institucionalidad (valores) y que se pretendan desarrollar estructuras que no concuerdan, ni se corresponden con ellos. En este sentido se ha convertido en un paisaje común ver estructuras militarizadas tratando de implementar programas de prevención comunitaria.

Una vez definida la institucionalidad (valores) y la organización (trabajo) es donde se puede empezar a pensar y trabajar la tercera esfera, “la profesionalización”, lo que significa al menos definir el perfil de aspirante, el método de selección,  la formación inicial y la formación específica necesaria para el desarrollo del plan de carrera.  Muchos de los intentos reformistas suelen empezar precisamente por este último aspecto: la formación inicial y específica. No hay duda de que una mejora en la formación y capacitación es un elemento elemental para alcanzar mejores niveles de seguridad ciudadana. Pero lo que no podemos perder de vista es para que organización (estructura) y para que institucionalidad (valores) queremos profesionalizar (selección, formación, carrera, etc.).

En los últimos 18 años ha habido importantes modificaciones en la  formación policial, muchas de ellas representan grandes esfuerzos y muy loables intenciones. La mayor parte de las organizaciones policiales argentinas pasaron de ofrecer  “cursos de oficiales” a brindar como requisito obligatorio para el ingreso tecnicaturas  superiores o universitarias, la mayorías de ellas articuladas con carreras universitarias. Estos esfuerzos en la formación inicial, dotando al aspirante de un pensamiento crítico y los fundamentos científicos que lo obliga a cuestionarse la forma en que ciertas taras son realizadas, una vez en actividad choca rápidamente con estructuras militarizadas donde una cadena de mando fuertemente disciplinada no le da espacio a opinar, y menos aún, proponer modificaciones, actitud que son considerada rápidamente como graves faltas a la disciplina por sus superiores. Se profesionalizan  agentes policiales pensando en una institucionalidad que no es tal,  para ser insertados en una organizaciones que nada tiene que con lo real. Así, el conflicto interno en la organización es inmediato.

El problema en la profesionalización  se complica aún más cuando no se tienen en cuenta la clara diferenciación de las funciones policiales: “Seguridad” (prevención), “Investigación” y “Orden Público”. Esta clasificación  debería ser tenida en cuenta desde el proceso inicialen la  selección del personal que será destinado a cada una de estas funciones, pues los perfiles y formación  que se requieren son completamente diferentes para cada caso. Piénsese que, al menos  en un modelo de policiamiento civil,  el efectivo que se lo prepara para la prevención debe generar empatía, ser altamente sociable,  y adaptarse a estructuras más horizontales y colaborativas. 

Se le pide un contacto muy cercano con la ciudadanía, debiendo así reconocérsele elevados niveles de discrecionalidad. Este perfil  es  exactamente todo lo contrario del efectivo destinado a los cuerpos de orden público, quienes, por su necesaria características militarizadas,  deben contar con una rígida disciplina y adaptarse a estructuras fuertemente verticalizadas,  distante de la ciudadanía y con nulo espacio de discrecionalidad. Por otro lado, el efectivo de investigaciones requiere ser una persona con pensamiento crítico, analítico,  deductivo, adaptado a estructuras complejas y con una amplia variedad de demandas provenientes de distintos niveles y ámbitos.

La importancia de la formación, tanto inicial como específica, de los miembros de las organizaciones policiales es un aspecto fundamental para la mejora de la seguridad ciudadana, pero este no es el punto de partida. Y menos aún puede pensarse que los graves problemas de inseguridad pueden tener solución sin abordar hacia adentro del subsistema policial las muy distintas especificidades que vienen dadas de las diferentes funciones, ni tampoco se podrá tener éxito si no son abordados también los otros dos subsistemas: justicia y penitenciario.  Estos tres subsistemas no pueden ser abordados por separado y sin una visión integral. 

miércoles, 29 de marzo de 2017

RECURSOS HUMANOS: LLEGA LA HORA DE LAS EVALUACIONES CONSTANTES


Por Andrés Hatum, PHD, Profesor de Management y Organización - Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella

Durante 2016 hemos visto cómo el mercado laboral en la Argentina se ralentizó: pocas búsquedas con foco en reemplazar posiciones abiertas y no en crear nuevas posiciones que agreguen valor a la compañía. El estudio de remuneraciones de PageGroup considera que el 75% de las búsquedas en 2016 ha sido de reemplazo y 25% nuevas búsquedas.
Las empresas también han visto consolidar los cambios tecnológicos y digitales, y ciertas prácticas de recursos humanos han comenzado a transformarse. ¿Qué sucederá durante este año con las organizaciones, los recursos humanos y el mercado laboral? Cinco tendencias se vislumbran, que pasamos a detallar.

1 - Todo el año de examen
Las evaluaciones anuales evolucionan hacia revisiones continuas. Una de las grandes discusiones de la gente de Recursos Humanos es cómo lograr que las evaluaciones se conviertan en algo útil tanto para los directivos como para los colaboradores. Los profesionales hoy desean feedback continuo, un comportamiento que han adoptado por la gratificación instantánea a partir de las redes sociales. Las generaciones más jóvenes, en particular, no desean esperar todo un año para entender sus fortalezas y áreas de desarrollo.
Compañías como GE y Adobe han decidido evitar las revisiones anuales por un proceso de feedback más frecuente. Adobe creó el sistema "Check-In", donde los objetivos son definidos anualmente, pero el feedback es otorgado con regularidad.
GE, por su parte, creó el programa "Touchpoint", donde hay un desarrollo diario que se focaliza en resultados. A nivel local, Globant y el Banco Galicia pusieron en marcha "StarmeUp", una plataforma que funciona como una red social interna y que les permite a todos los empleados reconocer y premiar a sus propios compañeros ya sean pares, jefes o subordinados a través de un sistema de estrellas que se van acumulando.

2 - Choque generacional
La Generación Y -también conocida como la de los millennials- se encuentra con la Z (los nacidos a partir de 1994) en el trabajo. La Gen Z entra a trabajar, mientras que un tercio de la generación Y ya tiene posiciones directivas y algunos tienen reportes directos. Con el ingreso de los más jóvenes en las organizaciones, la brecha tecnológica generacional se sigue ampliando.
Ambas generaciones continuarán poniendo presión a las empresas para cambiar las condiciones de trabajo, recompensas y mayor flexibilidad. El promedio de antigüedad de los empleados en las organizaciones es algo menos de cinco años, mientras que la Generación Y rota en las empresas cada dos años. La llegada de las nuevas camadas termina generando una necesidad de revisar la propuesta de valor de las empresas para las nuevas generaciones.

3 - Empleados satisfechos
Mientras que en Estados Unidos se habla que 2017 reforzará la guerra por el talento, en la Argentina estamos esperando que el mercado laboral repunte durante el primer cuatrimestre. En este mal contexto laboral, los especialistas, no los generalistas, son los únicos que se han beneficiado de las pocas búsquedas existentes en 2016.
La buena noticia para las empresas es que ante un mercado laboral que presenta pocas búsquedas, la satisfacción de los empleados con el trabajo actual es relativamente alta. Una última encuesta sobre el tema en el mercado local considera que 66% de los empleados está muy satisfecho o satisfecho con el trabajo, mientras que un 15% está infeliz con el trabajo que posee. Ante la escasez de trabajos, la felicidad con lo que uno tiene aumenta. Es mejor malo conocido que no tener nada.

4 - Trabajo de equipo
Las nuevas estructuras organizacionales tendrán foco en la performance del equipo. Una de las tendencias tanto local como internacional es el énfasis de organizaciones basadas en equipos por sobre la performance individual. En 2016, y por diferentes motivos, hubo muchas reestructuraciones en compañías en el país.
Esta tendencia seguiría en 2017 con foco en estructuras que asimilen mejor a los equipos de trabajo. 92% de los entrevistados de una encuesta pone el diseño organizacional y la estructura como prioritarios para poder trabajar con las nuevas generaciones.

5 - Socios del talento
Se va perfilando el nuevo profesional de Recursos Humanos. Por mucho tiempo, Recursos Humanos ha tratado de encontrar su lugar en la empresa. Se ha dicho que era imprescindible que estuviera inmerso en la estrategia y que fuera conocedor del negocio. El área, que ha sido muchas veces relegada, ha cambiado de foco desde la década del 90.
Desde la creación de los business partners hasta el directivo de Recursos Humanos como socio del talento, el área ha sufrido varias metamorfosis. Se vislumbra que el nuevo profesional de Recursos Humanos tiene que tener varias nuevas competencias como people analytics, manejo de big data, Internet marketing, branding y el conocimiento de nuevas tecnologías como la realidad virtual.
Cada vez más desafíos tienen las empresas en torno del diseño de la mejor organización para que se adecue a los cambios de contexto y del mercado que terminan siendo más rápidos que la capacidad de respuesta y reacción de las empresas. Si el área de Recursos Humanos lograra colaborar anticipando estos cambios, definitivamente va a encontrar su rol estratégico en las organizaciones.


sábado, 31 de octubre de 2015

MERITOCRACIA: ELITISMO POSITIVO


Por Guillermo Ceballos Serra

Desde que inicié este blog nunca comenté ley alguna de mi país (Argentina)  ni de ningún otro. Hasta ahora…que seguramente quedaré en minoría como los que se opusieron al proyecto.

El pasado miércoles 28 de octubre el Senado de la Nación Argentina, sancionó la Ley de Enseñanza Superior que establece que:  "Todas las personas que aprueben la educación secundaria pueden ingresar de manera libre e irrestricta a la enseñanza de grado en el nivel de educación superior", según dice el artículo 7.

También establece el incorporado artículo 2 bis la "prohibición de establecer cualquier tipo de gravamen, tasa, impuesto, arancel o tarifa" sobre las carreras de grado en las universidades públicas.

Si bien no ejerzo la docencia en universidades públicas, lo hago en tres universidades privadas desde hace muchos años, por lo cual creo que tener algún conocimiento para opinar, pero aunque no lo fuera, también podría hacerlo como cualquier otro ciudadano preocupado por la calidad educativa.

En primer lugar quiero aclarar que me parece correcto que la enseñanza pública sea gratuita para todos los argentinos, como modo de contribuir a facilitar la movilidad social ascendente. No comparto que deba ser así para ciudadanos de otros países. Si bien todos los extranjeros son bienvenidos en nuestro país (como pueden atestiguarlo todos los que nos visitan) no creo que corresponda a los ciudadanos argentinos hacer frente a los costes de educar a estudiantes de otras latitudes, sencillamente porque los recursos son escasos y debemos dar prioridad a nuestros compatriotas que bastante lo necesitan , más aún considerando que la Argentina dista de ser una potencia mundial en posición de adoptar una posición de benefactor o mecenas  internacional, cuando tenemos una cuantiosa deuda interna en materia social y educativa.

En relación al acceso irrestricto, no podría estar en mayor desacuerdo con esta medida que considero demagógica y quizás con algún sesgo político propio del momento electoral.

No conozco cuantas ni que universidades (si las hubiera), establecen la admisión irrestricta de alumnos, pero aunque fueran mayoría y hasta de reconocido prestigio,  no podría estar de acuerdo con tal propuesta para la Argentina, cuando es sabido que nuestra educación media, lamentablemente, ha sufrido en general un deterioro tal, que ha dejado de participar deliberadamente en las pruebas PISA, Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Programme for International Students Assessment) que  se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes a partir de exámenes trianuales en varios países con el fin de determinar la valoración internacional de los alumnos, para no evidenciar el deterioro progresivo de nuestro sistema educativo.

Sistema educativo  que inclusive, ha llevado a prohibir que los alumnos repitan los cursos en el primer año de estudios primarios, que ha autorizado llevar cada vez mayor cantidad de materias previas y mayores oportunidades para rendir los exámenes pendientes. Si hablar de que jamás se ha cumplido,  con la obligación legal de que los alumnos cuenten con 180 días de clase efectiva. Sólo 2 provincias, San Luis y Santiago del Estero lo cumplieron en 2014 teniendo en cuenta solamente que no sufrieron huelgas docentes.

El ex Ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Narodowsky,  explicaba en una nota periodística,  que se trata de una ley muy particular, puesto que, define que el “día de clase cumplido” ocurre “cuando se haya completado por lo menos la mitad de la cantidad de horas de reloj establecidas por las respectivas jurisdicciones para la jornada escolar”. Traduciendo: medio día escolar es igual a un día escolar. Aunque usted no lo crea. Segundo, la ley no determina la unidad de medición de cada día de clase: ¿Cada alumno? ¿Cada curso? ¿Cada escuela? ¿Cada provincia? Nada dice”.

En síntesis, esta ley es reconocimiento de las falencias del sistema educativo medio, ya que se pretende esconder por esta vía,  lo que desafortunadamente un grupo significativo de alumnos es incapaz de obtener por mérito propio o al menos sin hacer mayúsculos esfuerzos adicionales a los realizados en la enseñanza media.

En la región, Brasil y México establecieron hace tiempo un mínimo de 200 días. Otros países, como Francia y España, tienen “solo” 175 días de clase, pero cuentan con un sistema de doble jornada. En Argentina, la jornada extendida sigue siendo una cuenta pendiente.

La diputada Adriana Puiggrós, impulsora del proyecto sostuvo, que “lo que se buscó fue impedir que haya ingresos restrictivos a las universidades. Hay que evitar la elitización de las mismas”.

Entiendo, como ya he dicho, que la gratuidad de la educación garantiza que no haya grupos, predeterminados fatalmente a contar o carecer de oportunidades de acceso a la universidad en virtud del mero factor económico;  ahora bien, el progreso en las sociedades democráticas se da por meritocracia, por las habilidades naturales o adquiridas, conjuntamente con el esfuerzo puesto en la concreción de logros personales, académicos y profesionales, como por ejemplo, el ingreso a la universidad.

Esa es, ni más ni menos, una elitización positiva, digna de ser seguida y admirada porque se construye en el mérito, el esfuerzo, el compromiso y constituyen  parte del núcleo (integrado por universitarios y no universitarios)  capaz de contribuir al desarrollo social y económico de nuestro país.

Si todos los alumnos secundarios estuvieran en condiciones de acceder irrestrictamente a una universidad, ¿porque no concluir también, que todos los que egresan de una  universidad pública o privada, están aptos para ingresar al mercado laboral?

¿Usted contrataría personal para su empresa por el sólo hecho de  presentar una solicitud de ingreso? 

miércoles, 13 de mayo de 2015

PROGRAMA DE GESTIÓN DE APTITUDES PERSONALES Y PROFESIONALES (GAPP)


El IEEC – Escuela de Negocios, Supply Chain y Logística – dedicada a la formación de profesionales de alta performance, desarrolló este programa con el objetivo de brindar herramientas de conducción de personal, gestión de equipos de trabajo y desarrollo profesional individual.

Está dirigido a Mandos Medios que conducen, principalmente, grupos de personas, Jóvenes Profesionales y Gerentes que recién inician en su función.

El GAPP pone el foco en visualizar y asimilar las herramientas desde el punto de vista empresarial y deportivo en función de la forma más simple de entenderlas. La simultaneidad del uso de estas herramientas permite resolver temas complejos aprendiendo a utilizarlas en combinación para lograr el resultado esperado.


Los contenidos son de carácter amplio y abarcan un espectro que va desde la asignación de responsabilidades hasta la gestión de la confianza para cubrir todos los aspectos ligados a la posición de líder en un grupo heterogéneo, inmerso en un entorno laboral cambiante.

Esta dictado por Directores de empresas y Directores Técnicos deportivos.
Los cursos se dictan en el instituto, in company o a través de video conferencia.

Para más información: IEEC; Laprida 2080, CABA; 11 48060555; Admisiones@ieec.edu.ar; www.ieec.edu.ar

sábado, 2 de mayo de 2015

LA BRECHA DEL TALENTO - The gap for talent


Por Guillermo Ceballos Serra

¿Qué es un talento en la segunda década del siglo XXI?

Sabemos que la palabra talento proviene del latín talentum y este del griego (τάλαντον), plato de la balanza, peso. También existía una moneda en la antigüedad conocida por las parábolas de Jesús, la famosa parábola de los talentos (Mateo 25:14–30; Lucas 19:11–27). De allí, que podemos decir, que talento es quien tiene un peso o vale por sí mismo. 

Talentoso es, en principio, quien evidencia inteligencia y aptitudes especiales.

Ahora esta definición no es suficiente para definir a una persona talentosa, al menos en el mundo de las organizaciones. No valoramos una persona porque sea inteligente o habilidosa a menos que ese talento y estas habilidades sean capaces de transformar la realidad y se traduzcan en la obtención de logros o en el cumplimiento de objetivos predeterminados. 

No nos interesan los sabios incapaces de inspirar a otros o incapaces de concretar objetivos. Importa el talento en acción, importa el talento en obra.

Las organizaciones están siempre escazas de talentos, generando la brecha entre el capital humano con que cuentan y el talento que necesitan efectivamente en un momento determinado. Por ello, la búsqueda de talento, debe ser constante, aún cuando no cuente con posiciones que cubrir. 

Si hipotéticamente, una organización contara con el talento que necesita en un momento determinado, no debería por ello celebrarlo como un éxito, porque esta coincidencia entre lo que dispone y lo que necesita, será indudablemente efímera.

En efecto, esto ocurre por la obsolescencia del conocimiento y las necesidades cambiantes de un mundo cada vez más dinámico. Las organizaciones están condenadas a padecer la escasez de talento permanentemente. 

En cuanto a la obsolescencia del conocimiento, todos coincidimos que es necesaria la capacitación continua. Coincidimos también, en que muchos de los conocimientos aprendidos en la universidad serán obsoletos al momento de concluir con los estudios. No cabe duda que la capacitación continua favorece la empleabilidad y la permanencia en las compañías empleadoras. Pero esto no anula la brecha de talento.

Las compañías enfrentan muchas veces, problemas donde no existe experiencia ni conocimiento previo formal. Hacen camino al andar. Se obtiene el conocimiento en las organizaciones y posteriormente se convierte el conocimiento formal, objeto de programas ejecutivos en las escuelas de negocio. Hasta entonces, es ventaja competitiva de quien lo obtiene y sinónimo de escasez en los competidores o quienes sin serlo, necesitan de ese saber.

En general, existe el convencimiento que de las nuevas generaciones son las más actualizadas y el flujo de talento del mercado hacia el interior organizacional mantiene el capital actualizado. Pero aún, si esto fuera cierto, tampoco solucionaría el problema, ni aun contratando prematuramente a los futuros integrantes de la generación Z, que accederán al mercado en los próximos 3 a 5 años. Sin duda, cumplido ese plazo, coexistirán 4 generaciones, los remanentes baby boomers, nacidos entre 1955 y 1960, los X, los Y y los ingresantes Z nacidos del año 2000 en adelante. Habrá muchas oportunidades para escribir artículos al respecto en poco tiempo.

Pareciera ser un problema insoluble (el gap de talento) para la sociedad y en particular para las corporaciones, y en mi opinión, efectivamente es así, siempre existirá la brecha, que se desplaza hacia adelante impidiendo llegar a la meta, porque además, no olvidemos, que la capacidad de aprendizaje no es ilimitada.

Entonces, ¿cómo identificaremos a los talentosos del siglo XXI, desde los departamentos de recursos humanos? 

Recientemente visitando una compañía creo que encontré la respuesta. Presencié casualmente en un pasillo, una conversación trivial entre un ejecutivo senior y un analista. El primero solicitaba al segundo la evolución de un dato en el tiempo pero quería verlo en hojas de papel “pegadas con cinta”???, en vez de solicitar de un archivo Excel… Recordé cuando en mis comienzos, (todavía no existía el Lotus 1 2 3), pegaba hojas cuadriculadas para hacer la secuencia de turnos rotativos para una planta.

Entiendo que los talentos del siglo XXI son aquellos que, no importando la edad, la jerarquía o la generación a que pertenezcan, sean capaces de evolucionar y adaptarse a las nuevas necesidades y desafíos. Aquellos que sean capaces de buscar los conocimientos cruzando las fronteras hacia lo inexplorado, que disfruten hacerlo, aunque no los encuentren, aquellos que disfruten del camino aunque no lleguen a la meta.

Sin duda la brecha del talento existirá siempre, pero los talentosos, serán, sin duda, los que no dejen de intentar adaptarse a los nuevos desafíos.

lunes, 24 de noviembre de 2014

JUEGOS VIRTUALES, APRENDIZAJES REALES


Por Cristian Gorbea - Director de Business Skills

Juan Ulloa tiene que tomar una decisión difícil. Recientemente nombrado Gerente General de una Compañía muy innovadora en la industria de alta tecnología, ha tenido una tensa reunión con algunos miembros del board. Le han pedido que prescinda de los servicios de Franz Muller, un reporte directo suyo que apenas conoce, reconocido tanto por su expertise de especialista como por su carácter difícil y confrontativo. 

¿Qué hacer? La recomendación es clara y el momento de hacer los cambios es ahora, pero su instinto le dice que tal vez sea mejor mantenerlo en el equipo. 

Aun no lo sabe, pero ese día será largo. Deberá lidiar con problemas contractuales con proveedores estratégicos, enfrentar los cuestionamientos a los valores de la Cía por parte de todo el equipo gerencial , satisfacer demandas insólitas de clientes sofisticados y elegir entre exponerse a riesgos legales o reputacionales en una licitación clave. 

¿Demasiado para un solo día? ¿Muchos frentes abiertos? 

Tal vez lo sea, pero no estamos en la soledad de la oficina del CEO. Por el contrario, la escena transcurre en la moderna sala de capacitación de una empresa multinacional de consumo masivo, líder en su segmento, que ha decidido innovar en la formación de sus gerentes. El ambiente es febril y se siente la buena energía.

Se trata de un Juego de Simulación de Liderazgo.

Los 20 participantes, agrupados en 5 equipos alrededor de notebooks que emulan la realidad de negocios del día a día, evalúan las escenas, discuten las opciones de Juan Ulloa y toman una decisión. Cada decisión alimenta un tablero de control que va recolectando la información. Cada equipo compite para mejorar su posición. 

Los Juegos de Simulación nacieron en Estados Unidos hace varias décadas, con antecedentes en los Juegos de Guerra militares y los simuladores de aviación. 

Alguien vio la oportunidad de hacer lo mismo en el ambiente de los negocios. Actualmente, con el uso de la tecnología de última generación, los simuladores son potentes, muy reales y customizables para la realidad de cada cliente.

Hoy sabemos que el 70% del aprendizaje se produce practicando y equivocándonos. Los simuladores permiten armar ambientes virtuales en donde el riesgo de dañar la empresa con una decisión desacertada es nulo y el aprendizaje es exponencial

Los participantes manifiestan que aprenden mucho más cuando se equivocan en una decisión que cuando aciertan. Esto es así ya que luego de las rondas viene el “debrief” que consiste en repasar cada escena y donde se argumenta por qué se ha elegido tal o cual decisión y se compara con las mejores prácticas.

“No había tenido en cuenta ese punto de vista”, es lo que suelen decir. 

Los simuladores permiten la reflexión conjunta, el análisis de escenarios y alternativas en un ambiente libre de riesgos para que cuando los participantes vuelvan al mundo real puedan evaluar opciones saliendo del piloto automático y midiendo las consecuencias de cada acción.

Y para cerrar esta historia, diremos que Juan Ulloa, nuestro “business avatar” decidió mantener a Franz en su equipo convencido que con sus habilidades de liderazgo podría canalizar productivamente la relación y efectuar buenas contribuciones al negocio.

¿Habrá tomado una buena decisión?



sábado, 28 de junio de 2014

LA PIPA QUE NO ES LA PIPA


Por Cristian Gorbea - Fundador de  Cris Gorbea y Asociados - Innovación en Recursos Humanos


En 1929, el pintor surrealista René Magritte realiza la obra “Esto no es una pipa”. Produce una mezcla de estupor y curiosidad en los espectadores ya que, claramente, se trata de una pipa.

Entonces, qué quiso ilustrar?

Cuando preguntamos en los talleres la mayoría de los asistentes se quedan pensando. “Un caño con forma de pipa” arriesga uno. “Un saxo raro” dice otro. La mayoría se queda en silencio y pensativos, tratando de descubrir lo que parece obvio, pero no lo es.

La percepción de lo que se manifiesta, unido al contradictorio texto, nos obliga a utilizar la intuición en lugar de la lógica.

Hasta que alguno se anima: “No es una pipa , es el dibujo de una pipa” .

¿Por qué tardamos tanto en descifrarlo y más aún, muchos no terminan de entenderlo? Porque nuestro sistema perceptivo nos lleva a creer que la imagen del objeto y el objeto son la misma cosa.

Y qué efectos tiene esto en el mundo de las Organizaciones ? Que muchas veces confundimos el powerpoint con la realidad , el Plan de negocios con el negocio y las ideas con las acciones .

Así como el explorador advierte en su itinerario que hay obstáculos y atajos que no aparecen en el mapa, a medida que avanzamos en nuestro aprendizaje concreto en el día a día, nuestra realidad va acomodando los conceptos teóricos y enriqueciéndolos con la experiencia.

La única manera conocida de no quedarnos sólo con la representación de las cosas, es haciendo, a través del ensayo y error.  Un hacer que es siempre con otros, en equipos que enriquecen la mirada, que desafían las creencias y estimulan el crecimiento.

En el Hacer nos acercamos a la forma, la textura y el olor de la pipa.


Aun para los que no fumamos.´

domingo, 13 de octubre de 2013

MARKETING CLUB SOCIAL



Quiero compartir la invitación de mi amigo Claudio Darin a  la primera emisión en vivo, del programa radial Marketing Club Social   que ser realizará el 21 de noviembre en la Universidad de Belgrano, Zabala 1837, Capital Federal,  de 14.30 a 18.00hs; donde podrán conversar sobre marketing y negocios. 
Además podrán ver en vivo una demo de Google Glass e impresión en 3D.

www.marketingclubsocial.com.ar


jueves, 30 de mayo de 2013

E´LEARNING: TRES CUESTIONES FUNDAMENTALES PARA UNA IMPLEMENTACION EXITOSA



Por Walter Torre - Profesor de ADEN Business School, ESEADE, Consultor en RRHH en Latinoamerica. Titular de Walter Torre - Soluciones Dinámicas
Lic. En Recursos Humanos, MBA y Doctorando en Administración.

Si alguien quiere entender algo, que intente cambiarlo, afirmaba el psicólogo alemán Kurt Lewin. La incorporación del e-learning a la educación, sin lugar a dudas, le otorga razón. Intentar cambiar las costumbres y hábitos de aprendizaje nos está ayudando a repreguntarnos acerca del alcance y de la eficacia del aprendizaje tradicional El cambio en la forma de educar y entrenar a través de sistemas de e-learning es para algunos un profundo cambio cultural, mientras que, para otros, es una tarea sin sentido. El e-learning, bajo esos conceptos, puede convertirse en una herramienta idónea para modificar hábitos y reducir ciclos de aprendizaje en más de una dimensión o, muy por el contrario, puede manifestarse como un objetivo secundario y modal que solo generará alta expectativa para la conjugación de un nuevo fracaso. De todas maneras, sí hay algo que es cierto: existe la necesidad de tener mayores y mejores resultados en el aprendizaje, y esa característica conlleva sin lugar a dudas a mejorar los sistemas educativos en las organizaciones, haciéndolos más veloces, asequibles, efectivos y menos rutinarios.

Es por ello que una de las características esenciales de los responsables de Recursos Humanos es realizar exploraciones continuas sobre aquellos mecanismos en que la cultura organizacional permite y deja aprender a su capital humano y de la manera en que ellos pueden ejecutar ese aprendizaje en sus tareas, sin importar si sus acciones directas pueden estar enfocadas fuera de las fronteras físicas de la organización, es decir, en sus clientes.

Todas las organizaciones saben que la respuesta a las mejoras de sus estrategias globales son consecuencia y deben contemplar estrategias de aprendizaje continuo. Quizás, en particular, aquellas relacionadas con la resolución de conflictos y problemas, la resistencia al cambio y la innovación. Estas tres características, que se conjugan y conviven permanentemente en las organizaciones, forman barreras culturales, difíciles de superar, que persisten aun cuando los cambios, no las transformaciones, se asocian a ellas.

No es difícil entonces comenzar a pensar en qué tipo de cambios deberían provocar los programas de aprendizaje y qué tipos de comportamiento y hábitos podrían afectar. Creo que no importa, al menos en esta síntesis, contestar esto. Lo fundamental es entender que aun, y sin explicaciones fuera de la sabiduría convencional, seguimos persistiendo en sistemas de educación tradicionales que, en muchos casos, han demostrado su ineficiencia frente a uno de los valores más buscados por las empresas: obtener resultados.

Para intentar dar una breve respuesta a esta pregunta, será necesario concentrarnos por algunos momentos en aquellas características culturales que inhiben las transformaciones en el aprendizaje. Nos referiremos a las tres características de las cuales hemos hablado hasta aquí: innovación, resolución de conflictos y problemas y resistencia al cambio.

En un proceso de innovación, no importa cuán buenos sean los beneficios esperados del e-learning, lo importante es pensar cómo construir casos que promuevan una alineación de los resultados con el propósito de la organización, para asegurarse un nivel equitativo de recursos en relación a las expectativas. Algunas preguntas claves podrían ser: ¿incluirá programas sincronizados y no sincronizados, por ejemplo, CD-ROMs, videos, soportes electrónicos y sistemas de knowledge management?, ¿cómo podemos estar seguros de que el e-learning se alinea con los resultados del negocio?, ¿cómo podremos enseñar y aprender de la iniciativa para mantenerla en el tiempo?, ¿cómo comunicaremos a todos la iniciativa de esta nueva forma de estudio? y ¿cómo mediremos la efectividad de la capacitación?

Alinear el sistema de e-learning con los propósitos de la organización no significa la solución a priori a ciertos problemas, sino, por el contrario, el advenimiento divino de problemas y conflictos que deberemos resolver y superar.

La visión del aprendizaje a través del e-learning induce a los participantes a asumir un primer conflicto: reconocer que ellos mismos son coprotagonistas de su propio aprendizaje. Que toman responsabilidad sobre él. Este concepto nos lleva a pensar algunas cuestiones problemáticas y conflictivas que conviven en la interacción organización–individuo. Algunas de éstas podrían enmarcarse en:

• los requerimientos y características que la compañía puede o no necesitar,

• escribir la “propuesta de requerimiento” usando guías y plantillas,

• encontrar un método para comparar las características claves de diferentes productos, sus beneficios y características,

• observar o tomar información de los mejores actores que están en la industria y aprender del nivel real de satisfacción que han experimentado, entre otras.

Además, probablemente también surjan conflictos en la idea de encontrar una medianía entre construir y/o comprar programas y contenidos y en cómo pueden ser reutilizables en diferentes formas y objetivos las piezas de información y sus modelos.

Para que todo esto tenga éxito, es necesario resolver el último de los factores fundamentales para la aceptación de este tipo de sistemas. En orden de ganar aceptación de los participantes es necesario estar predispuestos a levantar las barreras de resistencia que encontraremos, sin dudas, en el proceso de incorporación del e-learning, que el área de Recursos Humanos tiene que ser capaz de dirigir en toda la organización.

Para la generalidad de las personas, es usualmente no familiar aprender desde una computadora. ¿Cómo proveer tranquilidad y un contexto de no distracción en donde el aprendizaje por computadores tome lugar, particularmente si los empleados están en cubículos o compartiendo lugares de trabajo? Algunas compañías resuelven este problema construyendo centros de aprendizaje donde la gente puede ir a aprender.

Desde que el e-learning puede ser un nuevo fenómeno para las organizaciones, los grupos de trabajo, como es de esperar, están predispuestos a levantar barreras que hay que ser capaces de resolver desde el directorio hacia las líneas más bajas de supervisión.

La pregunta es: ¿cómo hacemos que el e-learning sea algo que la gente quiera hacer? Dell Computers, por ejemplo, ofreció una única aproximación a este problema. Ellos desarrollan un programa llamado “e-Magnets”, que se constituye por el contenido que la gente quería y necesitaba, que solo estaba disponible on-line. Uno de los primeros programas, el “Dell Business Model”, era de autoría y aprobado por su CEO Michael Dell, y ha sido tremendamente popular. Ese programa ayudó a crear usuarios aceptando al e-learning como fuente de entrenamiento y capacitación.

martes, 17 de mayo de 2011

FORMACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES ¿EL GRAN HERMANO?


Por Daniel Maggi
Director de Recursos Humanos de Lan Argentina
Presidente del Consejo Editorial de la Revista Ergo (ADRHA)


Muy a menudo, en las organizaciones invertimos ingentes esfuerzos en busca del “alineamiento” de sus integrantes en pos de determinadas ideas, expresadas a veces en términos de misión, visión y valores, algunas otras como principios de actuación, y muchas como simples enfoques para el análisis o evaluación de las distintas situaciones que enfrentamos en la gestión.

A partir de esas definiciones se busca que todos quienes integran esa organización, profesen esas ideas con convicción y las lleven a la práctica de manera consistente, enfocando bajo un prisma común la visión de la realidad. No dudamos del valor del sueño compartido y de la importancia que el mismo tiene para determinar el éxito de muchas organizaciones. Esas ideas son las que muchas veces nutren la acción cotidiana, dan sentido al trabajo que hacemos y nos brindan enormes satisfacciones cuando podemos alcanzar los hitos propuestos o cumplir los objetivos que ese sueño implicaba.

En las organizaciones donde la gestión de personas está alineada con la estrategia, las herramientas de Recursos Humanos contribuyen fuertemente a la difusión de esas ideas básicas que guían el esfuerzo colectivo, focalizando la energía en aquellos aspectos de la gestión que apalancan el logro de los objetivos propuestos.
Así, nos preocupamos de que las comunicaciones internas sean consistentes con las ideas fuerza que inspiran esos principios. Diseñamos los sistemas de compensaciones, de forma tal que se vean reconocidos y estimulados los comportamientos que reflejan el cumplimiento de los fines propuestos. También nos aseguramos de que los programas de formación o capacitación contribuyan a explicar e instalar dichas conductas de la manera más uniforme posible, en todos los miembros de la organización.

Sin embargo, a veces, el celo con que nos empeñamos en salvaguardar cierta homogeneidad entre las distintas acciones y en la conducta de las personas que integran la organización, nos genera cierta preocupación. ¿No estaremos convirtiendo a la gestión de Recursos Humanos en aquella Policía del Pensamiento que George Orwell describía magistralmente en 1984? ¿Cuál es el margen que en las organizaciones de cualquier tipo: empresas, ONG, gobiernos, sindicatos, etc. Dejamos para el disenso? ¿No estaremos enfrascados en una inútil búsqueda de uniformidad que, si se alcanzase, lograría un efecto contrario al buscado? ¿No corremos el riesgo de gestar el fracaso de una entidad que, integrada por clones, no supo o no pudo percibir las amenazas que sobre ella pesaban y se encaminó hacia un abismo con un total y colectivo convencimiento de estar haciendo todo lo correcto? ¿No contribuirán esos esfuerzos de uniformidad a un peligroso aislamiento que termine conspirando contra la verdadera efectividad organizacional? ¿No será más probable que si todos pensamos igual el error sea generalizado?

La verdadera formación no consiste en pretender imponer una única línea de pensamiento, por lo general ajustada a la moda o a lo circunstancialmente correcto en el plano político, ni en asegurar un enfoque idéntico de la problemática que debemos enfrentar en forma cotidiana para poder desarrollar con éxito nuestra actividad.

¿No podremos desde la gestión de Recursos Humanos hacer una mayor contribución desde la escucha y la preservación de la capacidad de disenso? ¿No estaríamos contribuyendo de esa forma a percibir enfoques diversos y perspectivas inesperadas que posibiliten una mejor solución a los problemas?
Difícilmente las organizaciones puedan alcanzar niveles de desempeño superiores a la calidad del pensamiento que en ellas se logra desarrollar y de las decisiones que se generen a partir de esa capacidad de pensar y la apertura para considerar los diferentes enfoques.

Una vez más, desde la gestión de personas tenemos mucho que decir y hacer para generar las capacidades y los ámbitos para ponerlas en acción.



Publicado en la Revista Ergo de la Asociación de Recursos Humanos de Argentina y aqui con expresa autorización del autor.

sábado, 12 de marzo de 2011

ESCASEZ DE PROFESIONALES TECNICOS: ¿SE AGOTÓ LA CULTURA DEL ESFUERZO?


Por Guillermo Ceballos Serra

Se habla generalmente de la crisis de vocaciones universitarias por carreras duras y sobre la falta de profesionales de dichas aéreas. Tal lo que se desprende de los comentarios de los ejecutivos de recursos humanos que tienen crecientes dificultades a la hora de reclutar personas con dicha formación y experiencia y también de lo que uno puede leer sobre lo que ocurre en otras latitudes.

Entiendo que la insuficiencia de recursos humanos capacitados en algunas aéreas técnicas es el resultado por una parte, de la mayor demanda de estas especialidades y de la falta de atractivo que para los estudiantes tienen las ciencias duras, por la otra, que al final del día, se inclinan a elegir otras carreras universitarias.

La insuficiencia de estudiantes de carreras relacionadas a las ciencias duras podríamos decir, por lo tanto, que es una problemática que existe en muchos países y más allá de los problemas que cada uno de estos pueda tener en particular, hay algunas cuestiones que podríamos considerar comunes a todos.

El mundo necesita de las tecnología duras, el desarrollo necesita de la tecnología, por ello, hay una demanda constante y creciente; es inherente a la evolución de los seres humanos.

Independientemente de este concepto general, hay momentos que grandes emprendimientos multiplican los requerimientos de personal técnico en ciertas áreas geográficas aumentando la carencia de estos talentos. Imaginemos lo que significa para toda Centroamérica y países vecinos, la demanda de ingenieros y técnicos de toda clase, relacionada con la ampliación del canal de Panamá o lo que significará para Brasil y Argentina, los recientes descubrimientos de petróleo y gas de Petrobras y Repsol YPF.

Tenemos por tanto, demanda creciente, complementados con picos geográfico-temporales de requerimiento de estas especialidades.

Pero es indudable que además de la mayor demanda, hay decididamente una creciente escasez de oferta de estos grupos profesionales o directamente escasez de alumnos para la matrícula de dichas carreras.

Para poder hablar con datos concretos, he leído recientemente que de 95.000 graduados universitarios de la Argentina, sólo 3500 están relacionados a profesiones tecnológicas y que ha repuntado muy levemente, de todos modos las cifras son muy pequeñas para satisfacer las necesidades reales.

Creo que el análisis de las causas requiere mucho estudio y profundidad, puesto que al momento de la elección de la carrera universitaria, inciden muchas cuestiones. Diría que en primer lugar el modelo de éxito ha cambiando radicalmente, virando hacia prototipos mediáticos, cortoplacistas, fugaces y puesto que las carreras técnicas, tradicionales o nuevas, no garantizan el éxito laboral, los estudiantes se inclinan por la oferta múltiple de carreras de corta duración con buena prensa en lugar de estudiar carreras troncales que posibiliten la especialización posterior; los jóvenes, por el contrario, encaran carreras mas “instrumentales” de corta duración que formativas.

Sin embargo, hay datos que revelan que estamos frente a un cúmulo de razones que inciden en esta problemática. En la reciente Expo UBA (Universidad de Buenos Aires) 2010, que tuvo lugar el pasado mes de octubre, de 6200 alumnos aproximadamente, que se inscribieron al CBC (Ciclo Básico Común – requerido para ingresar en la universidad) , el 45% optó, por las carreras tradicionales (medicina - 14.3% -, abogacía, arquitectura, sicología y contador publico). Todas carreras exitosas en la primera mitad del siglo pasado. Sin embargo, medicina, probablemente sea una de las carreras universitarias que requiere mayor compromiso y que imposibilita para el trabajo, encabeza el ranking de inscriptos. Evidentemente no hay una respuesta sencilla.

Mas allá de las razones, que como vemos son difíciles de identificar, el problema existe. La buena noticia es que no se lo niega, es conocido y está presente en la discusión de las autoridades y del mundo empresario.
Sin duda habrá que mejorar los niveles secundarios. Incluir materias relacionadas a las carreras con mayor demanda de profesionales, enamorar a los alumnos con dichos contenidos.

En la universidad, la actualización permanente de contenidos, integrar el menú de oferta con carreras técnicas intermedias, con salida laboral, pero que estimulen la continuidad por las carreras completas.

En las organizaciones, tenemos que valorar a quienes estudian y no constituirnos en un factor de deserción, es decir, tomar en consideración su problemática particular, ser flexibles, incluirlos en proyectos relacionados a sus estudios que resulten desafiantes. Invitarlos a participar en foros y congresos técnicos, alentar y facilitar sus presentaciones, “papers”, publicaciones. Fomentar el gusto, el prestigio y el orgullo de pertenecer a los equipos técnicos corporativos.
En suma, prestar atención a los MBS´s, sin descuidar a los técnicos.

Entiendo que en esta materia faltan los incentivos adecuados para estimular estas vocaciones. No creo que se haya perdido la cultura del esfuerzo, creo simplemente que los que se esfuerzan, que son muchos y en todas latitudes, no son sólo los universitarios, tienden a cultivar un perfil bajo y simplemente hacen, sin estridencia, lo que tienen que hacer.

viernes, 9 de julio de 2010

INSTITUTO DE FORMACION Y CAPAPACITACION DE SECURITAS de ARGENTINA




Por Patricia Limblond - Directora de Recursos Humanos de Securitas de Argentina

El Instituto de Formación y Capacitación es el resultado del compromiso de Securitas Argentina, que desde el año 2000 viene trabajando fuerte en el cuidado de bienes y en la seguridad de personas y organizaciones.

Bajo esta premisa y guiado por los valores que identifican a la empresa -integridad, eficacia, servicio- , el Instituto tiene como misión “desarrollar conocimientos y profesionales especializados en seguridad privada”. La puesta en marcha del Instituto constituye un paso fundamental para la profesionalización de un servicio que es de vital importancia para la Argentina de nuestros días. Se trata, ni más ni menos, de transformar a un agente de vigilancia en un verdadero profesional de la seguridad de bienes y personas.

La iniciativa responde a que Securitas, a nivel mundial, cuenta con un modelo propio de gestión. Es la aplicación de este modelo lo que le permite a la empresa brindar soluciones integrales de seguridad.

El Instituto de Formación y Capacitación se constituye, así, en el fiel transmisor de las herramientas que propone el modelo Securitas. Esas herramientas que permiten transformar a un agente de vigilancia en un verdadero profesional de la seguridad de bienes y personas.

El diferencial del Instituto de Formación y Capacitación de Securitas reside en el alcance y la calidad de su oferta académica, que no se limita a los cursos obligatorios sino que incluye la especialización por segmento (aeropuertos, grandes industrias, countries, centros comerciales) y otros contenidos complementarios que apuntan al desarrollo personal del guardia.

El Instituto, que por todo lo dicho constituye un emprendimiento sin precedentes dentro de la industria, se ha planteado como objetivos estratégicos:

 Generar conocimiento especializado en seguridad privada.
 Desarrollar excelencia en la capacitación.
 Promover un modelo de trabajo y liderazgo basado en los valores de Securitas.
 Inspirar una cultura de aprendizaje permanente en la organización.


Actividades de capacitación

Las actividades que dictará el Instituto se basan en 5 ejes.
1. Introducción
2. Especialización
3. Desarrollo del guardia y complementariedad educativa
4. Mandos medios
5. Actividades integradoras


La sede del Instituto

Las obras de construcción, refacción y remodelación comenzaron en enero de 2009 y concluyeron en noviembre del mismo año.

La sede del Instituto, que ocupa una superficie de 2.000 metros cuadrados, cuenta con capacidad para doscientos cincuenta cursantes, alojados en ocho amplias y cómodas aulas de estudio diseñadas especialmente para tal función. Todas ellas están equipadas con herramientas didácticas de última generación.

Completan el Instituto la sala de profesores, el laboratorio de idiomas, el laboratorio de computación, una biblioteca, un gimnasio y un comedor, equipados también con los últimos adelantos tecnológicos en la materia.