FEBRERO 2024

domingo, 29 de agosto de 2021

Richard St. John: 4 simple ways to have a great idea


Richard St. John es un empresario americano que triunfó en el  mundo de marketing y que entre otras cosas ha recibido premios a nivel mundial por sus vídeos corporativos. También ha publicado fotos en revistas de primer nivel de todo el mundo. A nivel personal ha corrido maratones en los 7 continentes y junto a su mujer ha coronado algún que otro 7.000 , en particular el Kilimanjaro y el Aconcagua. 

En los negocios, el mismo nos dice que siempre luchó por lo que le apasionaba su negocio, no por el dinero y de esta forma se convirtió en millonario. Se describe a si mismo como “un tipo corriente que encontró el éxito haciendo lo que más le gusta

Pero convertirse en un experto en la materia (en la asignatura «Éxito») lo consiguió dedicándose durante casi una década a entrevistar más de 500 personas de las cuales extrajo las claves que según él conforman el éxito. 

Aquí una pequeña charla TED sobre ideas innovadoras.

SU ZONA DE CONFORT SERÁ EL FIN DE SU PROGRESO

 















Por Horacio Gennari. Fundador y Presidente del Directorio de Business Bureau.

Que mejor podía estar Lucrecia (Lu) que trabajando desde su nuevo departamento, alquilado con mucho esfuerzo y bajo garantía de sus padres. Era mínimo, pero vestido con buenos colores y con permanente música “chill out” le daban la atmósfera ideal para querer estar siempre allí. Lu podía caminar descalza por él, ya que su profesora de yoga le había enseñado que a través de la planta de sus pies y complementando con una buena respiración, el “prana” fluiría por su sistema nervioso dando más armonía a cuerpo y mente. Coronaba el cuadro unas lindas velas aromáticas que le había regalado Agustín (Agus) su reciente compañero conocido en Tinder y con quién ya llevaban algunas semanas de tórridos intercambios. Lu se sentía feliz, sobre todo porque la empresa había anunciado que hasta marzo del año entrante no debería volver a la oficina. Esto significaba ahorrarse un par de horas en el 138 y estar expuesta a los consabidos peligros de la calle. Ella odiaba la cercanía colectiva de extraños que encorsetados viajaban casi cual ganado. Su casa era estar en el paraíso, ya que podía manejar sus horarios fácilmente, en el Zoom se “muteaba” y hasta apagaba su cámara, salvo cuando aparecía algún retrógrado jefe que le exigía prenderla. La elasticidad de la nueva vida le permitía usar los amenities del edificio (un par de cintas para correr y una bicicleta). Por un momento pensó que había alcanzado su plenitud y nada más quería que el futuro fuera igual o parecido a este pandémico presente. Lu se sentía a resguardo. Ella era feliz aquí y ahora y era consecuente con un libro que había leído (en realidad en forma salteada y unas pocas páginas) acerca que lo importante es el hoy ya que lo demás vendría solo.

Tengo muy claro que ciertos relatos míos deben parecer que vienen emanados por alguien que aún vive en el paleolítico. Desde este espacio he combatido la “educación a distancia”, la adoración casi religiosa por el “home office”, la estupidez de una sociedad “donde no se premie el mérito” y hoy vengo a entrarle de punta a una de las más sublimes de las necedades como es la “zona de confort”. Primero vamos a definir a dicha zona según el entendimiento más masivo, que es el de un espacio donde una persona sencillamente se encuentra cómoda y satisfecha, manteniendo allí un equilibrio entre sus ingresos y necesidades. Vive bien con lo que tiene, le gusta lo que hace, no quiere salirse de ese espacio y cree incluso que manteniendo esa posición de alguna manera mágica le vendrán más oportunidades. La persona se siente plena y auto realizada. Su frase de cabecera es “deben aceptarme como soy”. En estos años de pandemia comenzaron a pulular acérrimos defensores de las “zonas de confort”, bendecidos porque la mayoría de las empresas (sobre todo las de servicios) trataron de mantener sus plantillas de personal, pagando sueldos para que las personas trabajen desde sus casas. Dichas empresas entraron en estos tiempos de encierro, sin tener tanto software de control, sistemas de reuniones ni nada de todo lo que en Silicon Valley existe. Para aquellos que no tienen hijos, que quizás viven solos o en pareja, con muy buena banda ancha y están en empresas que no requieren de contactos interpersonales presenciales, sin dudarlo que esto fue y es un enorme encantamiento.

El gigantesco y monumental error de los que piensan de esta forma, es creer que el futuro será una mera traslación del presente. En otras palabras, que todas las variables sociales, económicas, competitivas seguirán iguales desde hoy y hacia siempre jamás. No solo no será así, por el contrario, en situación post pandemia aparecerán aquellos que saldrán muy rápidamente de su “comodidad” para ascender y ganar más que los apoltronados en onda zen. A la inversa, aquellos lobos esteparios que creen que llegaron al paraíso por que pueden trabajar desde su living verán como indefectiblemente en cuestión de unos pocos años quedarán cada vez más atrás en la pirámide social-económica. Una persona que no esté expuesta a la efervescencia de un grupo, a estar bajo presión de ambientes laborales competitivos o que no pueda aprender de terceros y que no tenga el coaching de pares o superiores se tornará calmosamente en un perdido pez sin cardumen y ya ni siquiera será ese lobo antes mencionado. Messi es más Messi por que juega contra los grandes. Si jugara siempre con equipos de ligas menores, la ley del mínimo esfuerzo también le correría a nuestro ídolo. En tiempos pasados, cuando aún los modernos no habían irrumpido con estos léxicos superficiales, pretendiendo dar por tierra que todo lo pasado era malo, todos en el barrio bien sabíamos quién era un vago o quien la remaba todo el día. No encuentro un sinónimo a “zona de confort” que fuera usado décadas atrás. Quizás terminaría cayendo en palabras como dejadez, quedado, gandulería, en contra posición a dinamismo, laboriosidad, diligencia.

Usted sabrá que en mis trabajos siempre trato de hacer un aporte de conocimientos, tratando de desasnarme primero a mí mismo y luego a mi seguidor. Los estudios que dieron pie a todo lo que hablamos fueron realizados por Robert Yerkes y John Dodson en el año 1908. Llegaron a la conclusión de que el rendimiento aumenta ante una excitación fisiológica o mental, pero hasta un punto determinado, ya que, si se aplican demasiados estímulos, el rendimiento decrece. Cuando los niveles de excitación se vuelven demasiados altos el rendimiento disminuye. La curva que mejor lo ilustra es la que ellos mismos trazaron:

Para llegar a esta conclusión, utilizaron ratas a las que les sometían tenues descargas eléctricas para que puedan encontrar la solución y salir de un laberinto. Las ratas que no recibían ningún estímulo tendían a quedarse en su lugar, comer lo que tenían y solo esperaban a que le volvieran a dar comida (zona de confort). Aquellas otras ratas que recibían leves descargas tendían a andar por el laberinto en busca de más comida, pero cuando la descarga era mucho más alta, las mismas ratas se alteraban de tal manera que perdían el rumbo y trataban de escapar o terminaban chocando contra las paredes de la caja. Por lo tanto, bajo un nivel moderado de stress, el rendimiento y motivación eran mejores que sin los mismos.

Claramente el concepto de “zona de confort” es el espacio donde la persona se siente segura, ya que bajo su control están las coordenadas de tiempo y espacio. Es allí donde Lucrecia (Lu) no siente ni ansiedad ni miedo pues no corre riesgo alguno. Alguien en algún momento deberá decirle que, en ese rincón, nunca crecerá. Se me puede saltar a la yugular y decirme que no crecer es una opción del ejercicio de la libertad. Sin embargo, en la sociedad moderna, no crecer no es estancarse, directamente es retroceder lenta e indefectiblemente en la escala de valores que Ud. decida (economía, conocimientos, sociabilización). Con el correr de los años, esa persona terminará entregada a la apatía, a la monotonía, al desgaste y al tedio. Será un sombra de la radiante Lucrecia del mono ambiente con máquinas en el gimnasio. Quedarse allí nos limita y falsamente nos da una sensación de saciedad, la cual es una sentencia final a nuestro fracaso.

No lejos de la casa de Lucrecia y bien de mañana temprano, Yanina salía a la calle enfrentando el viento y la lluvia. Yani vivía aún con sus padres y compartía dormitorio, baño y sueños con su hermana Zaira. Si bien la empresa no había sido clara sobre volver o no a las oficinas, ella prefería salir de combate, ponerle la jeta y el cuerpo al esfuerzo y sobre todo quería estar en contacto directo con los pocos compañeros que metían agitación en las oficinas. Yani sentía que ese era el lugar donde se tomaban las decisiones, donde todos podían verse y donde seguramente si hubiera oportunidad de algún reparto de nuevas funciones y responsabilidades, ella estaría cerca de ese “queso”. Ella sabía que detrás de un monitor y en su casa, sería más fácil que se olvidaran de su existir. Va de suyo que en la escuela era de las que siempre se sentaban adelante y estaba siempre a tiro de la mirada de la maestra. Se sentía segura de si misma y creía que casi ninguna adversidad podría hacer mella sobre ella. Era consciente que seguramente perdía un par de horas en viajes, pero había sido formada por el ejemplo de los viejos que trabajaron de sol a sombra durante muchos años de sus vidas. Le pregunto, ¿cuál de las dos tienen alguna chance de llegar más lejos?


sábado, 28 de agosto de 2021

¿EL TELETRABAJO SERÁ REGLA O ELECCIÓN?

 

Por William Elías Orjuela Ariza. Socio Consultoría - Desarrollo Humano Corporativo y Excelencia Operacional en  Baker Tilly Human Consulting, Colombia. Co-Fundador de IBKIN – International Bureau of Knowledge and Innovation.

Antes de la pandemia, muchas personas ya estaban en “modo teletrabajo o trabajo en casa” porque no conseguían un empleo formal, eran independientes o era una opción para tercerizar algunas responsabilidades que las empresas no estaban interesadas en administrar o querían una opinión diferente y esto resultaba más eficiente.

Se escuchaba la petición de algunos padres respecto de que el trabajo presencial dificultaba su labor pues el desplazamiento y las responsabilidades cotidianas no permitían atender como se quisiera a la familia, es decir, teniendo un equilibrio entre lo laboral y la calidad de vida familiar.

La pandemia aceleró de manera repentina algunas tendencias en el modo de trabajar y obligó a que todas las personas de distintos niveles organizacionales migraran a un nuevo modelo de trabajo virtual obligatorio en casa, sin reglas claras y en el cual el respeto, la confianza y el compromiso deberían estar presentes para preservar la estabilidad familiar y cumplir con las responsabilidades laborales; todo esto en un clima de incertidumbre, distanciamiento social, normas de bioseguridad, autocuidado, pérdida innecesaria de vidas y de confianza en las instituciones.

Pasaron los meses y se materializaron las consecuencias de la escasa visión sobre escenarios posibles con eventos catastróficos de grandes proporciones, documentados por la ciencia y la literatura o magistralmente recreados en su momento por Hollywood, siendo ahora el nuevo “villano invisible” de la sociedad moderna.

Después de 14 meses, es tan público el impacto de la pandemia que lo podemos resumir en: crisis económica generalizada, aceleración de la baja productividad, pérdida de empleo, aumento de la pobreza, foco en la vida y los más vulnerables, incremento de la informalidad laboral, cambios de hábitos de los consumidores, exceso de oferta en locales y oficinas, cierre de empresas, digitalización de las operaciones, aumento de divorcios y posicionamiento definitivo del teletrabajo o trabajo en casa en muchas de las actividades económicas clave. El mundo, definitivamente, cambió.

El teletrabajo o trabajo en casa será en breve una nueva regla estandarizada y mundialmente aceptada  que tendrá que perfeccionarse hasta ser un “Modelo de Gestión Empresarial” válido, pero de libre opción para las empresas y las personas porque implican menores costos de operación, mayor productividad, mejor calidad de vida para las personas, flexibilidad y autonomía laboral (alternancia), mayor eficiencia e innovación operacional y acceso mundial al conocimiento a través de efectivas plataformas de gestión colaborativa que nos mantendrán “unidos” virtualmente y sin fronteras físicas.

Las casas de campo y las viviendas de paso en poblaciones cercanas a las grandes ciudades se posicionarán como el espacio ideal para disfrutar con todas las comodidades del teletrabajo y estudio remoto.

Dentro de los mayores retos que existen al implementar un Sistema de Gestión basado en teletrabajo o trabajo en casa, se puede considerar que es necesario definir las reglas del juego que combinen el enfoque técnico con el enfoque humano que deben estar presentes, preparar a los líderes para la gestión digital y de sus equipos, capacitar a las personas para desempeñarse con total autonomía laboral, disponer del espacio físico en casa para trabajar respetando las reglas del entorno familiar, innovar en los sistemas de control de gestión, actualizar las evaluaciones de desempeño, ofrecer el acompañamiento permanente que se debe dar al colaborador y su núcleo familiar, migrar del cumplimiento de horario por el cumplimiento de objetivos y diseñar las nuevas formas de descanso y entretenimiento planificado que se deben ofrecer para hacerdel trabajo en casa una actividad placentera, cooperativa y un estilo de vida de nivel superior indistintamente de laresponsabilidad que se tenga (compensación emocional y experiencia laboral memorable).

En este contexto no será permito invadir el espacio familiar, por lo tanto, será el momento de invertir en las personas, los líderes, los equipos de trabajo, el núcleo familiar y en la sociedad en general, ya que no estábamos preparados para este cambio cultural.

El no hacerlo implicará una nueva pandemia, pero enfocada en la salud mental con graves consecuencias humanas y sociales que se manifestarán con el incremento en los índices de ansiedad, depresión, soledad, languidez, alcoholismo y suicidio. “Hasta el 5 de mayo de 2020, ya se han realizado 1635 intervenciones: 60 % a mujeres, 46 % proceden de Bogotá, Antioquia y Valle; 45 % por síntomas de ansiedad y estrés, seguidos de distintas formas de violencias al interior del hogar”, dijo el viceministro de Salud Pública, Luis Alexander Moscoso Osorio.

Tendremos que desaprender antiguos hábitos y creencias válidos en su momento para adoptar nuevas formas de comunicación, aprender a relacionarnos, a liderar virtualmente, a gestionar por objetivos, a promover relaciones de confianza, a potenciar nuestros talentos, a lograr objetivos compartidos con propósitos y valores; es decir, seremos una nueva sociedad en la cual el gobierno, la academia, los empresarios y los diferentes actores civiles y sociales tendremos la oportunidad inédita de impulsar el nuevo estilo de liderazgo servidor que nos conduzca realmente hacia la anhelada prosperidad social y empresarial para los nuevos tiempos.

 


viernes, 27 de agosto de 2021

FLASH LABORAL ARGENTINA - Agosto 2021


Síntesis mensual de novedades laborales de Argentina. 
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