FEBRERO 2024

sábado, 28 de agosto de 2021

¿EL TELETRABAJO SERÁ REGLA O ELECCIÓN?

 

Por William Elías Orjuela Ariza. Socio Consultoría - Desarrollo Humano Corporativo y Excelencia Operacional en  Baker Tilly Human Consulting, Colombia. Co-Fundador de IBKIN – International Bureau of Knowledge and Innovation.

Antes de la pandemia, muchas personas ya estaban en “modo teletrabajo o trabajo en casa” porque no conseguían un empleo formal, eran independientes o era una opción para tercerizar algunas responsabilidades que las empresas no estaban interesadas en administrar o querían una opinión diferente y esto resultaba más eficiente.

Se escuchaba la petición de algunos padres respecto de que el trabajo presencial dificultaba su labor pues el desplazamiento y las responsabilidades cotidianas no permitían atender como se quisiera a la familia, es decir, teniendo un equilibrio entre lo laboral y la calidad de vida familiar.

La pandemia aceleró de manera repentina algunas tendencias en el modo de trabajar y obligó a que todas las personas de distintos niveles organizacionales migraran a un nuevo modelo de trabajo virtual obligatorio en casa, sin reglas claras y en el cual el respeto, la confianza y el compromiso deberían estar presentes para preservar la estabilidad familiar y cumplir con las responsabilidades laborales; todo esto en un clima de incertidumbre, distanciamiento social, normas de bioseguridad, autocuidado, pérdida innecesaria de vidas y de confianza en las instituciones.

Pasaron los meses y se materializaron las consecuencias de la escasa visión sobre escenarios posibles con eventos catastróficos de grandes proporciones, documentados por la ciencia y la literatura o magistralmente recreados en su momento por Hollywood, siendo ahora el nuevo “villano invisible” de la sociedad moderna.

Después de 14 meses, es tan público el impacto de la pandemia que lo podemos resumir en: crisis económica generalizada, aceleración de la baja productividad, pérdida de empleo, aumento de la pobreza, foco en la vida y los más vulnerables, incremento de la informalidad laboral, cambios de hábitos de los consumidores, exceso de oferta en locales y oficinas, cierre de empresas, digitalización de las operaciones, aumento de divorcios y posicionamiento definitivo del teletrabajo o trabajo en casa en muchas de las actividades económicas clave. El mundo, definitivamente, cambió.

El teletrabajo o trabajo en casa será en breve una nueva regla estandarizada y mundialmente aceptada  que tendrá que perfeccionarse hasta ser un “Modelo de Gestión Empresarial” válido, pero de libre opción para las empresas y las personas porque implican menores costos de operación, mayor productividad, mejor calidad de vida para las personas, flexibilidad y autonomía laboral (alternancia), mayor eficiencia e innovación operacional y acceso mundial al conocimiento a través de efectivas plataformas de gestión colaborativa que nos mantendrán “unidos” virtualmente y sin fronteras físicas.

Las casas de campo y las viviendas de paso en poblaciones cercanas a las grandes ciudades se posicionarán como el espacio ideal para disfrutar con todas las comodidades del teletrabajo y estudio remoto.

Dentro de los mayores retos que existen al implementar un Sistema de Gestión basado en teletrabajo o trabajo en casa, se puede considerar que es necesario definir las reglas del juego que combinen el enfoque técnico con el enfoque humano que deben estar presentes, preparar a los líderes para la gestión digital y de sus equipos, capacitar a las personas para desempeñarse con total autonomía laboral, disponer del espacio físico en casa para trabajar respetando las reglas del entorno familiar, innovar en los sistemas de control de gestión, actualizar las evaluaciones de desempeño, ofrecer el acompañamiento permanente que se debe dar al colaborador y su núcleo familiar, migrar del cumplimiento de horario por el cumplimiento de objetivos y diseñar las nuevas formas de descanso y entretenimiento planificado que se deben ofrecer para hacerdel trabajo en casa una actividad placentera, cooperativa y un estilo de vida de nivel superior indistintamente de laresponsabilidad que se tenga (compensación emocional y experiencia laboral memorable).

En este contexto no será permito invadir el espacio familiar, por lo tanto, será el momento de invertir en las personas, los líderes, los equipos de trabajo, el núcleo familiar y en la sociedad en general, ya que no estábamos preparados para este cambio cultural.

El no hacerlo implicará una nueva pandemia, pero enfocada en la salud mental con graves consecuencias humanas y sociales que se manifestarán con el incremento en los índices de ansiedad, depresión, soledad, languidez, alcoholismo y suicidio. “Hasta el 5 de mayo de 2020, ya se han realizado 1635 intervenciones: 60 % a mujeres, 46 % proceden de Bogotá, Antioquia y Valle; 45 % por síntomas de ansiedad y estrés, seguidos de distintas formas de violencias al interior del hogar”, dijo el viceministro de Salud Pública, Luis Alexander Moscoso Osorio.

Tendremos que desaprender antiguos hábitos y creencias válidos en su momento para adoptar nuevas formas de comunicación, aprender a relacionarnos, a liderar virtualmente, a gestionar por objetivos, a promover relaciones de confianza, a potenciar nuestros talentos, a lograr objetivos compartidos con propósitos y valores; es decir, seremos una nueva sociedad en la cual el gobierno, la academia, los empresarios y los diferentes actores civiles y sociales tendremos la oportunidad inédita de impulsar el nuevo estilo de liderazgo servidor que nos conduzca realmente hacia la anhelada prosperidad social y empresarial para los nuevos tiempos.

 


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