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sábado, 28 de agosto de 2021

¿EL TELETRABAJO SERÁ REGLA O ELECCIÓN?

 

Por William Elías Orjuela Ariza. Socio Consultoría - Desarrollo Humano Corporativo y Excelencia Operacional en  Baker Tilly Human Consulting, Colombia. Co-Fundador de IBKIN – International Bureau of Knowledge and Innovation.

Antes de la pandemia, muchas personas ya estaban en “modo teletrabajo o trabajo en casa” porque no conseguían un empleo formal, eran independientes o era una opción para tercerizar algunas responsabilidades que las empresas no estaban interesadas en administrar o querían una opinión diferente y esto resultaba más eficiente.

Se escuchaba la petición de algunos padres respecto de que el trabajo presencial dificultaba su labor pues el desplazamiento y las responsabilidades cotidianas no permitían atender como se quisiera a la familia, es decir, teniendo un equilibrio entre lo laboral y la calidad de vida familiar.

La pandemia aceleró de manera repentina algunas tendencias en el modo de trabajar y obligó a que todas las personas de distintos niveles organizacionales migraran a un nuevo modelo de trabajo virtual obligatorio en casa, sin reglas claras y en el cual el respeto, la confianza y el compromiso deberían estar presentes para preservar la estabilidad familiar y cumplir con las responsabilidades laborales; todo esto en un clima de incertidumbre, distanciamiento social, normas de bioseguridad, autocuidado, pérdida innecesaria de vidas y de confianza en las instituciones.

Pasaron los meses y se materializaron las consecuencias de la escasa visión sobre escenarios posibles con eventos catastróficos de grandes proporciones, documentados por la ciencia y la literatura o magistralmente recreados en su momento por Hollywood, siendo ahora el nuevo “villano invisible” de la sociedad moderna.

Después de 14 meses, es tan público el impacto de la pandemia que lo podemos resumir en: crisis económica generalizada, aceleración de la baja productividad, pérdida de empleo, aumento de la pobreza, foco en la vida y los más vulnerables, incremento de la informalidad laboral, cambios de hábitos de los consumidores, exceso de oferta en locales y oficinas, cierre de empresas, digitalización de las operaciones, aumento de divorcios y posicionamiento definitivo del teletrabajo o trabajo en casa en muchas de las actividades económicas clave. El mundo, definitivamente, cambió.

El teletrabajo o trabajo en casa será en breve una nueva regla estandarizada y mundialmente aceptada  que tendrá que perfeccionarse hasta ser un “Modelo de Gestión Empresarial” válido, pero de libre opción para las empresas y las personas porque implican menores costos de operación, mayor productividad, mejor calidad de vida para las personas, flexibilidad y autonomía laboral (alternancia), mayor eficiencia e innovación operacional y acceso mundial al conocimiento a través de efectivas plataformas de gestión colaborativa que nos mantendrán “unidos” virtualmente y sin fronteras físicas.

Las casas de campo y las viviendas de paso en poblaciones cercanas a las grandes ciudades se posicionarán como el espacio ideal para disfrutar con todas las comodidades del teletrabajo y estudio remoto.

Dentro de los mayores retos que existen al implementar un Sistema de Gestión basado en teletrabajo o trabajo en casa, se puede considerar que es necesario definir las reglas del juego que combinen el enfoque técnico con el enfoque humano que deben estar presentes, preparar a los líderes para la gestión digital y de sus equipos, capacitar a las personas para desempeñarse con total autonomía laboral, disponer del espacio físico en casa para trabajar respetando las reglas del entorno familiar, innovar en los sistemas de control de gestión, actualizar las evaluaciones de desempeño, ofrecer el acompañamiento permanente que se debe dar al colaborador y su núcleo familiar, migrar del cumplimiento de horario por el cumplimiento de objetivos y diseñar las nuevas formas de descanso y entretenimiento planificado que se deben ofrecer para hacerdel trabajo en casa una actividad placentera, cooperativa y un estilo de vida de nivel superior indistintamente de laresponsabilidad que se tenga (compensación emocional y experiencia laboral memorable).

En este contexto no será permito invadir el espacio familiar, por lo tanto, será el momento de invertir en las personas, los líderes, los equipos de trabajo, el núcleo familiar y en la sociedad en general, ya que no estábamos preparados para este cambio cultural.

El no hacerlo implicará una nueva pandemia, pero enfocada en la salud mental con graves consecuencias humanas y sociales que se manifestarán con el incremento en los índices de ansiedad, depresión, soledad, languidez, alcoholismo y suicidio. “Hasta el 5 de mayo de 2020, ya se han realizado 1635 intervenciones: 60 % a mujeres, 46 % proceden de Bogotá, Antioquia y Valle; 45 % por síntomas de ansiedad y estrés, seguidos de distintas formas de violencias al interior del hogar”, dijo el viceministro de Salud Pública, Luis Alexander Moscoso Osorio.

Tendremos que desaprender antiguos hábitos y creencias válidos en su momento para adoptar nuevas formas de comunicación, aprender a relacionarnos, a liderar virtualmente, a gestionar por objetivos, a promover relaciones de confianza, a potenciar nuestros talentos, a lograr objetivos compartidos con propósitos y valores; es decir, seremos una nueva sociedad en la cual el gobierno, la academia, los empresarios y los diferentes actores civiles y sociales tendremos la oportunidad inédita de impulsar el nuevo estilo de liderazgo servidor que nos conduzca realmente hacia la anhelada prosperidad social y empresarial para los nuevos tiempos.

 


miércoles, 24 de marzo de 2021

LOS 5 NIVELES DE AUTONOMÍA PARA ENTENDER EN QUÉ GRADO DE TRABAJO REMOTO ESTÁ SU EMPRESA

 













Por Guillermo Occhipinti. Conferencista y consultor. Profesor de maestrías y programas ejecutivos en UADE, San Andrés, Universidad 21.

Producto de la pandemia, 2020 provocó una verdadera revolución en la manera de prestar servicios. Para muchos puestos ya no fue necesario ir a lugar físico y, por causa de la cuarentena, obligadamente se forzó a un home office de gran alcance. Podríamos decir que en el laboratorio se experimentó una vacuna a las apuradas y con distintos grados de efectividad: quiénes pueden y quiénes no pueden pasar del trabajo sincrónico al asincrónico. Siempre que el negocio lo permita, ¿por qué vale la pena y qué niveles de maduración deben tener las empresas para lograrlo?

Matt Mullenweg, creador de Atomattic y del sistema de gestión de contenidos WordPress.com, lo explica en “los cinco niveles de autonomía”. Cabe aclarar que en 2017 logró demostrar que no era necesario poseer oficinas físicas, bajando las cortinas de su sede en San Francisco.

Nivel 0

Es el trabajo que no se puede hacer a menos que uno esté físicamente allí. Muchos asumieron que tenían muchos más de estos de los que realmente tenían. Negación.

Nivel 1

Allí se encontraban la mayoría de las empresas que no estaban preparadas para la crisis y que no hacían un esfuerzo deliberado para hacer que las cosas fueran compatibles con el trabajo remoto. La idea era posponer hasta que se regrese al “templo”, porque el trabajo ocurre en el equipo, en el espacio y en el horario de la empresa.

En el Nivel 1 de autonomía se encuentran la mayoría de las empresas que no estaban preparadas para la crisis y que no hacían un esfuerzo deliberado para hacer que las cosas fueran compatibles con el trabajo remoto

Nivel 2

Es donde muchas empresas se han encontrado en marzo de 2020. Aceptando que el trabajo va a suceder en casa durante un tiempo, recrean lo que estaban haciendo en la oficina en un entorno “remoto”. Todo sincrónico, mucha reunionitis. Ansiedad y temor en torno a si, en verdad, estamos trabajando.

Las empresas más desconfiadas, instalando un software de seguridad y buscando a través de un comité excusas varias, por ejemplo: “No queremos que te roben la información”. ¿Cómo impactó ello en el clima y el humor de la empresa? ¿Cuáles fueron los resultados de la reunionitis? ¿Aumentó la productividad? No, más bien generó burn out.

Nivel 3

Es un estadio superador: se invierte en equipos, en iluminación, sonido, entre otros. A su vez, los procesos asincrónicos empiezan a reemplazar las reuniones improductivas (casi todas); toma una especial atención la comunicación escrita, las videoconferencias vienen con deberes previos y revisión en tiempo real.

Las empresas que llegan a este nivel generan reuniones para compartir experiencias y conocerse cara a cara uno o dos veces al año.

En el nivel impera lo asincrónico: se evalúa el trabajo de las personas sobre lo que producen, no cómo o cuándo lo producen.

Nivel 4

Impera lo asincrónico (¿La revancha de los introvertidos?), se evalúa el trabajo de las personas sobre lo que producen, no cómo o cuándo lo producen. Se desarrolla en un grado muy significativo la confianza, aunque quizás se ralentiza un poco la toma de decisiones, pero alcanza mayores niveles de empoderamiento.

Se invierte en capacitación, coaching y las oficinas caseras son premium. Físicamente, vivís donde elegís vivir, obteniendo mayor bienestar. Con todos estos atributos, mejora la fidelización.

Nivel 5

No es totalmente alcanzable. Mullenweg lo denomina nirvana. Se genera cuando las personas aportan lo mejor de sí mismas y los niveles más altos de creatividad para hacer el mejor trabajo de sus carreras y simplemente divertirse, logrando bienestar y salud mental.

El deseo de ser autodirigido, un gran antídoto para no convertirse en un zombie part-time. Es decir, ese espacio de tu vida que le dedicas a tu profesión y que te genera vida, lo disfrutas y no te la pasas pensando en tus vacaciones, fines de semana y feriados. Es el nivel en el que te cuesta diferenciar, ahora estoy trabajando, ahora estoy viviendo. Todo es vida, el alma te pertenece las 24 horas del día.

¿Qué nos espera en 2021?

En mi investigación, el 68% de los entrevistados prefiere un blend (home & office). El estudio cualitativo demostró que ese porcentaje es alto porque muchos se quedaron en nivel 2, es decir terminaron trabajando más tiempo que en la oficina y no experimentaron la evolución.

Hay que hacer todo lo posible para que más empresas pasen de nivel 2 a nivel 3 y 4. El 16% añora volver al nivel 1, su amado espacio. Por último, otro 16% prefiere trabajar mayoritariamente desde el lugar que desee la persona.

¿Qué se está considerando hasta ahora? Muchas compañías ven el modelo blend como una oportunidad (los departamentos de capital humano con más empatía presentaron números con considerables ahorros y mayor atracción de talentos). El punto más fuerte para establecer un blend como metodología es que no se puede lograr la conexión emocional de un equipo solo trabajando a distancia. Compartir. En definitiva, 2021 será la búsqueda de la eficiencia en la distribución del trabajo.

Por último, les paso algunas innovaciones laborales que me han comentado al realizar esta investigación. Una persona negoció con su jefa para que pueda trabajar de noche porque consideraba que rendía más. Otra comparte el trabajo con su pareja, aunque esta última no está en nómina. Un emprendedor tercerizó su trabajo, es decir le paga el 70% de sus ingresos a otra persona y en ese tiempo disponible se está dedicando a un proyecto personal, obvio que la empresa no sabe nada. Y, por último, más de una persona está buscando trabajo fuera del país, tentadas por atractivos ingresos depositados en otros paraísos.

Las personas son liebres, las empresas (equipo, grupo o banda de personas) de todo, menos liebre. Para pensar. Lo vería como una oportunidad.