Por Gustavo Wurzel, Backer Wurzel & Partners - Executive Talent & Search Consultants
Al momento de definir a una persona talentosa, sea un deportista, un profesional liberal o un ejecutivo de empresa, se piensa en alguien que cuenta con habilidades superiores que le permiten tener un desempeño muy superior a la media.
Si el talento fuera una
condición propia de la persona, dicho talento debiera ser una característica
portable. Esto significaría que un ejecutivo muy talentoso y exitoso en una
empresa también debería serlo al moverse
a otra compañía.
En la Argentina existe un
consenso tácito que el mercado ejecutivo que supone que la portabilidad del
talento es muy alta. Muchos ejecutivos estiman que su portabilidad (entendida
como éxito atribuido al talento personal) es del 80% 90% y sólo entre el 10 y
20% imputable a la empresa donde trabaja.
Los especialistas en
reclutamiento ejecutivo, sin embargo, sabemos que la portabilidad es mucho más
baja. Son múltiples los ámbitos en que los que se manifiesta la portabilidad
del talento y tal vez el fútbol profesional
sea uno de los más visibles. Es interesante ver
en los foros deportivos, las discusiones sobre el real rendimiento de
algunos jugadores de la Selección nacional, que en sus respectivos clubes
demuestran un talento excepcional.
Las cualidades no portables del
talento comprenden a la reputación y las capacidades de la compañía donde se desempeñan en ese momento, la red de
contactos a nivel empresa (interna y
externa), los procesos y procedimientos específicos de la empresa, las
habilidades ganadas en entrenamientos y el trabajo día a día , que no se puede
apalancar desde afuera de la empresa.
Recientemente Boris Groyberg,
profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, publicó un interesante libro
titulado Chasing Stars, donde
describe en detalle un estudio de más de 5 años sobre la portabilidad del
talento en firmas de Wall Street. Algunas conclusiones del trabajo sobre los
factores que determinan la portabilidad del talento son muy enriquecedoras:
* La portabilidad del talento
es más baja cuando el individuo se mueve de una empresa más exitosa a una menos
exitosa. El riesgo de este tipo de movimiento debería ser muy considerado por
aquellos ejecutivos exitosos que, por
forzar un crecimiento en su carrera, deciden tomar una posición de mayor
responsabilidad en empresas de menor nivel.
* La portabilidad del talento es más alta
cuando el cambio de empresa se realiza a nivel de equipo y no a nivel
individual. Esto aplica sobre todo a compañías de servicios profesionales. Al
respecto, existen estadísticas que demuestran el fracaso en siete de cada ocho
contrataciones de mercado a nivel Senior en este tipo de empresas.
* La portabilidad del talento es mayor en las
mujeres que en los hombres. Esto se debe al mayor énfasis en el desarrollo de
redes externas, de parte del género femenino, mientras que los hombres se
enfocan más en el desarrollo de redes internas en las empresas donde trabajan.
Adicionalmente, las mujeres tienden a analizar con mayor detalle la cultura y
el estilo de trabajo de las
empresas que les ofrecen una posición.
* En las empresas donde existen
culturas de trabajo en equipo y altos
niveles de innovación, la portabilidad del talento de sus ejecutivos es menor
que en empresas donde se promueve el individualismos y la cultura del “llanero
solitario”.
* Las posiciones que requieren menor desarrollo
de relaciones internas (como el director de finanzas, por ejemplo) son mas portables que aquellas que necesitan un alto
nivel de interacción con otras funciones
(como el director general).
* El costo fracaso es un cambio de compañía
para un ejecutivo muy alto, tanto para el ejecutivo involucrado como para la
empresa que lo contrata. Por lo tanto, es clave hacer un exhaustivo análisis de las características portables del
talento ejecutivo y de la probabilidad de éxito en su inmersión en la nueva
compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario