Por Marcelo Ekman, Mindhunting Corp. Executive Search & Recruiting Boutique
Aquellos de mi generación – años más, años menos – recordarán que esto se parece bastante al nombre de una canción del álbum Confesiones de Invierno, de Sui Generis…y ahí se terminan las similitudes, era tan sólo para darle un toque descontracturado a las reflexiones que siguen.
Pero, pensándolo mejor, ni ocaso
ni lamentos, aunque sí tribulaciones vienen a cuento. Es que les quiero comentar
lo que nos pasa del otro lado a nosotros, que lidiamos con Gerentes de RRHH, o
de Administración y Finanzas, o de Producción, o Generales (me refiero a
Gerentes Generales por supuesto, no quisiera lidiar yo con Generales de
verdad).
El proceso es harto conocido y
bastante generalizado: algún personaje de los mencionados “ut supra” nos
contacta para llevar adelante la búsqueda de un… (completar a gusto). Tiene a
mano un prolijo job description o conversamos o discutimos o escuchamos el
perfil que necesita. Si no la conocemos, queremos conocer la empresa, su
cultura, su “clima laboral”, quién es el jefe (o jefa) de la persona en
cuestión – en caso de que no sea nuestro interlocutor - y qué clase de
patología porta (esto es casi una broma, no lo tomen literalmente).
Solemos preguntar en qué compañías
le interesaría que busquemos y cuáles están bloqueadas por diversos motivos. Me
olvido de algo?, ok, sueldo, beneficios, desarrollo de carrera, fecha estimada
de incorporación, etc.
Y ya nos pusimos de acuerdo en todo. Pero la verdad es que eso es lo que creíamos nosotros.
Y ya nos pusimos de acuerdo en todo. Pero la verdad es que eso es lo que creíamos nosotros.
Contra la presentación de
candidatos, o a veces antes de que ello ocurra, algunas cuestiones empiezan a
cambiar:
ü “Sí,
ya sé que dije hombre o mujer, pero me parece que es una posición para un
hombre”. (qué posición “sólo para hombres”? a menos que se necesite que haga
pis de parado).
ü “Huy
no, está trabajando en Mc Callister Corporation y estamos por cerrar un
contrato de distribución con ellos a nivel global”. (y el contrato siempre
termina firmándose 2 años después).
ü “Mirá,
tiene 54 años…sí sí, queremos alguien Senior y con mucha experiencia de
gestión…pero también queremos reflejos rápidos y capacidad para entender a las
nuevas generaciones, te parece?”. (y…tanto no me parece, sobre todo si una
persona de esa edad tiene hijos de las “nuevas generaciones”).
ü “El
nuevo VP del negocio está revisando el job description y no quiere gente que
haya trabajado en la competencia.” (ok, pero en éste negocio sólo están ustedes
y la competencia…).
ü “Ah,
pero es de Argentinos Juniors.” (perdón y no se ofendan con este último
ejemplo, es tan sólo a efectos de graficar una petición impensada y extrema).
“Estos candidatos están exactamente dentro de lo que buscamos, pero no tendrás más?” (tener, tengo más, pero en algún momento todo termina, no?...ya lo dice el Antiguo Testamento).
“Estos candidatos están exactamente dentro de lo que buscamos, pero no tendrás más?” (tener, tengo más, pero en algún momento todo termina, no?...ya lo dice el Antiguo Testamento).
Amigos, la lista podría seguir,
pero habiendo escrito hasta acá, ya empiezo a transpirar, a ponerme nervioso, a
invocar a todos los dioses del Olimpo, siento que necesito ir a terapia o a
aprender un nuevo idioma, o tal vez a aprender español de nuevo.
Me equivoqué en algún recodo del
camino?, esperaban otra cosa de mí?, no les busqué lo que me pidieron?
Ahora bien, si por ventura hemos
salvado alguna de las objeciones presentadas antes, aún podemos encontrar
situaciones pre bélicas (pero con toda la onda, eh?), del tipo:
ü “Para
mí está ok – nos dice el Gte. de RRHH – pero lo tiene que entrevistar el CFO,
que acaba de viajar a una Convención en Dallas y después engancha con
vacaciones en Thailandia y Vietnam, vuelve en cinco semanas…”
ü “Me
pusieron una call justo cuando lo tenía que ver a (nombre del candidato), por
favor, le podés decir que venga el martes próximo a las 11 hs?”, (por supuesto
el candidato no va a poder en ese horario, y, por añadidura, ya le hemos
cambiado tres veces su cita).
ü “Me
encantó (nombre del candidato), pero no le puedo pagar lo que pide por un tema
de equidad interna, le preguntás si se viene por…?” (y acá aparece una cifra
que – habitualmente – suele ser menos que el sueldo actual de la persona en
cuestión).
ü “Los
resultados de la compañía en el último Q fueron muy malos, así que por el
momento hay un hiring freeze (hay que decirlo en inglés, que queda casi como si
estuviera grabado en las – originales – Tablas de la Ley) en Argentina y en
Bielorrusia”.
Y si, mientras escribo estoy
comenzando a hacer yoga, al menos de la cintura para abajo y controlando mi
respiración…soy uno con el Universo, estoy perfectamente instalado en el Aquí y
Ahora, nada puede perturbarme porque todos mis chakras están en armonía…
Ustedes pensarán que esta nota
bien podría titularse “Como perder amigos y clientes”, pero es todo lo
contrario, casi, diría, es un homenaje a mis amigos laborales, no sólo a los
que me dan de comer, sino también a aquellos que nunca contrataron mis servicios
pero que más de una vez invitaron un almuerzo, o simplemente una charla con
café (o nada) de por medio.
A todos, gracias por hacer mi
vida profesional un continuo ejercicio de creatividad y supervivencia y, sepan
los que aún no me contrataron, que si me buscan me van a encontrar.
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