Por Guillermo Ceballos Serra
Años atrás participé en una
búsqueda para la dirección de recursos humanos de una gran compañía internacional;
grande en términos de facturación, con presencia en muchos países, con muchas
locaciones en el país y esencialmente con
un número muy importante de colaboradores.
En la entrevista con el CEO,
éste me explicó claramente, que esperaban contar con el primer director del
área con peso específico propio. Agregó que el grupo había decido dar un cambio
de enfoque a la función. Qué hasta el momento RRHH era una prolija oficina
administrativa, pero aportadora de escaso valor significativo fuera del
cumplimiento de los procesos básicos.
Mi pregunta fue si en su
opinión, este cambio era acompañado genuinamente por la convicción del resto de los directores o era un mero acatamiento
formal por ser una directriz de la casa
matriz. Su respuesta creo fue bastante honesta: “Bueno… dijo, no todos te
esperan con los brazos abiertos, vas a tener que convencerlos…”
Finalmente no acepté la propuesta,
por razones que no hacen al propósito de este artículo, salvo la que comparto a
continuación, me convencí de que habría hacer una inversión considerable en estructura de RRHH como para impactar significativamente
en el negocio y no los creí dispuestos a hacerlo, puesto que contaban con muy
buenos resultados sin un departamento de recursos humanos.
Con los años he visto mas y mas
que, a pesar de lo que tendemos a pensar, muchas
organizaciones muy exitosas, carecen de un departamento de recursos humanos
más allá de las funciones mínimas
relacionadas con el reclutamiento y el pago de la nómina.
Muchas veces también
encontramos unidades de negocios “descentralizadas”, que prescinden de la función y en el mejor de
los casos reciben un servicio marginal del sector corporativo. ¿Es que no se
realizan funciones de recursos humanos? La respuesta es enfáticamente
afirmativa, siempre se realizan estas funciones; no olvidemos que los líderes
son los verdaderos responsables de recursos humanos de su sector. En estos
casos, quizás el inconveniente radique, en que estas funciones no están en
manos de especialistas de la función y los costos de estos prestadores amateurs
son muchas veces ocultos e intangibles.
¿Deberíamos sorprendernos? Definitivamente
no, se trata de organizaciones que por alguna razón no han percibido el valor potencial
que podría aportar un buen equipo de recursos humanos a la organización. Pero
¿es su culpa? Nuevamente, definitivamente no, lo más probable es que en las
experiencias vividas esa “propuesta de valor” estuvo ausente.
¿Cuál es la propuesta de valor de recursos humanos?
Estimado colega, si encuestáramos
a los colaboradores de nuestros propios departamentos de recursos humanos, por
escrito o preguntado individualmente sobre ¿cuál es la propuesta de valor o la misión
de recursos humanos?, ¿darían una respuesta uniforme? Presumo que no, por lo
que sin una comprensión y alineamiento de la propia función, ¿podríamos entender la esencia del negocio y como aportar
al logro corporativo desde nuestra propia área?
Entonces, sin una conciencia o
visión propia compartida ¿se puede ofrecer una propuesta para el conjunto?
Siempre he sostenido que la función esencial de recursos humanos es
desarrollar personas a través del trabajo por el cual las se logran los
objetivos de la organización.
Todo gerente de la organización
comparte este objetivo primario y complejo. Objetivos que son cualitativos y cuantitativos a la vez;
porque para recursos humanos y para la organización en su conjunto no nos es indiferente el modo como se
logran los resultados.
Definitivamente rechazo a todos los que sacrifican a las personas en el
altar de los resultados. No lo digo solamente por ser mi función específica, lo sostengo porque está bien que sea así y por tanto es
bueno para la organización. Es bueno por
ser intrínsecamente bueno y es bueno desde un mero criterio utilitario. Todo resultado a expensas de las personas
es necesariamente de corto plazo. Por tanto estas prácticas son claramente contrarios a los intereses de los
accionistas. El accionista que pertenece al sector de la industria o servicios
donde opera su organización, es necesariamente, inversor de largo plazo.
Por tanto, cuando los
departamentos de recursos humanos cumple con su función, con sus más y con sus
menos, comprenden la organización, comprenden su negocio y son capaces de realizar
propuestas que contribuyan a concretar los objetivos del resto de los sectores
y de la corporación en su conjunto.
Esencialmente cuando sean
capaces de contribuir a instalar una cultura de aprendizaje, flexibilidad y
capacidad de respuesta a sus clientes en entornos crecientemente cambiantes y dinámicos.
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