NOVIEMBRE 2024

martes, 4 de marzo de 2014

¿QUÉ PARADIGMAS VAMOS A DESCARTAR EN LOS PRÓXIMOS 5 AÑOS?



Por Guillermo Ceballos Serra

La ficción, en la literatura o en el cine, anticipa el futuro. 
Habitualmente cuando se aproxima la entrega de los premios Oscar, trato de ver antes del evento, todas las películas nominadas a la estatuilla a la “mejor película”. 
Más allá de los premios recibidos, me llamo mucho la atención la película Her/Ella, donde en un futuro muy cercano, quizás menos de una década, un escritor, patéticamente solitario , que atraviesa las etapas finales de un divorcio, decide comprar un nuevo sistema operativo para su teléfono y su computadora llamado "Samantha”.

Samantha es un nuevo modelo de inteligencia artificial y su voz es atractiva, sabe escuchar, aconsejar y ser servicial con el protagonista. Como en muchas ficciones del pasado  acaban enamorándose el uno del otro, con una problemática novedosa. Un “amor imposible” se convierte en “creíble” por el talento del director. Entre las originalidades de la película, está una salida de “parejas” donde Samantha, participa a través de la videocámara y el parlante de un celular.

Muchas cosas impensables hace poco tiempo son habituales en la actualidad, ¿Podrá ser esta una de ellas?

En el mundo corporativo, no  ya en la ficción, sino de la realidad concreta, Facebook acaba de concretar la compra en US$ 19.000 millones de dólares de WhatsApp, una empresa de mensajería para telefonía móvil de Mountain View, California, fundada en 2009 de sólo 55 empleados. La operación se realizó en US$ 12000 millones en acciones, US$ 4000 millones en efectivo y US$ 3000 millones en acciones para los fundadores y empleados.

Según un artículo del diario La Nación, estos números alcanzan una valoración de WhatsApp “superior a la de 275 integrantes del índice Standard & Poor 500 que agrupa a las mayores empresas estadounidenses que cotizan en bolsa”.

¿Donde están las fábricas, los miles de empleados, la historia corporativa contada en décadas?

Se pagó por el potencial, por tanto, se pago por algo que no existe todavía (1000 millones de usuarios conectados). Se compró futuro y quedo en  evidencia una vez mas,  que el valor del capital intelectual, el valor del conocimiento, el capital relacional, un intangible, supera holgadamente al valor de los “fierros” e instalaciones tradicionales.

Esta  historia hubiera una impresionante ficción en el cine de hace apenas 25 años !!!

Estas realidades, no solo existen en el mundo de la ficción o de los grandes negocios corporativos, ocurren también  en el día a día de las organizaciones. No hablamos ya de la generación Y, ni del flexitime, ni de las oficinas abiertas, ni de empresas social y familiarmente responsable, diría que esto ya un “clásico” aunque muchos todavía no se hayan dado cuenta.

Hablamos de nuevas posiciones, como por ejemplo, Chief Digital Oficcer – CDO (ejecutivo responsable de convertir los negocios analógicos en digitales),  Niches Development Manager (gerente de desarrollo de nichos de mercado), Data Crunching Manager (responsables de obtener información de sus consumidores, competidores, procesando y dando sentido a los datos para su aprovechamiento comercial, el Personal Brand Manager (responsable de cuidar la reputación personal de los ejecutivos a lo largo de sus carreras). Incluimos todas las posiciones referidas a la nanotecnología, robótica, biomedicina, etc., etc y muchas más.

Pero más allá de nuevas posiciones, enfrentamos “pequeños” nuevos hechos para cada organización en particular.

En efecto, ¿qué significa para una organización, no habituada a ello, la primera madre que retorna al trabajo y pide cumplir media jornada en lugar tomar de su tiempo de lactancia?¿Que implica para una organización el experto en algún campo de tecnología que no cuenta con educación formal universitaria, pero desborda de conocimientos?¿ O aquel que no ha trabajado en ninguna empresa y su experiencia es adquirida en su hogar? ¿Cómo reaccionamos cuando alguien pide una licencia para hacer, por ejemplo, el cruce de los Andes o por cualquier otra razón considerada personal en otros tiempos? ¿Qué actitud tomamos cuando alguien que necesitamos por un saber especifico, quiere mantener una actividad lucrativa fuera de la empresa y pide trabajar menos días a la semana o al mes?

¿Cómo resolvemos estos temas en la realidad de cada día? ¿Dónde encontramos la respuesta adecuada, cuando las que conocemos no la proporcionan?

Lo expuesto no significa que debemos renunciar a nuestras experiencias o que estas han perdido valor, estas experiencias deberían darnos una mayor cuota de humildad como para saber que no tenemos respuestas para los nuevos problemas y nuevas realidades, que tenemos que pensar en formas novedosas y no asustarnos por hacerlo y menos aún por las conclusiones a las que arribamos. Tenemos que entender que en esa experiencia pueden estar las bases de las nuevas soluciones, de los nuevos modos de encarar los temas y que por su propia naturaleza serán de corto plazo.

En definitiva, se trata de sostener nuestros valores, nuestras ideas y paradigmas, pero reconociendo y valorando positivamente a los que los contradicen, de integrar nuestros paradigmas con las dudas que los cuestionan  propias de los nuevos tiempos,  porque  al final del día , “para llegar a ser lo que no eres, debes recorrer el camino en el que no estás…” (T.S.Elliot).

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