NOVIEMBRE 2024

martes, 28 de enero de 2014

LOS DESAFÍOS DEL MERCADO LABORAL PARA 2014



Por Julián Arturo de Diego. Titular del Estudio De Diego y Asociados. Director del Posgrado en Conducción de Recursos Humanos de la UCA.

En un año político y económico crucial para el destino de la Argentina, los grandes temas del mercado del trabajo se han constituido en ejes centrales del futuro crecimiento y desarrollo.
Los temas claves son seis:

1) la política salarial dentro de la negociación colectiva;
2) la reformulación de los convenios colectivos en función de las nuevas tecnologías y las nuevas formas de organizar el trabajo;
3) las reformas legislativas que generen plataformas para el futuro;
4) la promoción e incentivo para todas las actividades con mano de obra intensiva;
5) la contratación de los beneficiarios de los planes sociales en un contrato promocional que incentive al empleador sin perder los beneficios de los mismos; y
6) la reformulación de los impuestos regresivos que afectan el trabajo.

Veamos que nos plantea cada uno de los items.

1) En lo que hace a los salarios, el año 2013 culmina con un promedio de incrementos salariales por vía convencional en torno del 27,6%, prácticamente con la misma evolución que los precios de la góndola, todo merced a un proceso de negociación que fue signado por la prudencia y la razonabilidad.
Retrasar la negociación, escalonar los ajustes, pagar sumas no remunerativas y bonos o sumas de pago único fueron los recursos empleados.

El año 2014 tiene una clara asechanza proveniente de la aceleración de la inflación con la pérdida consecuente del valor del salario. Las aspiraciones de los sindicalistas, que tienen una buena percepción de lo que ocurre con los salarios, su poder de compra, y la pérdida de su valor venal, nunca puede resignarse a ajustes inferiores a la inflación.
En gran medida los ajustes de salarios pueden ser un motor de la inflación si crean expectativas y producen incertidumbre. Es también cierto, que el factor confianza opera como un elemento clave en el futuro cercano. Si estos parámetros se reproducen en el año próximo, será fundamental que los ajustes sean periódicos y que acompañen el proceso inflacionario sin adelantarse a él.


Si las primeras negociaciones no logran marcar el camino, habrá que convocar a una gran paritaria nacional en base a un acuerdo marco, que admitirá ajustes solo dentro de un recuadro de restricciones.

2) Los convenios colectivos que se renueven serán una herramienta clave para la modernización de las relaciones laborales, sobre todo con la introducción de los sistemas robotizados o automatizados y para reordenar las nuevas formas de organizar el trabajo. Su inclusión de esta temática dependerá en gran medida de la madurez que presenten las partes, y sobre todo, del reconocimiento sindical que la automación y la sustitución de máquinas y equipos es imprescindible para preservar la competitividad local e internacional impuesta por el mundo globalizado.

3) Las reformas legislativas deben abando
nar antinomias y apuntar a las necesidades del mundo del trabajo. Parece insólito que en un país que se precia de apuntar a un futuro promisorio se legisle en base a los principios del pasado. Proyectos como el trabajo virtual, el teletrabajo, el empleo de las nuevas tecnologías a distancia, el home office, no cuenten todavía con un adecuado marco regulatorio. Solo algunos convenios colectivos han contemplado estos procesos, y con ello, se adelantaron al resto en productividad y competitividad. Algunos de estos recursos tienen proyectos oficiales no remitidos al Parlamento.

4) Las actividades con mano de obra intensiva como los centros de cómputos, el turismo en general, deberían promoverse sobremanera, ya que pueden atenuar los ajustes que se producen en la economía y aumentan singularmente la oferta de trabajo. La infraestructura hotelera en todos nuestros centros turísticos pueden ser una fuente extraordinaria de ingresos, con reglas claras y con incentivos al turista.

5) El puente entre los desocupados o subocupados y el mercado  lo pueden generar medidas muy simples como la admisión de todos los alcanzados por los planes sociales sin suspender los beneficios del sistema.
En la actualidad, quién es titular de un plan trata de trabajar ‘en negro‘ dado que el empleador que lo incorpore al registrarlo le genera la baja en el beneficio, baja que además es difícil de recuperar. El puente debe contar con dos complementos: el primero es el de acompañar el trabajo con capacitación y entrenamiento, y el segundo es el de incentivar al empleador a incluir a estos trabajadores, admitiendo que la capacitación sea deducible de las cargas sociales, y que ésta cuenten con una quita para el trabajador beneficiado sin perjuicio previsional ni de obra social. Si al beneficiario del plan se le mantiene el mismo hasta que se haya consolidado en su trabajo (como mínimo dos años) no habrá mayor costo para el Estado, y será un desocupado que pudo reencontrar el camino del mercado de trabajo, que no es otro que el camino de la inclusión sustentable.

6) La reformulación del régimen de impuestos y cargas sociales que se han convertido en mecanismos regresivos, como lo es el impuesto a las ganancias y la importante incidencia de los aportes y contribuciones a la seguridad social.

Parece que el 2014 no solo es un año de transición, es un año de desafíos de los que dependen el destino político y económico de nuestro país.

Todo indica, que habrá que abandonar ideologías, subordinación a ciertos modelos, y sobre todo, habrá que abrir la mente a nuevos horizontes de corto y mediano plazo, que solo y únicamente dependerán de tomar medidas adecuadas, para recuperar lo que se ha perdido con muy poco y en muy poco tiempo: la confianza.

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