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http://www.tatum.es/blogosferarrhh/Paginas/Inicio.aspx
Por Guillermo Ceballos Serra
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Por Guillermo Ceballos Serra
La capacidad de atraer y
retener talento es la clave del éxito y supervivencia de las organizaciones.
Esta habilidad es tan esencial para las organizaciones tanto como la capacidad
de generar productos o servicios novedosos para servir al cliente y llegar al
mercado en tiempo y forma.
Muchas compañías parecen no
haber tomado nota de esta necesidad todavía hoy.
En efecto,
carecen de conciencia de que la captación del talento es un tema integral,
omniabarcador, que comienza con la convicción de que se trata de un tema
estratégico.
A partir de allí se generan una
serie de procesos y acciones del que todos los sectores son parte esencial de
la problemática de la atracción del talento necesario para convertirlo en un
proceso que genere una ventaja competitiva.
El primer punto es el branding
corporativo, nuestra imagen como organización. ¿Cómo tangibilizamos lo que
somos? ¿Como posicionamos nuestros productos? ¿Cómo construimos un imaginario
del que otros quieran ser parte, sea disfrutando de nuestros productos y
servicios o intentando ser participantes de nuestro proyecto común?
Todo cuenta, las organizaciones
hablan en primer lugar a través de sus productos y servicios, pero además de desarrollar
y vender un buen producto deben construir una imagen de marca que la
identifique. ¿Cómo construimos nuestra identidad de modo tal que impregne todo
lo que la organización es o quiere ser? Sólo cuando esto ha ocurrido podemos
transformar este capital además, en “marca
empleadora” (employer branding).
Claramente el quid de la cuestión
del reclutamiento es encontrar buenos candidatos y cubrir las vacantes
rápidamente y comprometer a los gerentes que contratan. Por tanto, las organizaciones tienen que hacer publicidad no solo de
sus productos sino también de su marca empleadora.
Para encontrar buenos
candidatos, hay que buscarlos donde se
encuentren, sea en el mundo real o virtual. Se encuentran en ambos mundos, pero
mayoritariamente, aunque no excluyentemente, se conectan en la web, navegan en los portales
de empleo, las redes profesionales y las webs corporativas.
Mas no se debe descuidar ningún
ámbito, hay que posicionarse en los mercados de talentos más competitivos, esto es mediante la
participación en universidades, ferias y congresos del sector, docencia
universitaria o en posgrados de sus ejecutivos, campañas de responsabilidad
social empresaria, redes sociales, planes de jóvenes profesionales, generación de
relaciones virtuales: aplicaciones móviles, email marketing, grupos de desarrollo
de foros propios para conocimiento de candidatos.
Los candidatos a posiciones liderazgo
ejecutivo en general se contactan por relaciones personales o headhunting.
La marca empleadora también se
construye por algo no tan tecnológico,
pero muy efectivo, que es el boca a boca. Por
tanto, debe tenerse en cuenta algo muy simple y tan evidente que muchas veces las
organizaciones pasan por alto: la
inmensa mayoría de los candidatos no ingresa a la compañía.
En efecto, por cada vacante se
entrevistan múltiples candidatos, muchos avanzan varias etapas, en general tres
llegan a la lista reducida de finalistas y sólo uno ingresa. Por tanto es crucial generar una vivencia positiva
para cada uno de los postulantes en cada etapa del proceso de reclutamiento.
Desde facilitar el conocimiento
de la compañía a través de los sitios corporativos, suministrando información de
performance financiera, productos y servicios, valores y cultura
organizacional, como la “amigabilidad” del site para completar datos personales
o test on line que funcionen como primer filtro.
Durante el proceso es esencial
el modo como contactamos a los potenciales candidatos, el lugar donde los
citamos, el trato que brinda quien realiza las evaluaciones sicométricas, el
servicio médico, la discreción y tacto del relevamiento de antecedentes y la dedicación
y conocimiento de la posición y de la compañía de parte de los entrevistadores.
Por último, el feeback para todos
los postulantes que no lograron la posición y el mantenimiento del contacto con
aquellos buenos candidatos, a través de una comunicación periódica, puesto que
pueden volver a postularse o referir talentos valiosos.
Esta vivencia positiva
individual, trasmisible en el día a día de manera informal, pero muy eficiente,
construye el valor de la marca
empleadora y contribuye a convencer a las personas a invertir su talento en
nuestras organizaciones.
2 comentarios:
Me ha encantado su artículo ya que me ha aportado una visión muy completa de lo que debe incluir la gestión de la marca empleadora y la importancia que tiene para las empresas el cuidar su imagen corporativa. Además de estar presente en diferentes eventos, medios de comunicación o redes sociales y hacer publicidad de su marca, también es esencial cuidar las experiencias positivas que tienen las personas que contactan por primera vez con la organización y las que trabajan en la misma. Muchas empresas deberían tener en cuenta estos aspectos para darle valor a su organización y conseguir que los empleados se sientan orgullosos de pertenecer a ella para que obtengan mayores niveles de productividad.
Un saludo, Silvia
Muchas gracias Silvia, el tema está en generar experiencias positivas a cada paso del proceso.
Saludos
Guillermo
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