Por Roberto Vola-Luhrs, Lic. en Recursos Humanos y Doctor en Ciencia Política. Socio co-fundador de
Voyer Internacional. Académico en distintas universidades de Latinoamérica.
Las empresas de hoy que logren
permanecer en el futuro serán las que más rápidamente modifiquen las descripciones
de sus puestos de trabajo.
Una descripción de puesto es un
documento elaborado en el pasado –reciente o no- que contiene información
objetiva e identifica tareas por cumplir
y responsabilidades que se espera sean cumplidas. Además, determina la relación
entre el puesto descripto y otros puestos de la empresa. Contendrá los
requisitos que se le exigirán a la persona que desempeñará el puesto para que
pueda cumplir el trabajo, obviamente, con el grado de excelencia requerido.
Es importante observar que la
descripción se basa en la naturaleza del trabajo-función-responsabilidad
y no en el individuo que lo desempeña o desempeñará. Es decir, quien ocupe el
puesto es posterior a la descripción que se haga del mismo. Podría suceder,
también, que habiéndose redefinido un puesto quien lo ocupaba hasta ese momento
no siga en la posición por haber quedado obsoleto.
La obsolescencia de las
personas es lo que son los virus para las computadoras y el software. Con
sigilo y tratando de pasar inadvertida se instala y expande en cada trabajador,
independientemente del nivel jerárquico que ocupe, edad, o experto que sea.
La descripción de un puesto de
trabajo no es más que el resultado de lo que se venía haciendo o se espera en
un futuro que se haga. Su definición está teñida desde la visión de quien lo
describe por los usos, y costumbres, por las creencias establecidas de verdades
a medias, por lo que se ha hecho con éxito en el pasado y hasta por lo que se
quiere imponer en el momento de hacer la descripción.
Una descripción de puesto tiene
más complejidad de lo que parece porque no es una cosa aislada sino que es
influida e influye sobre el resultado esperado de otros puestos de trabajo. Una
vez impuesta la descripción esta será reconocida por los miembros de la empresa
durante un tiempo porque proporcionará, a través de quien ejecute el puesto, soluciones
y resultados.
En el campo organizacional
debería verse a la descripción de un puesto de trabajo cómo se reconoce a los
paradigmas en las ciencias, esto es: una secuencia en espiral; un paradigma
inicial forma un estadio de ciencia normal - sigue una crisis que desestabiliza
el paradigma - se crea una revolución científica nueva - se establece un nuevo
paradigma - que forma una nueva ciencia formal normal. Y a empezar de nuevo,
pero con un paso adelante!
Cambiar la descripción de un
puesto de trabajo, entonces, no vuelve todo a cero sino que nos pone un paso
adelante. El problema radica si se da por sentado que la descripción de un
puesto debe respetarse y defenderse como la ley o los principios morales. Si
fuera así, se crearía un espacio-tiempo lineal en donde nada cambia de verdad y
se la establece a esa descripción de puesto como una verdad inmutable y, entonces,
el proceso de la evolución se estanca y la obsolescencia se apodera de ese
espacio.
Al partir de la descripción de
un puesto en vigencia, para analizar una situación presente, este llega a
determinar nuestra percepción de la realidad que, como sabemos, no existe una
percepción neutra, objetiva, verdadera de los fenómenos sino que la percepción
se ve teñida, enmarcada, tamizada por esa descripción del puesto del pasado que
ahora nos controla y dirige. El riesgo es creer que lo percibido “es la verdad”
cuando en realidad la descripción de un puesto, por su esencia, descalifica las
demás opciones.
La mayor o menor capacidad de
percepción que tenemos está basada en la apertura de la conciencia, y esta está
fundada en la capacidad de uso de nuestra inteligencia y talento que nos sobra.
La maravillosa mente humana, si la desafiamos, sabe cuándo debe dejar ir una
creencia cualquiera sea ella, como la que se ha formado sobre una descripción
de un puesto de trabajo. Volverse consiente de los cambios del entorno es
extremadamente difícil sin un espíritu cuestionador de lo que nos viene dado.
Nadie desconoce ya la velocidad y la profundidad del cambio. Sin embargo en nuestro ojo de
observador cauto se va creado una retícula densa que envuelve e impide mantener
la capacidad de los reflejos instantáneos, veloces y ligeros. Habría que entrenarse
en el desarrollo de una mirada certera sobre cada puesto de trabajo para poder
reconfigurarlos, para desmadejarlos totalmente y volvernos a armar cada vez.
La descripción de un puesto de
trabajo es un mojón del pasado y por ello hay que usar todas las facultades de
nuestro cerebro creativo e innovador para desafiarnos y cuanto antes volver a
describirlo!
1 comentario:
excelente presentación del tema, y comparto.
debería restablecerse este sistema y exigir cumplimiento y excelencia. tal vez uno de las fallas es que ya no es una práctica habitual hacer evaluaciones de performance en un puesto para ´hacer carrera´ dentro de las empresas. saludos Mariel
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