Por Lorena Di Verniero, Directora de Recursos Humanos,
Calidad y HSE - Sodexo Argentina.
Cuando
Guillermo me preguntó si podía escribir un artículo para el blog, me quedé
pensando en todos los que he leído en este y en otros tantos medios que nos
mantienen, conectados e informados; y por ende en qué podía aportar a ese gran
reservorio de sabiduría, experiencias, aciertos, proyectos, etc.
Sin
duda todos y cada uno de nosotros ha escuchado (y seguramente recitado hasta el
hartazgo) la evolución del rol de Recursos Humanos, en los últimos 60 años y de
ahí mi reflexión; ya que todos entendemos racionalmente esa evolución pero
cuántos de nosotros realmente estamos preparados para impulsar y potenciar las
competencias que se requieren para enfrentar los desafíos por venir.
En
estos días con un contexto hostil y agresivo, signado por una oferta considerable
de productos y servicios a grandes rasgos similares, ya no basta ser el mejor
de los mejores y es imperativo ser DIFERENTE.
Es
difícil pensar en seguir sosteniendo las distintas estrategias que han regido
el siglo pasado en relación a la administración (de Taylor a Druker, pasando
por Porter, Demming, Weber) y no entender que para que las cosas pasen de una
manera diferente necesitamos pensar de una manera distinta. Podemos citar desde
Einstein hasta Handy pero de una forma u otra la conclusión es clara no podemos
seguir haciendo lo mismo y esperar resultados distintos, ni diseñar un futuro
diferente mirando hacia atrás.
No es
simplemente interpolar modelos aprendidos sino diseñar, crear, soñar pensar
soluciones radicalmente distintas, sobretodo a la hora de hablar de personas.
Tenemos
que aceptar el reto y enseñarle a nuestras organizaciones a desaprender lo
aprendido, a liberar el talento organizacional que reside ni más ni menos que
en nuestra gente, no sólo porque es una de las ventajas competitivas, como
hacemos hincapié desde hace años, sino porque son ellos quienes nos van a
permitir ser tantas veces diferentes como empleados tengamos.
Entonces
con este panorama se hace cada vez más crítico transformarse en el catalizador
y conductor de esa fuerza innovadora que está dentro de cada uno de nuestros
colaboradores de forma tal de asegurarnos que pueden estar a la altura de ser
dueños de su propio negocio, teniendo claro que su negocio va más allá de su
rol.
Responsables
de Recursos Humanos, Directores de Gestión del Capital Humano, Gerentes de
Gestión del talento, o Directores de Orquesta; cada uno de nosotros elije, pero
nuestro rol es necesariamente impulsar el cambio de la forma en que están
actualmente organizadas las compañías, potenciar modelos estratégicos que
fomenten la libertad y la disciplina en pos de transformar cada organización en
una empresa de servicios donde cada empleado sea un administrador eficiente de
su rol, con máxima responsabilidad individual y de esta manera hacer explotar
el talento en todas sus formas.
Los
líderes de esta nueva era serán aquellos capaces de contagiar la pasión por lo
que hacen, de entusiasmar a sus equipos con los restos a enfrentar, de inspirar
a las distintas generaciones que actualmente conviven en las organizaciones a
dar lo mejor de sí.
Muchas
veces las organizaciones limitan la creatividad simplemente apegándose a lo que
funciona. Fomentando una cultura de experimentación es posible liberar el
talento, la innovación y la satisfacción personal. Roger Martin Decano de la
Rotman School of Management
Finalmente
me gustaría agradecer al profesor Fabio Novoa por su provocadora disertación
que me permitió cerrar esta reflexión.
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