NOVIEMBRE 2024

domingo, 14 de noviembre de 2021

¿QUE SIGNIFICA REALMENTE LA NUEVA NORMALIDAD?

 


Por Guillermo Ceballos Serra

Desde 2020 el mundo no es lo que solía ser, ni será lo que esperábamos que fuera.  Analistas y estudiosos de diversas disciplinas acuñaron el término “nueva normalidad” (new normal) y se explayaron sobre los contenidos de dicho concepto.

La realidad es que el mundo ha demostrado ser mucho más dinámico y creativo que lo que se imaginaba. Esencialmente porque cada país ha experimentado diferentes situaciones y el grado de apertura de sus economías permite distintas velocidades de respuesta frente a los cambios.

Está claro que la nueva normalidad no será una reedición de la vieja normalidad con alguna cosmética. Será una variedad de efectos en buena medida no anticipados. Ejemplo de ello, son algunas de las situaciones que está experimentando la economía estadounidense, una de las más rápidas en velocidad de reacción ante nuevos acontecimientos.

Recientemente, pretendí alquilar un vehículo en la ciudad de Detroit y devolverlo en una ciudad del interior del estado de Michigan. El resultado fue la absoluta imposibilidad de hacerlo, solo podía alquilar el automóvil si lo devolvía donde lo había alquilado por la escasez de vehículos. Increíble, pero Detroit, la cuna mundial de la industria automotriz carece de vehículos suficientes.

Puesto a investigar las razones de este problema, las mismas residen en unos pequeños elementos: Chips. Hay chips en casi todos los dispositivos eléctricos que utilizamos, teléfonos computadora y obviamente automóviles y cientos de artículos que ni imaginamos.

Las cuarentenas generaron cierres de empresas y fábricas, por lo que la producción de chips cayó drásticamente con la consiguiente acumulación de pedidos. A esto hay que sumar el cierre de puertos de Asia, por donde pasa un altísimo porcentaje de los productos electrónicos dejando miles de contenedores sin movimiento.

Obviamente las automotrices tienen su cuota de responsabilidad por haber cancelado pedidos por la misma razón, el cierre de sus fábricas. La industria automotriz producirá entre 2 y 5 millones de automóviles menos este año. Digamos que se está frente a una situación extrema de crisis en la cadena de suministro que puede llevar de 6 a 12 meses para normalizarla.

El mismo fenómeno se da en otras industrias. La emblemática Apple con el lanzamiento de su IPhone 13, prácticamente imposible de conseguir en una tienda en todo el país. Sus ventas son online con entregas prometidas dentro de un plazo de aproximadamente 3 semanas. También es obvio decir, que cuando se lanzó el IPhone 13 el pasado mes de septiembre, la situación ya era conocida.

Los problemas de suministro de chips no se resolverán a corto plazo. Pat Gelsinger, CEO de Intel, sostuvo que "el equilibrio entre la oferta y la demanda no se producirá hasta 2023", manteniendo previsiones anteriores. No quedará mas remedio que esperar.

Otra consecuencia inesperada es la falta de mano de obra disponible para las empresas de todo rubro y tamaño.

La pandemia pegó drásticamente en el empleo. Entre febrero y abril de 2020, la cifra de desempleados subió de 5.700.000 hasta 23.110.000, alcanzando una tasa de desempleo de casi el 15%. Gradualmente fue recuperándose en el empleo en 2021, pero ni remotamente en la medida esperada, al punto tal de que, no solo no se cubrieron las vacantes existentes sino también se produjeron renuncias masivas totalmente inesperadas. La ola de renuncias presenta la paradoja que en país hay aún más de 9 millones de personas desempleadas, según cifras del departamento del Trabajo correspondientes a mayo.

De acuerdo con datos de la U.S. Bureau of Labor Statistics (Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU.), 4 millones de estadounidenses renunciaron a sus trabajos en julio de 2021.  Las renuncias se han mantenido altas desde entonces, mientras que el ablandamiento de los confinamientos ha permitido la apertura / creación de casi 11 millones de puestos trabajo. La pregunta del millón es ¿Qué está sucediendo?

Según el artículo de Ian Cook publicado en Harvard Business Review [i], a) las tasas de renuncia son más altas entre los empleados a mitad de carrera. Los empleados entre 30 y 45 años han tenido el mayor aumento en las tasas de renuncia, con un aumento promedio de más del 20% entre 2020 y 2021.

b) Las renuncias son más altas en las industrias de tecnología y atención médica.

En general, las tasas de renuncia eran más altas entre los empleados que trabajaban en campos que habían experimentado aumentos extremos en la demanda debido a la pandemia, lo que probablemente provocó un aumento de la carga de trabajo y el agotamiento.

Estas tendencias resaltan la importancia de adoptar un enfoque basado en datos para determinar quién tiene mayor riesgo de rotación, por qué las personas se están yendo y qué se puede hacer para prevenirlo.

No obstante, la profunda investigación realizada, la simple observación permite ver en el día, en diferentes estados, que no son solo los que se encuentran a mitad de sus carreras ejecutivas o profesionales de las industrias tecnológicas, son también aquellos de posiciones no muy calificadas, simplemente ignoran las ofertas de trabajo que se publicitan.

A modo de ejemplo, la cadena de restaurantes Applebees, coloca en la factura “¡Estamos contratando para todas las posiciones! No se requiere experiencia. Full o part time”. Mc Donalds, ofrece un “signing bonus” de 200 dólares y 15 dólares la hora y restaurantes similares ofrecen hasta 21 dólares la hora, cuando en prepandemia eran 9 a 12 dólares.  Empresas con personal más calificado, bancos por ejemplo, también prestan servicios con cita previa, no por precaución del Covid, sino por la carencia de personal para atender a todos los clientes que visitan sucursales y no usan los canales digitales.

Comercios, restaurantes, gimnasios, grandes tiendas se ven obligados cerrar anticipadamente porque no cuentan con personal para cubrir dos o tres turnos. Muchos dueños de pequeñas de empresas familiares vuelven a las tareas de sus origines porque no logran captar las personas que necesitan y porque no pueden competir por quienes tienen más espalda económica.

Aquí podemos claramente percibir dos conceptos que constituyen las dos caras de una moneda.  El Mercado de Trabajo:  constituido por ofertas de empleo de las empresas en cierto momento y en cierto lugar y el Mercado de Recursos Humanos: integrado por el conjunto de individuos disponibles, aptos para el trabajo, en cierto momento y en cierto lugar.

Ante la diferencia ostensible entre la demanda y la oferta de ambos mercados, se recurre a una expansión artificial del mercado de recursos incurriendo en muchas veces en mayores costos. Sea aumentando sensiblemente los salarios para pagar por un servicio más de lo que vale, contratando personal sub-capacitado, absorbiendo las empresas el costo de completar su formación, realizando horas extras o reincorporando personal retirado que muy feliz vuelve a estar activo.

Es muy difícil interpretar un universo tan disímil de probabilidades por las que una persona, renuncia o se abstiene de tomar un nuevo empleo.  

Algunas de las razones pueden ser en primer lugar el agotamiento mental y físico de ciertos trabajos esenciales prestados en la pandemia que convivieron con la primera línea frente a enfermos o con todo tipo de gente, con el riesgo y la angustia de eventuales contagios.

Otro factor ha sido la creatividad humana, me refiero a la gran cantidad de gente que descubrió vocaciones que jamás habría considerado y emprendido un camino que solo era posible en un entorno de excepcionalidad. 

El descubrimiento del home office, tanto para empresas y colaboradores, donde otrora las tareas no podían ser sino presenciales y hoy la realidad ha demostrado que efectivamente existían muchas mas alternativas a la hora de la prestación de un servicio.

También puede existir un grupo de gente que, habiendo atesorado, aprovechando generosas prestaciones sociales de la pandemia, se tome algunos meses sabáticos practicando el famoso “wait and see” hasta que exista mayor claridad en las mentes sobre lo que se busca en a nivel propósitos personales y en los mercados.

Los mayores salarios y beneficios favorecerán a los que tradicionalmente ocupan puestos menos especializados, pero un punto que las empresas deben definir, son los niveles de flexibilidad que ofrecerán a sus trabajadores, primero incomodos con el trabajo desde el hogar, pero finalmente perfectamente adaptados. ¿Será el grado de flexibilidad un driver esencial a la hora de elegir un empleo? o ¿será simplemente la falta propuestas de empleo atractivas la razón de tantas vacantes?

Estos son simplemente una mínima muestra de nuevos desafíos de altísimo impacto a nivel global.

¿Cómo estamos por casa? Creo que en general, en asegurar la continuidad de los negocios. Las problemáticas locales están a años luz de las globales, sin agenda oficial en lo político y económico, es prácticamente imposible pensar a mediano plazo.  Es necesario pensar por uno mismo y descubrir las tendencias que están en desarrollo.

¿Qué significa esencialmente la nueva normalidad?

Esencialmente la búsqueda de sentido individual y colectivo (¿revalorizando a V. Frankl?), una exigencia de mayor certeza en la información disponible, una creciente necesidad de resocialización y distención, tanto comunitaria como individual y una visión positiva del futuro, donde el esfuerzo sea percibido como progreso para un modo de vida mas humano.

La nueva normalidad deberá pivotear sobre el valor real de las cosas, apalancar los negocios en los pilotes de la nueva normalidad y si hay que esperar por un nuevo IPhone, se esperará y aceptaremos que se puede vivir perfectamente con el modelo disponible.

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