Por Guillermo Ceballos Serra
Por primera vez, en doscientos años de historia de la República Argentina llegaron a la Presidencia y Vicepresidencia de la Nación, personas que realizaron sus estudios en universidades privadas. Esto significa que su formación académica transcurrió por canales diferentes y sin experimentar la actividad política propia de los claustros públicos, tal como lo vivieron el resto de los políticos civiles que ocuparon las primeras magistraturas.
Algunos de los nuevos dirigentes designados contaban con experiencia anterior en la gestión pública en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Pero el triunfo electoral de la coalición de gobierno en la Nación, la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad homónima, hicieron que esos cuadros experimentados, resultaran insuficientes para cubrir las posiciones necesarias en las tres mayores administraciones del país. De allí que se produjera la convocatoria directa al sector privado.
Este desembarco de protagonistas del sector privado en el sector público, generó la expresión de "ceocracia" por algunos opositores y fue divulgado por los medios de comunicacion. Por mi parte, lo tomo simplemente, como una palabra útil para sintetizar esta situación y una buena oportunidad para analizar este fenómeno singular en la historia de nuestro país.
Este desembarco de protagonistas del sector privado en el sector público, generó la expresión de "ceocracia" por algunos opositores y fue divulgado por los medios de comunicacion. Por mi parte, lo tomo simplemente, como una palabra útil para sintetizar esta situación y una buena oportunidad para analizar este fenómeno singular en la historia de nuestro país.
Comenzando por el principio, es decir, por el modo de reclutamiento, este fue primariamente vía referidos y conocidos de otros ámbitos y a través de la utilización de head-hunters que facilitaron el conocimiento de potenciales ocupantes de cargos de índole más técnica.
Este proceso está generando un interesante ejercicio de aprendizaje, por un lado, en los recién llegados carentes de experiencia de gestión en el sector público. Efectivamente, este grupo, tradicionalmente crítico de la burocracia e ineficiencia estatal, experimentará de modo inmediato, cuan válidas eran sus críticas y cuál es el poder real con que se cuenta para llevar adelante los proyectos propuestos.
Sin duda, deberán ejercitar todas las competencias relacionadas con la flexibilidad y apertura mental para reconocer otros talentos, los de los funcionarios valiosos, históricos, experimentados, con vocación de servicio que atravesaron muchas administraciones a lo largo de los años. También deberán identificar a los desmotivados, como también a los que entorpecen y a los que solo aparecen para cobrar los días de pago.
Tendrán que aprender que significa la estabilidad del empleado público en la práctica. Es decir, habrá que identificar y realocar a las personas en lugares que les resulten mas motivantes y adecuados a sus competencias y apetencias personales, porque no podrán prescindir de ellos como puede ocurrir en el sector privado, ni contratar masivamente nuevos funcionarios incrementando las plantillas.
Uno de los temas en que mas difieren el sector privado y el público, es que en el sector privado la capacidad es la regla. Es decir, puede hacerse todo lo que no está prohibido. Por tanto, el emprendedurismo e intraemprendedurismo se fomenta y recompensa. Por el contrario, en el sector público, la regla es la incapacidad. Me apresuro en aclarar que esta afirmación no contiene ninguna connotación descalificante. Significa que sólo puede hacerse aquello que está autorizado expresamente por la norma aplicable, de lo contrario, se puede incurrir, inclusive, en el delito de abuso de autoridad.
Corolario de lo mencionado, es la necesidad de una burocracia “buena”, es decir, aquellos procesos formales, imprescindibles para el funcionamiento de la administración que deben respetarse, que los actos administrativos sean jurídicamente válidos y protejan legalmente al funcionario que los ejecuta. Esta burocracia es diametralmente opuesta, a la que podríamos llamar “mala”, por improductiva e ineficiente, que entorpece, demora e imposibilita los fines y objetivos para los cuales fue establecida.
El antídoto adecuado para esta “burocracia mala”, es la modernización, a través de la tecnología, que simplifica gestión y transparentiza los procesos, minimizando por tanto las posibilidades de corrupción.
Un aprendizaje más difícil de asimilar, es el que conlleva del proceso de la toma de decisiones. En el ámbito privado, las decisiones se toman (a lo sumo se busca el apoyo de la jerarquía en la casa matriz) y se implementan. Si la implementación no funciona, se asume que hay parte del equipo que no está comprometido o que hay simplemente resistencia al cambio por cualquier razón.
En el sector público, las oposiciones, son fruto de la multiplicidad de intereses afectados por el cambio; por lo que se requiere mayor debate con los potenciales interesados a fin de maximizar el beneficio colectivo e infinita comunicación con dichos sectores.
Tradicionalmente, este último punto ha sido subestimado por las personas provenientes del sector privado que pasan asumir funciones en la administración. La oposición o los provenientes del sector político los llaman “técnicos” o “tecnócratas” en sentido peyorativo, pues son quienes deben implementar la letra “chica” de las grandes decisiones políticas.
Por cierto, en este nuevo escenario, muchos políticos tradicionales y aprendices de tales, tendrán que entender, que no alcanzan las declaraciones grandilocuentes y que el saber técnico es el único que posibilita la implementación eficiente de cualquier plan.
Los actuales servidores públicos, también tendrán que adaptarse a sus nuevos líderes. Tendrán dificultades para satisfacer sus ritmos, sus tiempos, la necesidad de contar con indicadores más confiables y enfrentarán requerimientos por una mayor eficiencia y cuidado en el uso de los recursos públicos, con una personalización de las responsabilidades. También deberán ser tolerantes con sus nuevos jefes y tendrán que armarse de paciencia para explicar que el seguimiento de determinados procedimientos, no busca entorpecer ni sabotear las nuevas ideas, sino, por el contrario, posibilitarlas.
Anticipo mi convencimiento de que no se abolirá la burocracia, pero sin duda deberá resultar más eficiente y efectiva. Será un ejercicio de aprendizaje mutuo, los dos ámbitos pueden beneficiarse y si ello ocurre, sin duda, será para provecho común de todos los habitantes de nuestro querido país.
4 comentarios:
Para aprender, la primera virtud necesaria es la humildad (aceptar el "no sé", el "no puedo", "necesito ayuda"). Como conocemos bien, no es una competencia muy desarrollada en los CEOS de las empresas privadas. Esperemos que logren reconvertirse.
Jorge, sin duda es una virtud /competencia imprescindible.
Abrazo
Muy bueno Guillermo. Desde mis 6 meses de experiencia creo que hay que subdividir el tema en varios subacapites como para distinguir;
A) Es "moda" Funcionario Publico ? Lejos esta de ser una moda, la responsabilidad de la funcion publica, la posibilidad de aportar nuestro pequeño granito de arena para hacer una Argentina mejor, mas transparente y que mejore la calidad de vida de todos y cada uno de nosotros es un motor que genera una energia tal que te lleva a trabajar 11 u 12 hs diarias, no salir a comer los mediodias, estar 7x24 y hasta poner en segundo plano hobbies personales que generan bienestar ( en mi caso el running ) asi que lejos esta se ser una "moda" entendido esto como algo fashion y relajado. Quiza llame la atencion que no cumplamos con el estereotipo del funcionario publico que todos conocemos o imaginamos.
B) Manejo Corporativo vs Manejo Politico. Para quienes venimos de Corporaciones, que por cierto tambien tienen sus cuestiones, nada cambia en el manejo y la negociacion interna entre areas. Ya venimos con ese ejercicio incorporado asi que es perfectamente asimilable a ambos escenarios. En definitiva en ambos casos se trata de relaciones entre personas, no ?
C) Estructuras. Como en todos los ambitos tenes gente mas o menos motivada y predispuesta. Gran parte ha tenido que ver una estructura de funcionarios que no marco el camino o no se preocupo por la eficiencia de la gente y logicamente si nosotros como lideres no predicamos con el ejmeplo, dificilemente abajo esta cualidad fluya espontanea y unilateralmente. Cuando marcas el camino, generas una agenda compartida de temas y haces el debido seguimiento te sorprende que hay mucha gente que se suma a estas iniciativas. Es, por otra parte, nuestro desafio como lideres hacer operativo y productivo el equipo de trabajo que recibimos, una cualidad que aqui si quiza debamos tener algo mas desarrollada que en el ambito privado.
D) Ebitda vs Politicas Publicas. En lo privado vivimos por y para el Ebitda y la eficiencia gira en torno cuantos puntos de mejora en el ratio que tal o cual accion generara. En el ambito privado hay que hacer el switch y pensar en cuanto mejoraran nuestras acciones, ditecta o indirectamente, los objetivos de Organismo Publico y por ende el bienestar y/o la srguridad de la gente. Es eso nada mas, nada imposible para alguien que venga de la actividad privada y haya trabajado por objetivos.
E) Burocracia vs Eficiencia. Logicamente en el Estado estas sujeto a Leyes y Reglamentaciones a cunplir y ceñirse a las mismas que es importante que haya voluntad politica de adaptar a las actuales necesidades y ritmo del mundo actu sin dejar de perder el control y uso eficiente de los fondos publicos. Sin perjuicio de ello creo que en el dia a dia quienes ejercemos al funcion publica podemos y tenemos acciones para ejecutar. "Lo que no se mide no se gestiona" me dijo un viejo maestro y es asi. Hay mucho por hacer en el estafo en materia de tableros de comando y metricas de seguimiento operativo. Hay que ir desarrollando esa cultura para ir detectando y corrigiendo desvios que en definitiva, si definimos los KPI correctos, redundaran en una mejora de todos los procesos y servicios tanto internos como al ciudadano. Es un trabajo perseverante, llevara su tiempo ya que no esta en el ADN del Empleo Publico, pero no dudo que dara sus frutos mas alla de las Leyes que se dicten para que seamos un Estado Moderno y Eficiente.
Espero no haberte aburrido con tanta letra querido Guillermo, fue mi humilde aporte desde adentro para contarle al blog como veo este tema tan interesante y que tan bien reflejaron tus palabras.
Abrazo.
Gracias Gustavo por dedicarle tanta reflexión a mi artículo.
Me consta que estás apasionado con este desafío y conozco tus cualidades profesionales por haber compartido muchas tareas y proyectos. Obviamente hay un tiempo de aprendizaje e imagino que como se dieron las cosas, el aprendizaje no fue planificado sino "a los golpes". Hay que considerar tambien que en general, los equipos se forman en el trabajo con gente que alguna es elegida por el lider, pero otra viene por compromisos propios de las alianzas y hay que aprender a trabajar junto a los que no conoces.
Creo que las metricas propias del sector privado, si la buena burocracia las valora serán un buen aporte a futuro. La buena burocracia no es enemiga de la eficiencia.
Te mando un fuerte abrazo y gracias por tu compromiso.
Guillermo
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