DICIEMBRE 2024

jueves, 3 de febrero de 2011

DESAMOR SIN ESCALAS – A propósito del film Up in the air.



Por Jorge Mosqueira
Propietario de Mosqueira y Asociados
Profesor Titular de RRHH en la Universidad de La Matanza
Profesor Titular de Administración de Personal de la UBA
Columnista permanente del diario La Nación


El film “Amor Sin Escalas” (“Up in the Air”, es su título original) es una cita inevitable para todos los profesionales de recursos humanos a partir del planteo de base. Su protagonista, interpretado por George Clooney, es un consultor externo que se especializa en despedir a los empleados de las empresas que requieren sus servicios.

El procedimiento es tan simple como impropio. Su misión consiste en realizar la entrevista final con mínimo riesgo de consecuencias legales o agresiones físicas, esas posibles reacciones de aquellos que reciben sorpresivamente la noticia de su desvinculación. En estas cuestiones, es un experto. Mediante una voz en “off” que acompaña las primeras escenas, el consultor define su actividad a través de la caracterización de sus clientes. Textualmente: “Yo trabajo para otra empresa (la consultora) que me presta a maricas como el jefe de Steve para que lo despida”. Steve es un empleado que está incluido en una lista de bajas.

Es muy significativo que se utilice el calificativo de “marica” para aquellos que se niegan a enfrentar una situación de fuerte estrés como suele ser la comunicación de un despido. En primer lugar, es discriminatorio, porque parte del estereotipo que quien no tolera enfrentar situaciones fuertes tiene rasgos de femineidad y, por lo tanto, son personas débiles. En consecuencia, las mujeres son “débiles” y los verdaderos hombres, “fuertes”.

No es lo que sucede en la realidad, pero surge de una habitual confusión entre virilidad y masculinidad, excelentemente abordada por un estudioso francés, Christophe Dejours . En apretada síntesis, la virilidad está asociada con el ejercicio de la violencia contra el prójimo, especialmente con los dominados. Según sus palabras: “Es un hombre, un hombre realmente ‘viril’, el que puede infligir sin vacilar sufrimiento o dolor al prójimo, en nombre del ejercicio, la demostración o la reinstalación del dominio y del poder sobre otro, también por la fuerza”.

En este punto, vale separar la “virilidad” de la “masculinidad”, concepto éste que Dejours define como “la capacidad que tiene un hombre para distanciarse y liberarse de lo que prescriben los estereotipos de la virilidad, para subvertirlos”. Como si fuera poco, detrás de estos juicios ocultos, se encuentra la relación con el coraje y la cobardía. Quien no quiere ejercer violencia y rehúsa hacerlo, puede ser considerado un cobarde. Nada más falso. Negarse a realizar una acción a la que alguien se ve obligado puede poner en riesgo su empleo, su prestigio y hasta su integridad física en casos extremos. Hay que tener mucho coraje también para decir “no”.

“Amor sin Escalas” tiene la virtud de ubicar la cuestión de los despidos como materia a discutir. Hay cientos de miles de seminarios comerciales que no incluyen el tema para no perder el “glamour”. Ser un “Gran Líder” se revela muy especialmente en los momentos difíciles. Comunicar un despido es uno de éstos y no puede delegarse en un consultor externo o al área de recursos humanos, porque hasta en la formación académica específica se encuentra demasiado ausente.

Las desvinculaciones, masivas o individuales, forman parte de las reglas del juego. El modo de enfrentarlas o la legitimidad moral o económica que le da sustento es harina de otro costal. Nada tiene que ver con la virilidad, la masculinidad o el coraje. Son decisiones que hay que tomar, que hay que hacerse cargo cada vez que aparece el dilema.



Ver Dejours, Christophe. La Banalización de la Justicia Social, Editorial Topía, 2006

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