ABRIL 2025

sábado, 12 de abril de 2025

PLAYING GOD: LA RESURRECCIÓN DEL LOBO Y LOS DILEMAS DE LA TECNOLOGIA




 Por Guillermo Ceballos Serra

Hace unos días me crucé con una noticia que parecía sacada de una serie de ciencia ficción: científicos lograron revivir al lobo huargo, el emblema de los Stark en Game of Thrones. Pero más allá del impacto mediático, lo que me movilizó fue otra cosa: ¿hasta dónde nos está llevando el poder de la tecnología? ¿Debe haber un límite entre lo posible y lo debido? Si así fuera ¿quién lo define?


1. DE LA FANTASÍA A LA REALIDAD

En un giro tan sorprendente como inquietante, científicos han logrado revivir una criatura que se asemeja notablemente al legendario lobo huargo de Game of Thrones. La noticia, publicada recientemente por The New York Times y replicada por todos los medios del mundo, nos transporta desde el reino de la ficción hasta el umbral de una nueva realidad, donde lo imposible parece cada vez más alcanzable. Para los que disfrutamos de la aclamada serie, el huargo era mucho más que un animal: era el símbolo viviente de la familia Stark, un emblema de lealtad, poder ancestral y destino trágico. Hoy, ese símbolo ha sido devuelto a la vida, al menos en parte, gracias al poder de la biotecnología.


2. LA CIENCIA FICCIÓN YA ES CIENCIA DE LOS HECHOS

La ciencia avanza a un ritmo vertiginoso. Lo que ayer era fantasía hoy comienza a materializarse en laboratorios y centros de investigación. Desde la clonación de la oveja Dolly en 1996, pasando por el ambicioso Proyecto Genoma Humano, hasta los desarrollos más recientes en edición genética como CRISPR, hemos ido tomando un control sin precedentes sobre la vida misma.

Uno de los hitos más disruptivos ha sido la posibilidad de revivir especies extintas. Iniciativas para devolver a la vida al mamut lanudo o al tilacino (el "tigre de Tasmania") se encuentran en pleno desarrollo. En este contexto, la recreación del huargo —aunque no sea una copia exacta del lobo prehistórico— representa otro paso significativo. Se trata de un animal que representa tanto una proeza científica como una provocación cultural: ¿cuán cerca estamos de reanimar lo perdido? ¿Y a qué costo?


3. JUGAR A SER DIOS

"Jugar a ser Dios" no es una simple metáfora; es un dilema ético profundo que nos acompaña desde los albores de la ciencia moderna. Describe el impulso de alterar profundamente los procesos naturales, tomando decisiones que antes estaban reservadas al azar, la evolución o lo divino. Y hoy, ese dilema se torna cada vez más real y urgente.

Desde una perspectiva creyente, esta expresión también remite a la tentación del hombre de ocupar el lugar del Creador, olvidando su condición de criatura. En lugar de colaborar humildemente con la obra de Dios, el riesgo es caer en la ilusión de autonomía absoluta, donde todo lo técnicamente posible parece también moralmente aceptable.

La ingeniería genética nos permite modificar el ADN de embriones; la clonación, replicar organismos; la inteligencia artificial, recrear conductas humanas; y la biología sintética, construir formas de vida desde cero. Estas capacidades nos colocan frente a una paradoja: cuanto más podemos hacer, más debemos cuestionarnos si debemos hacerlo. ¿Dónde trazamos el límite entre el avance y la arrogancia? ¿Entre la admiración por lo posible y la hybris de creernos infalibles?

Este dilema ha sido explorado en la cultura popular en numerosas ocasiones. El episodio "Be Right Back" de Black Mirror es un caso paradigmático: una joven pierde a su pareja y, gracias a una tecnología avanzada, logra recrearlo primero en forma de inteligencia artificial conversacional, y luego como androide físico. Pero el resultado es inquietante. ¿Es ese ser una réplica fiel o una ilusión vacía? ¿Estamos creando vida o sólo imitando su superficie? Si hoy es posible resucitar una mascota, ¿mañana lo será un ser amado? ¿Y pasado mañana, una figura pública, un líder, una celebridad…?


4. NOSTALGIA Y PODER: ¿PODEMOS RECREAR LO IRREMPLAZABLE?

La recreación del huargo despierta una pregunta más profunda: ¿qué haríamos si tuviéramos la capacidad de reconstruir personas a partir de datos, recuerdos o modelos digitales? ¿Hasta dónde puede llevarnos la tecnología cuando se encuentra con nuestra necesidad afectiva y nuestra nostalgia?

Imaginemos que no se trata ya de una criatura simbólica, sino de un ser humano. La tentación de "traer de vuelta" a alguien que marcó nuestras vidas —sea un ser querido, un referente o incluso un personaje icónico— podría ser tan poderosa como peligrosa. ¿Es ético recrear lo que alguna vez fue único e irrepetible? ¿Cómo afectaría eso a nuestra concepción de la dignidad, la identidad y el alma?

En esta era de simulaciones hiperrealistas, deepfakes y avatares digitales, corremos el riesgo de confundir lo virtual con lo verdadero, y lo creado con lo dado. No se trata sólo de lo que la tecnología puede lograr, sino de lo que nosotros estamos dispuestos a hacer con ella, y del sentido con el que usamos ese poder.


5. ENTRE EL ASOMBRO Y LA RESPONSABILIDAD

La ciencia ha alcanzado un poder que bordea lo milagroso. Pero con ese poder viene una responsabilidad aún mayor: la de actuar con conciencia, con límites, con ética. Revivir al huargo puede parecer un homenaje entrañable, pero también es una advertencia sobre hasta dónde estamos dispuestos a llegar.

El progreso es un bien, siempre que esté al servicio de la persona humana y del bien común. La tecnología no debe alejarnos de lo humano, sino ayudarnos a custodiar su dignidad. El desafío está en integrar el asombro por lo que podemos lograr con la humildad para reconocer lo que no nos corresponde controlar.

Hoy fue Fantasma, el huargo. Mañana, ¿quién? ¿Qué tan lejos estamos de convertir la nostalgia en carne y hueso? ¿Qué tan cerca estamos de jugar a ser dioses… y equivocarnos como humanos?



Me interesa saber qué opinás:
¿Estamos preparados para convivir con lo que la ciencia nos permite crear o revivir?
¿Dónde trazamos el límite entre la innovación y el respeto por lo esencial?

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