Por Guillermo Ceballos Serra
El 1 de mayo es conocido en todo el mundo como
el Día Internacional del Trabajador, también conocido como el Día del Trabajo o
el Día de los Trabajadores. Esta fecha se celebra en muchos países y tiene sus
raíces en los movimientos laborales del siglo XIX en los Estados Unidos y
Europa.
En 1884, la Federación Estadounidense del
Trabajo (AFL – American Federation of Labor por sus siglas en inglés) convocó a
una huelga general para el 1ro de mayo de 1886 para exigir la jornada laboral
de ocho horas. La huelga tuvo un gran éxito en todo el país, con decenas de
miles de trabajadores que se unieron a la lucha.
Sin embargo, el 4 de mayo de 1886, se produjo
un trágico incidente en Chicago conocido como la Revuelta de Haymarket. Durante
una manifestación pacífica en la Plaza Haymarket, una bomba explotó y mató a
varios policías. La policía respondió disparando a los manifestantes, matando a
varios y causando muchos más heridos.
El incidente de Haymarket fue utilizado por las
autoridades para reprimir el movimiento laboral y los sindicatos, y varios
líderes laborales fueron encarcelados o ejecutados. En honor a los mártires de
Haymarket, el Congreso de la Segunda Internacional Socialista en París en 1889 declaró
el 1ro de mayo como el Día Internacional del Trabajador en memoria de los
trabajadores que lucharon y murieron por sus derechos.
Desde entonces, el 1ro de mayo se ha convertido
en un día de protesta y celebración en casi todo el mundo para los trabajadores
y sus derechos.
En Argentina, durante su segundo mandato, el Presidente Hipólito Yrigoyen dictó el decreto del 28 de abril de 1930
instituyendo el 1ro de mayo como día festivo: “Siendo universalmente
tradicional consagrar el 1° de Mayo como descanso al trabajo, el Poder
Ejecutivo de la Nación decreta: Declarase día de fiesta en todo el territorio
de la República el 1° de Mayo”.
Mas allá de las celebraciones y marchas de
protestas en el mundo, seria conveniente tomar la oportunidad para reflexionar
sobre los cambios sociales y tecnológicos que impactan cada segundo en nuestras
sociedades a fin de actualizar la legislación a fin de recoger los nuevos fenómenos
y modalidad de trabajo, de modo de armonizar el desarrollo económico, el
acompañamiento en las transiciones y los derechos básicos de los trabajadores.
Estos cambios están creando nuevos desafíos y
replanteos en materia laboral que deben ser abordados de manera efectiva para
asegurar una transición justa y equitativa hacia una economía más digital y
sostenible. Algunos de estos desafíos son:
- La automatización y la inteligencia artificial: la automatización y la inteligencia artificial están reemplazando gradualmente a los trabajadores en una amplia gama de industrias y ocupaciones. Esto puede resultar en la pérdida de empleos y cambios significativos en la forma en que trabajamos. Es necesario abordar estos desafíos mediante la reeducación y el reciclaje laboral.
- La economía gig: el aumento del trabajo autónomo y los trabajadores independientes, una nueva generación que plantea desafíos al cuestionar la supuesta protección laboral estatal que no es tal y una supuesta representación sindical anclada en el siglo XX después de permanecer 20/30 años apoltronada en en sus escritorios que no comprende lo que pasa bajo sus pies.
- La
flexibilidad laboral: los trabajadores están buscando cada vez más una mayor
flexibilidad en su trabajo. Esto puede ser beneficioso para los empleados,
pero también puede ser explotado por los empleadores para reducir los
costos laborales. La síntesis podría ser: flexibilidad si, productividad si, explotación no. ¿Alguna idea?
- Inclusión: Seguir trabajando en políticas y prácticas
para que las personas se sientan valoradas en su trabajo.
- Las
transiciones laborales: Abordar las transiciones laborales de manera efectiva, tarea que recae tanto en cabeza de empleados, empresarios y estado.
· Educación y capacitación: Upskilling y reskilling para adquirir las
habilidades necesarias para mantener y encontrar empleos en los sectores
emergentes de la economía.
· Apoyo financiero: Programas de desempleo y los programas de capacitación pagados, pueden
ayudar a los trabajadores a superar los períodos de transición laboral.
· Planificación a largo plazo: es importante que los trabajadores, los
empleadores, sindicatos y los responsables políticos planifiquen a largo plazo
para anticipar los cambios en el mercado laboral y adaptarse a ellos. Esto
puede incluir inversiones en educación y capacitación, programas de desarrollo
económico regional y esfuerzos para fomentar el espíritu empresarial y la innovación.
· Protección laboral: Los trabajadores que se enfrentan a una transición laboral deben tener
acceso a la protección laboral adecuada, incluyendo seguro de salud con plazos razonables de vencimiento para fomentar el interés por la reinserción.
Estamos, como nunca antes, viviendo tiempos de destrucción
creativa del empleo. Concepto que se atribuye al economista Joseph
Schumpeter, quien en 1942 publicó el libro «Capitalismo, Socialismo y
Democracia» quien desarrolló con profundidad la teoría de cómo el
capital empresarial se trasladaba en el tiempo desde los sectores más
susceptibles hacia aquellos con mejores perspectivas.
El proceso es exponencialmente dinámico, hay motivos para recordar, protestar y esencialmente para pensar como afrontaremos el futuro.
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