DICIEMBRE 2024

lunes, 23 de enero de 2023

5 Fundamentals of Leadership - Leadership Development | Simon Sinek


In this session, Simon Sinek, Leadership Expert and Author of “Start With Why" speaks about responsible leadership as a way for an infinite success, and he states that infinite players understand that the goal is not to win, but outlast competitors.

En esta sesión, Simon Sinek, experto en liderazgo y autor de "Empezar con por qué" habla sobre el liderazgo responsable como una forma de éxito infinito, y afirma que los jugadores infinitos entienden que el objetivo no es ganar, sino superar a los competidores.

domingo, 22 de enero de 2023

EL MUNDO QUE SE VIENE: TRABAJO EN EQUIPO ENTRE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y EL SER HUMANO

 



Por Alejandro Melamed, Founder and CEO, Humanize Consulting

Desde mi punto de vista este robot, esta inteligencia artificial que actuará como una especie de asesor, consultor en un juicio en Estados Unidos, fundamentalmente lo que hace es juntar mucha información, recabar todos los antecedentes, toda la jurisprudencia que hay y responder preguntas respecto a procedimientos, tratar de guiar a «su defendido», a su cliente, en el proceso judicial.

De alguna manera podemos decir que es un avance obviamente muy sustancial respecto a la profesión. Sin embargo, tenemos que entender que no reemplaza el sentido común, el criterio, la lógica de un abogado como tampoco la conciencia, la ética, la empatía, la capacidad de generar soluciones innovadoras.

Desde ya creo que es una herramienta al servicio del profesional, que en todo caso lo que va a hacer es acelerar un montón de procesos que podrían darse de manera automática, que requieren tiempo para desarrollarse, pero bajo ningún punto de vista sustituye a la persona. De hecho, es una aplicación que recurre la persona que tiene que transitar por este proceso judicial pero no es una persona física, pensemos que es como acumular todos los conocimientos que hay en una biblioteca y tenerlos ahí ante cada uno de los requerimientos, pero todo esto hecho sin un sentido humano, de criterio si no en modo de piloto automático.

A su vez, creo que algo para destacar en este caso es que desde hace tiempo está funcionando y que ya tiene unos 160.000 recursos ganados, en intervenciones en procesos muy simples, muy repetitivos y de bajísimo valor agregado.

Y desde ya lo que hace es facilitar a un montón de personas que tienen que acceder a este tipo de reclamos; fundamentalmente en este momento está abocado a lo que son multas de tránsito. Posiblemente, esto vaya avanzando, se vaya sofisticando y creo que hay que ir siguiendo estos procesos para comprender dónde está realmente el auténtico valor agregado.

Mi opinión es que no sustituye ni elimina la figura del abogado, sino que lo que hace es acelerar ciertos procesos en los cuales no necesariamente la intervención de un abogado agregaría demasiado valor. Lo que ocurre aquí es lo que podría suceder con los contadores y con muchas otras profesiones, es decir, tratar de reservar para los profesionales aquellas intervenciones en las cuales la participación realmente sea significativa y aporte un valor sustancial.

Lo que se viene es una era de cooperación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana.

De hecho, hay un criterio que se está utilizando y que es el de la inteligencia aumentada que hace poco tiempo la hizo el ajedrecista Gary Kasparov en una nota en la revista de Harvard. Él lo que dice es que existe la inteligencia aumentada que es la combinación de la inteligencia humana más la inteligencia artificial.

Con lo cual lo que yo creo que va a ir sucediendo, a medida que vayamos avanzando en este tipo de procesos, es que cada vez más la inteligencia artificial y los robots van a tomar mayor protagonismo, sobre todo en aquellas acciones, en aquellas intervenciones que tengan que ver con actividades pesadas, actividades poco higiénicas, actividades repetitivas, actividades que requieran acumulación de mucha información.

Sin embargo, cada vez más van a ser importantes las capacidades humanas que tienen que ver con la creatividad, con la innovación, con la empatía, con el sentido común, con la ética, con el criterio. Son cuestiones que hasta el momento los robots no sustituyen, con lo cual, desde mi punto de vista y reafirmando la idea de Kasparov, no es «una o la otra, es una y la otra», generando un equipo que potencia lo mejor de cada uno, que rescata aquello que es único y distintivo de cada una de las partes.

Por lo tanto, yo creo que lo primero que tenemos que hacer los humanos es no enojarnos con la tecnología. En segunda instancia, creo que tenemos que abrazarla y considerarla como una herramienta a nuestro servicio.

Tenemos que entender que esto que está llegando vino para quedarse y que tiene que ser un habilitador. Tiene que ser un acelerador, un instrumento que sirva para potenciar todo aquello que los humanos podemos hacer.

En los procesos de automatización, de digitalización, siempre se produce las seis «D» de la digitalización, y las últimas dos son la desmaterialización y la desmonetización. ¿Qué significa esto? La tecnología empieza primero siendo cara, pero después cuando se masifica termina siendo una aplicación, como en este caso es el abogado robot a través de una aplicación; y después la desmonetización, gracias a la cual por poco dinero o prácticamente gratis uno puede acceder. Esto lo vemos desde cómo leemos el diario, accedemos a cualquier aplicación bancaria, cómo usamos el Waze o cualquiera de las aplicaciones a las cuales accedemos desde nuestro teléfono, con un costo nulo o mínimo.

Así, yo creo que es un excelente ejemplo el que tenemos de este robot abogado porque, en definitiva, lo que va a hacer es cumplir con todas las etapas preseteadas que tiene un proceso y poder responder como cualquier bot ante dudas que tenga el cliente. Lo que no va a tener es la capacidad de empatizar con lo que le vaya sucediendo al cliente, no va a tener la capacidad de poner la ética al servicio o la conciencia.

Creo que estamos entrando en una era donde cada vez más nos vamos a ir sorprendiendo por estos avances, pero, a su vez, vamos a ir capitalizando estos avances para poder potenciarnos con las capacidades humanas y poder transitar hacia el logro de resultados que hoy podrían ser al menos impensables.

 

 

Publicado previamente en Newsweek Argentina

¡GRACIAS SELECCIÓN ARGENTINA!

 

Ilustración: instagram @malustoons

Por Pablo Maison, CHRO - Chief Human Resources Officer, Grupo Perez Compac

Parte I (escrita al día siguiente de la derrota con Arabia Saudita)

Ayer a la tarde miraba un programa deportivo en el cual se le preguntaba a un periodista cual era el mayor objetivo que tenían los jugadores de Arabia Saudita contra Argentina en el partido de hoy y entre carcajadas respondió: “Poder conseguir la camiseta de Messi al final del partido”.

Me dio vergüenza ajena e increíblemente por un segundo se me paso por la cabeza la idea de que Argentina perdiera hoy, para que él y todos pudiéramos aprender. Ese deseo se pasó rápido porque soy muy hincha de la selección, pero hoy luego del resultado impensado, volvió con fuerza esta idea que llevo hace años respecto de la importancia de la humildad como competencia esencial para que cualquier grupo humano se desarrolle y tenga éxito.

Desde mi mirada la humildad es el valor de época. Es en el que las organizaciones exitosas se basan para poder tolerar infinidad de fracasos, aprender de ellos y volver a intentarlo.
La humildad nos permite sentirnos siempre aprendices.

Estoy seguro de que todo lo que se escribió hasta el día de hoy respecto al liderazgo de Scaloni y de Messi, la capacidad de los jugadores y el invicto de 36 partidos será cuestionado profundamente, básicamente porque todavía somos parte de una cultura nociva que solo valora el éxito y no el camino para llegar a el.

La presión de “ser campeón” antes de jugar es lo que lima la capacidad competitiva y pone sobre los hombros pesadas anclas de las cuales es difícil sobreponerse.

Las organizaciones exitosas en general tienen más dificultades para cambiar, simplemente porque se abrazan a las recetas que las llevaron al éxito, obviando muchas veces los factores externos que varían indefectiblemente. En este caso la selección Argentina pudo haber sido rehén de ese éxito previo, no tanto por los jugadores o el técnico que son gente muy centrada, sino porque el contexto de exitismo previo no ayudo a focalizarse en la dificultad de lo que venía, haciendo inaceptable la derrota. Nada más pesado para el alma que la imposibilidad de pensarse perdedor.  

Por eso el segundo gol de Arabia Saudita derrumbo al equipo anímicamente. La pesada mochila del exitismo es la principal enemiga del éxito. Y el único antídoto para que eso no ocurra es la humildad que nos permite sentirnos falibles.

Agradezco esta gran oportunidad para el equipo y para todos nosotros. El futbol es hermoso porque es una buena metáfora de la vida.

Mas allá de lo que pase, sigo agradeciendo a Messi y al equipo por lo hecho hasta acá. La gratitud no puede depender del éxito final. En la vida y en el futbol se pierde mucho más de lo que se gana.
Lo único importante es aprender en ambos casos.

MUCHAS GRACIAS SELECCIÓN ARGENTINA (PARTE II). (Escrita antes del partido final)

La parte 1 de mi posteo fue el día siguiente a la derrota de Argentina versus Arabia Saudita, agradeciendo a este grupo humano todo lo que habían hecho hasta acá, más allá de un resultado, o de un mundial que eventualmente se hubiese complicado. Esa derrota fue un aprendizaje invalorable para todos los que desde afuera hacían resonar las banderas del exitismo ilimitado.

Pues bien, hoy me parece muy justo agradecer a este Grupo nuevamente por lo dado hasta hoy, independientemente del resultado de la final.
Y lo quiero hacer justamente hoy porque creo que es una gran oportunidad de no dejarnos llevar simplemente por un resultado final, que puede ser positivo o negativo.

Debemos valorar el camino recorrido. Estoy convencido de que la noción más toxica del éxito es aquella que solo premia a los ganadores, y destrata como fracasados a los que no alcanzan el resultado final.
Me siento más cerca del criterio de éxito que permanentemente expresa Luis Scola, medallista olímpico y campeón del mundo de básquet con Argentina: Para él, éxito es “vaciarse” en el camino al resultado. Vaciarse implica, poner todo el compromiso, el sacrificio, el esfuerzo, la planificación y la responsabilidad para conseguir un triunfo.


Pero como los triunfos son tan ocasionales, escasos y azarosos, como validar la idea de salir primero o campeón para definir el criterio univoco de éxito. ¿Si Messi no lograra su primera Copa del Mundo el Domingo, como ocurrió en 2014, seriamos tan injustos de llamar fracaso al camino recorrido, por este genio del futbol mundial que sin dudas ha regalado momentos de inconmensurable felicidad a todos los que amamos el futbol, más allá de la nacionalidad?.


Messi y este equipo se “vacío” en el camino. Dejo todo. Tuvo la resiliencia de levantarse luego de caer en muchas oportunidades, y quizás esa sea otra expresión más acabada y constructiva del éxito. Éxito como la idea de siempre volver a intentar más allá de las inevitables derrotas que nos tocan en el deporte, los negocios o la vida.


Este mundial nos da la oportunidad de aprender una vez más, que ganar o perder, no es la vida o la muerte. Siempre están esas dos opciones inevitablemente. Y como dije en el post anterior, todos perdemos más de lo que ganamos. Por eso espero que este haya sido un camino de aprendizaje para todos. Así como en las organizaciones tenemos infinidad de fracasos y seguimos adelante, esta selección ha hecho lo mismo y le debemos el respeto, más allá del final con o sin la hipotética “gloria”.
Por supuesto que el equipo puede haber cometido errores en este proceso, ¿Qué persona o grupo humano no los tiene?, pero quedémonos con lo más importante: se han “vaciado” para llegar hasta donde llegaron.
Y ese es el mayor triunfo que una persona o grupo humano puede tener, más allá del resultado final. 


jueves, 12 de enero de 2023

INTELIGENCIA ARTIFICIAL: nuevos telescopios para la mente humana

 

Por Mario Balzarini, Consultor Cambio cultural, Coaching y Team-building.

Cuando Galileo Galilei pulía los lentes de su telescopio para poder rastrear con ellos los satélites de Júpiter, seguramente no sabía que en la base de las grandes transformaciones del pensamiento siempre hay una tecnología disruptiva. La presente serie de artículos tiene el objetivo de promover el uso del pensamiento crítico (la principal herramienta reflexiva con que cuenta la Filosofía) dentro del mundo de las organizaciones. Si vivimos en contextos donde la complejidad y la incertidumbre que ella provoca crecen de manera exponencial, la capacidad de pensar lúcidamente se convertirá -como sostiene el Foro Económico Mundial (WEF)- en una habilidad estratégica del siglo XXI. En esta oportunidad reflexionaremos críticamente sobre la “Cuarta Revolución Industrial” y su tecnología más emblemática: la INTELIGENCIA ARTIFICIAL. Es tal la envergadura de esta transformación que -como aprendices de brujo de la era digital- ya sentimos la inquietud que provoca el inmenso poder tecnológico que está siendo convocado y el asombro que despiertan sus nuevas disciplinas. Allá vamos.

LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

A finales de los años sesenta Abraham Maslow sorprendió al mundo académico al sostener que “la información no es más que un conjunto de respuestas a preguntas que aún no han sido formuladas“ (*) El sentido común indicaba en ese entonces, y también ahora, por cierto, que primero se formulan las preguntas y después se obtienen las respuestas. Sin embargo, las matemáticas estadísticas, motorizadas por las nuevas tecnologías digitales y alimentadas con el combustible de los datos, han terminado chocando de frente con aquel viejo “sentido común” y están confirmando la intuición de Maslow en todos los frentes. Esto es lo que ha pasado:

  • Se han construido servers de capacidad casi infinita que permiten almacenar la gigantesca cantidad de datos que producimos incesantemente (BIG DATA).
  • Se han construido computadoras con suficiente capacidad como para procesar esos datos a través de algoritmos inteligentes (MACHINE-LEARNING). Los datos son convertidos en información y la información, finalmente, en conocimiento humano.

Este vuelco, este giro copernicano en la forma de obtener conocimiento que trae consigo la “cuarta revolución industrial”, tiene -además de su abrumador impacto económico- un fuerte impacto cultural ya que pone en tela de juicio la necesidad de “teorías” y amenaza con derrumbar de un plumazo todo el edificio hipotético-deductivo que con tanto esfuerzo ha venido construyendo la ciencia tradicional ¿Para qué necesitamos de teorías psicológicas que expliquen, por ejemplo, el comportamiento de las personas, si los datos capturados digitalmente en las redes sociales nos muestran cómo se comportan 2000 millones de ellas en la realidad? ¿Es el ocaso de la “Diosa Razón”? ¿Estamos frente al fin del iluminismo? No nos apresuremos a sacar conclusiones todavía. Si la agricultura provocó la primera revolución industrial, si la máquina de vapor provocó la segunda y si las redes de computadoras (internet) provocaron la tercera, la presente capacidad tecnológica que permite explotar gigantescos yacimientos de datos para extraer el precioso conocimiento que aún permanece encriptado en ellos, es el corazón de la cuarta. 

(*) "La personalidad creadora" - Abraham Maslow - Ed. Kairós

MÁQUINAS QUE APRENDEN

Con 361 fichas y más configuraciones de tablero que átomos hay en el universo, el antiguo juego chino del Go siempre se consideró un gran reto para la IA. En marzo de 2016 se produjo una competencia extraordinaria. Cientos de millones de personas vieron cómo la tradición milenaria del Go caía derrotada frente al algoritmo AlphaGo de la empresa DeepMind (*). No era la primera vez que una computadora vencía a un humano. El ajedrecista Gari Kasparov cayó derrotado frente a una, pero, si esa computadora fue programada por ajedrecistas expertos, el algoritmo AlphaGo aprendió a jugar solo, sin asistencia humana. Para Demis Hassabis (fundador de DeepMind y creador de AlphaGo) “la belleza de estos algoritmos radica en que, al aprender de sí mismos, pueden ir más allá de lo que nosotros, sus programadores, podemos ir”. En efecto, cuando en el año 2020 las autoridades regulatorias de la Unión Europea le pidieron a Google que les explicara cómo funcionaban sus algoritmos de búsqueda, sus científicos de datos respondieron que, debido a la gran cantidad de variables que entraban en juego, “no lo sabían con exactitud”.

A lo largo de la última década el “aprendizaje profundo” ha evolucionado hasta convertirse en la principal herramienta de la IA. El corazón de AlphaGo está, precisamente, en las “redes neuronales profundas” que básicamente imitan el funcionamiento del cerebro humano. Estas redes se han transformado en algo extremadamente poderoso y pueden lograr cosas sorprendentes. El propio Hassabis ha declarado que “AlphaGo nos permitirá hacer nuevos quiebres en áreas de ciencias y medicina. Queremos impulsar este algoritmo de IA hasta sus límites y ver hasta qué punto podemos llegar con este tipo de autoaprendizaje”.

(*) Ver el documental “AlphaGo-The Movie” - YouTube

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LAS EMPRESAS

En una encuesta realizada por la consultora McKinsey a 2000 empresas en noviembre de 2019, el 63% de los encuestados respondió que en las unidades de negocio que aplicaron herramientas de IA se habían incrementado los ingresos y el 44% declaró creer que la IA había ayudado a reducir costos en la compañía. Las cinco herramientas más utilizadas en estas empresas fueron: asistentes virtuales, análisis inteligente de histórico de datos (machine-learning), análisis de conducta de los clientes, análisis de sentimientos en clientes y automatización de procesos. Y las áreas corporativas más beneficiadas fueron: marketing, ventas, logística, operaciones, finanzas y RRHH (Nota: Se detectó retraso en la aplicación de IA en el sector industrial donde, mega-procesos como supply-chain, podrían ofrecer grandes beneficios sistematizando la captura, digitalización y cruce de los datos acumulados en cada uno de sus sub-procesos). Pero más allá del gran alcance de la IA en las empresas y más allá del éxito de sus aplicaciones, pensar críticamente significa también interrogarse sobre dónde nace su poder.

MUNDOS QUE CAMBIAN

¿Cómo sobrevivir a los imprevistos e impactantes cambios que se producen, uno tras otro, en la era digital? La primera respuesta adaptativa debe provenir del pensamiento crítico. Pensar críticamente significa ser capaces de revisar nuestras viejas creencias frente a las situaciones nuevas (paradójicas, contra-intuitivas, desafiantes o francamente inspiradoras) que trae todo cambio de paradigma. He aquí algunas de ellas:

  1. Primero las respuestas y después las preguntas. ESTO ES, la idea de que los datos son respuestas a preguntas que aún no han sido formuladas.
  2. “No entendemos lo que hacen, pero los resultados son magníficos”. ESTO ES, la idea de que existen procesos racionales que están fuera del alcance del entendimiento.
  3. Cuantos más datos tenemos sobre un comportamiento determinado, menos necesidad tenemos de teorías que lo expliquen. ESTO ES, la idea de que el método hipotético-deductivo de la ciencia tradicional está declinando.
  4. La relación humana con el mundo real se hace cada vez más abstracta. ESTO ES, la idea de que los datos mediatizan cada vez más la capacidad humana de vivenciar.
  5. El ciclo experiencial (individual y grupal) de creación de conocimiento (*) es cada vez más abstracto, pero cuando el conocimiento así creado se aplica, es más efectivo. ESTO ES, la idea de que la reflexión humana se está re-direccionando desde la interpretación de experiencias directas hacia la interpretación de resultados abstractos producidos por la racionalidad seca de los algoritmos inteligentes. 
  6. Crecerá el aporte creativo de personas y equipos dentro del ámbito de las organizaciones. ESTO ES, la idea de que las tecnologías de la IA (cuya aplicación está circunscripta a procesos repetitivos y subordinados al determinismo causa-efecto) harán el “trabajo sucio” y le dejarán las manos libres a la creatividad humana.

(*) Ciclo de aprendizaje experiencial - David Kolb - Harvard University

LOS TELESCOPIOS DEL FUTURO

No hace mucho, cuando se le preguntó a Edward Wilson -padre de la sociobiología- cuál era, a su juicio, la mayor dificultad que enfrentarían los seres humanos en los próximos 100 años, respondió: El verdadero problema de la humanidad es que tenemos emociones paleolíticas, instituciones medievales y tecnologías divinas”. En efecto, frente al brillo “divino” de las magníficas tecnologías inteligentes, frente a las instituciones que se muestran incapaces de regular el inmenso poder liberado por esas tecnologías, y frente a las estúpidas emociones humanas que nos subordinan a la tiranía del reconocimiento social y del “me gusta”, no podemos menos que darle toda la razón al profesor Wilson. Sin embargo, frente a la realidad de lo que somos -seres existencialmente libres y responsables- no hay excusas posibles. Somos los constructores de nuestro futuro y el buen uso de estas herramientas está en nuestras manos. Queremos que la IA se convierta en un poderoso telescopio de la mente humana. Queremos que la IA nos ayude a ver más allá de lo ordinario. Y queremos que nos abra las puertas a nuevas e impensadas oportunidades para mejorar nuestras organizaciones, nuestras instituciones y a nosotros mismos.

Hasta el próximo encuentro

martes, 10 de enero de 2023

¿ADAPTACIÓN O DESAFÍO CULTURAL?

 













Por Guillermo Ceballos Serra

Sabemos que la cultura es el ADN de las organizaciones. La cultura marca, como en las personas, lo que las organizaciones son y lo que las distingue de otras, aún en la misma industria, región, tamaño y cualquier otra característica susceptible de comparación.

Está constituida por un conjunto de creencias, valores, normas escritas o implícitas, que luego se transforman en conductas, por las que hacemos o dejamos de hacer. La cultura moldea a las personas, luego a los equipos y finalmente a las organizaciones. Por tanto, una buena estrategia, es la que se apalanca y potencia en la cultura, que, con el liderazgo adecuado, moviliza voluntades en pos de un objetivo común, de allí que “la cultura se come la estrategia en el desayuno”.

 

¿Qué es Cultural Fit?

Por décadas, hemos hablado de “fit cultural”, que significa cómo encaja o el grado de ajuste de una persona a una organización. A mayor “ajuste”, mayor posibilidad de éxito de una persona en rol que ocupa y en la consecución de sus objetivos.  Muchas veces ejecutivos sumamente calificados y experimentados, fracasan en sus gestiones, aún antes del vencimiento de los plazos para la entrega de resultados. No por carencias técnicas sino por carencia de fit cultural.

Es por ello por lo que las organizaciones ponen tanto énfasis en los procesos de reclutamiento y en el proceso de onboarding.

El escritor y orador Simon Sinek, en su famosa Charla TED, “El Círculo Dorado – The Golden Circle”, sostiene de modo elocuente que: “El objetivo no es contratar gente que necesita un trabajo, es contratar a gente que cree en lo que crees. Si contratas a gente sólo porque puede hacer un trabajo van a trabajar por dinero, pero si contratas a gente que cree en lo que crees trabajarán con sangre, sudor y lágrimas”.

Esa es la razón de que, en el pasado, se tendía a reclutar de las mismas universidades o gente perteneciente a círculos sociales afines.

Por su parte, el proceso de onboarding o inducción, está focalizado en la orientación de los nuevos colaboradores a acelerar su adaptación y conocimiento de la cultura empresarial y agilizar su curva de desempeño.

Últimamente, el concepto de Cultural Fit, comenzó a ser revisado.

Yuval Harari, uno de los pensadores más interesantes de la última década, ha alertado sobre algunos inconvenientes en relación con la cuestión cultural. Analiza, refiriéndose al tema de la inmigración, la amplitud de las diversas culturas para absorber contingentes de inmigrantes y como el racismo (en franca y celebrada decadencia y sin apoyo científico) deja camino al “culturismo” como forma subrepticia o inconsciente que lleva a menospreciar ciertas culturas y a quienes las viven y representan[1].

El mismo riesgo podría correrse en las organizaciones donde un reclutador podría atribuirse el conocimiento acabado de la cultura organizacional e impedir el ingreso de talentos por carecer de ajuste cultural, operando de tal forma como cualquier otro sesgo, aun cuando sabemos que las culturas organizaciones son parcialmente objetivas por fuertes o consolidadas que se encuentren.

 

¿Qué es Cultural Add?

En los últimos años, la globalización, las comunicaciones, el trabajo remoto (potenciado por la pandemia), y esencialmente la evolución y desarrollo del espíritu humano, han permitido ganar cada vez más espacio a los temas de diversidad e inclusión.

Lo que, en buena medida, ha obligado a repensar conceptos tan arraigados como el cultural fit. En efecto, miradas diferentes de personas integradas, facilitan la creatividad e innovación, imprescindible para la supervivencia de las organizaciones y esto ha llevado a acuñar el término “Cultural Add” (cultura añadida o complemento cultural).  Comenzamos, entonces, a enfrentar el dilema ¿contratamos candidatos que se adapten en la cultura o reclutamos candidatos que desafíen a la organización y al status quo aportando valor?

 

Cultural Fit y Cultural Add ¿Contrapuestos o compatibles?

Dicho de este modo y en la época en que vivimos, no cabe duda de que el concepto de Cultural Add parece tomar la preeminencia. ¿Debemos enterrar el concepto de cultural fit?

Tengamos presente que la cultura de una organización es muy importante para un promedio global del 40% de los candidatos que buscan ingresar en una organización[2]; implica la búsqueda de un lugar donde sentirse a gusto y donde existen posibilidades de éxito por “encajar” en dicha organización.

Analicemos ejemplos de Cultural Fit. Imaginemos que los accionistas de una empresa de fabricante de dispositivos médicos para diagnóstico, prevención y tratamiento de enfermedades infantiles encargan a un headhunter contratar un gerente de relaciones institucionales, que tratará con entidades médicas, obras sociales y autoridades sanitarias.

El head hunter, presenta una persona que reúne todas los condiciones técnicas y experiencia, coordina la entrevista con los socios y finalmente recibe el feedback correspondiente.  “La candidata vino vestida como para una cita, no una entrevista laboral, super maquillada, ajustada, escotada, etc., etc. No queremos que una persona así nos represente a pesar de sus buenas condiciones. No somos así”.

Alguien podrá decir que los accionistas son “machirulos”, otros, que se pierden a alguien a quien reconocen talento y que no importa cómo se vista, otros, simplemente, que los accionistas tienen derecho a decidir a quién contratan.

Del mismo modo, tomemos un candidato a CFO que asiste a una entrevista a un banco tradicional en ojotas y bermudas; son ejemplos de símbolos tangibles de la cultura, concretamente, del código de vestimenta, pero también podría haber otros elementos tangibles referidos a las experiencias que eventualmente afecten el fit cultural. Ejemplos; tener una trayectoria en multinacionales y postularse para un PyME, un CFO pasando de un fondo buitre a una entidad financiera de trayectoria conservadora. Un gerente de marketing de una empresa de consumo masivo aspirando a ingresar en una posición similar en una distribuidora eléctrica. 

Pienso que el concepto de Cultural Fit no deberíamos enterrarlo tan rápidamente, el Cultural Add, por su parte, sin duda facilitará la diversidad, inclusión e innovación y esto sin duda, es muy bueno. Entiendo que toda organización debería perseguir un grado de apertura cultural adecuado a su realidad que le permita adaptarse o percibir las nuevas realidades de las organizaciones y los mercadosSer capaz de comprender que valor nos puede aportar esa persona y como puede complementar y enriquecer la cultura existente; pero tener claro también, que diferencias son insignificantes, respetables, aceptables y cuáles son decididamente inaceptables para la compañía que contrata.

 Cultural Fit y Cultural Add: una diferencia de nivel.

Imaginemos un grupo de amigos adultos, cuya amistad viene desde la escuela, discutiendo acaloradamente por un partido de futbol, política o religión. Discusiones de alto voltaje que concluyen inmediatamente y se olvidan al retirarse de la reunión. ¿Por qué ocurre?  Sencillamente porque existe una gran amistad como valor subyacente.

Los valores pertenecen a lo más profundo del iceberg de la cultura y son los pilares que la sostienen.

Necesitamos Cultural Fit en cuanto a los valores que compartimos y sostenemos en nuestro día a día y el Cultural Add, en cuanto a la amplitud de ideas diferentes con que cada integrante contribuye, que se analizan y esencialmente se respetan, por los valores compartidos de los integrantes del equipo.

“La diversidad no siempre es una panacea y en ocasiones, puede producir conflictos corrosivos. Cuando eso sucede, a menudo se debe a que los miembros del equipo aportan valores diferentes, en lugar de ideas diferentes, a la mesa”.[3]

Creo que el aparente conflicto entre ajuste cultural y cultura agregada estuvo magníficamente resuelto mucho antes de que el término Cultural Add fuera siquiera acuñado. El genio de Steve Jobs, lo expuso con total claridad en el lanzamiento de la inolvidable campaña de marketing Think Different [4] en 1997 que puede verse en el video citado, “Lo que nos define… (a) Apple en su núcleo, en sus valores centrales, es que gente con pasión puede cambiar el mundo para hacerlo mejor, eso es lo que nosotros creemos. Nosotros hemos tenido la suerte de trabajar con gente como esa… y aquellas personas que son lo suficientemente locas como para cambiar el mundo son los que en realidad lo hacen… pero los valores y los valores centrales no deberían cambiar…”

No es Cultural Fit vs Cultural Add: Son ambos.

En definitiva, se trata construir una organización con una cultura con valores compartidos tan sólidos que puedan incluir de buen grado, a quienes que nos sacan de la zona de confort.

Pienso que estos conceptos, gradualmente, están contribuyendo a generar una revaloración del humanismo, como visión integradora del mundo, proponiendo una existencia armoniosa entre los seres humanos y entre estos y el entorno general, donde obviamente, las organizaciones tienen mucho por hacer. Enhorabuena.

 



[1] Yuval Noah Harari. 21 lecciones para el Siglo XXI. 2018

[2] LinkedIn: Global Talent Trends 2022

[3] HBR - Diverse Teams Feel Less Comfortable — and That’s Why They Perform Better by David Rock, Heidi Grant, and Jacqui Grey. 2016  https://bit.ly/3VG5SOU

[4]  Steve Jobs l La mejor estrategia de Mercadotecnia. Think Different. https://bit.ly/3QdpWab