DICIEMBRE 2024

domingo, 18 de febrero de 2018

¿ROGER MANAGERS?


Por Guillermo Ceballos Serra

Los récords sólo existen para ser batidos.

Nos embelesamos cuando alguien logra una nueva marca, , nos alegramos, admiramos y felicitamos a quien lo ha hecho, pero esencialmente, el logro, consiste en subir el listón próximo a romper. Es un proceso que nunca se detiene.

Hace pocos días Roger Federer volvió a recuperar, después de más de 5 años, el puesto de # 1 en el ranking de tenistas profesionales a los 36 años y medio, superándola marca de  los 33 años y 3 meses que ostentaba de André Agassi  desde hacía 15 años, convirtiéndose en el mejor tenista con más edad de la historia.

Más allá de los merecidos elogios y la admiración mundial, este progreso individual, fruto del talento natural, la disciplina personal y la habilidad para recrearse continuamente, que en sí mismo, es un fenómeno individual, deja de serlo si se lo analiza conjuntamente con el progreso colectivo de diferentes deportes.

Si analizamos el historial de los atletas que participan en la carrera de 100 metros llanos, observamos que desde el primer registro oficial obtenido por el estadounidense Don Lippincott de 10.6 segundos en 1912 a los 9.58 segundos del jamaiquino Usain Bolt en 2009, la marca nunca ha parado de caer, aun cuando se predecía que jamás se bajaría la marca de los 10 segundos.

La evolución no se limita a los atletas de alto rendimiento. Alrededor de 1300 años antes de Cristo, uno de los hombres más poderosos de la época, el emperador Tutankamón, moría antes de cumplir 20 años. En el año 1900, la esperanza de vida era de treinta años y hoy es en general de setenta años y aún mayor en los países desarrollados. En muy pocos años, sin duda, se extenderá a cien. La humanidad genera bienes en cantidad y calidad en cantidades más que suficientes y la tecnología concreta hechos relatados en la ciencia ficción.

La Universidad de Buenos Aires (UBA), contará en 2018 con 200 alumnos que superan los 70 años de edad, contando con una alumna de musicoterapia de 90 años (Aida Dulofeu ex directora de escuela), a una materia de recibirse. Estamos hablando de gente con espíritu extraordinario capaz de dar y recibir.

Hablamos de personas sumamente productivas, en lo laboral, social y familiar. Sin embargo deben luchar como los pioneros de otras épocas o de otros campos para sobrellevar las estigmatizaciones de la etapa de la adultez mayor.

Las organizaciones, sociales, educativas, particularmente las empresarias, practican un correcto discurso anti discriminación, pero lamentablemente son muy poco permeables a los mayores de 50 años.

Aunque parezca mentira, algunas universidades argentinas jubilan obligatoriamente a sus profesores al cumplir 65 años, en el mejor momento para la vida académica y cuando se dispone de más tiempo para investigar y enseñar.

En el mundo empresario la situación es peor.
¿Cuántas personas de 50 años o más han reclutado en el último año? ¿Cuántos colaboradores de 50 años o más han retirado o prejubilado y los han reemplazado por jóvenes en los últimos 12 meses?

Quede claro que mi crítica no va dirigida a los casos de sustituciones de personas que se tornan  obsoletas para la función por imposibilidad de adaptación, después de haber intentado una reconversión o reubicación en otra posición a la altura de las habilidades.

Estamos siendo sencillamente  incoherentes en las organizaciones, es políticamente correcto hablar de igualdad de oportunidades pero habría que cotejar el discurso con los hechos y poder sacar conclusiones sobre lo que ocurre en realidad.

No hemos cambiado el mindset, seguimos con una mentalidad ochentosa que no registra los cambios tecnológicos, (por más que se declamen), no hemos adaptado las modalidades de contratación a los nuevos tiempos, no hemos percibido mas allá de sus manifestaciones evidentes, las nuevas realidades etarias, sociológicas y psicológicas del talento del mercado.

Queda a los ejecutivos de recursos humanos horadar los viejos paradigmas e instalar los nuevos; corresponde a todos en la organización, pero esencialmente a los del área de talento garantizar el flujo de talento que haga sobrevivir exitosamente a las organizaciones y aprovechar las diferencias y ser capaces de permitir nutrirnos de los “Roger managers”, de todo nivel, tanto podrían aportar en estos tiempos de supuesta escasez de talento.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Excelentes reflexiones Guillermo, el tema de quienes tenemos más de 50 es dramático porque somos expulsados de las organizaciones cada vez más temprano y con posibilidades casi nulas de reinserción, mientras que escuchamos acerca de planes que elevarían la edad jubilatoria a los 70. Ya las sociedades no saben que hacer con los mayores de 60, imaginate cuando la expectativa de vida llegue a los 100... Lo que uno termina observando es el "sindrome del avestruz", muchas cabezas escondidas en pozos para no mirar ni ver.

GUILLERMO CEBALLOS SERRA dijo...

Gracias Ale, es absolutamente así. Las contradicciones entre los dichos y la realidad es patética. Abrazo