FEBRERO 2024

sábado, 1 de septiembre de 2012

UNA FALSA DICOTOMIA QUE QUEDO ATRAS


Por Alejandro Melamed, Human Resources Vicepresident -  South Latin Business Unit - Coca Cola.

¿Se puede estar embarazada y tener un buen trabajo? ¿Es posible tener hijos y desarrollar una actividad profesional de alta performance? ¿Es posible conciliar una actividad laboral de demanda intensiva y atención a la vida familiar? Ya es parte de la historia la falsa dicotomía planteada, desde una mentalidad básicamente masculina, en la que el hombre trabaja y la mujer está en la casa con los hijos. Todos tenemos múltiples facetas e intereses, que incluyen lo personal, lo familiar, lo profesional y lo laboral, entre otros. El desafío está en posicionarnos adecuadamente y priorizar situacionalmente, entendiendo que toda generalización sería un reduccionismo improductivo.

La sociedad cambió, ha evolucionado la constitución familiar y, por suerte, también están progresando los trabajos. Hoy podemos hablar de múltiples tipos de personas, modelos familiares y numerosas modalidades organizacionales y laborales. Y hay un concepto orientado al largo plazo que llegó para quedarse: sustentabilidad; gente, familias, trabajos y organizaciones sustentables en el tiempo.

El incremento constante del talento femenino en el mundo laboral ha generado una serie de acomodamientos y replanteos de paradigmas tradicionales que impacta positivamente en todos los estamentos de la sociedad. En un mundo en el que la guerra del talento es una realidad más compleja -donde convive una masa creciente de desocupados con numerosas posiciones abiertas sin candidatos para cubrirlas- cada vez son más las empresas que desarrollan sofisticadas estrategias y prácticas a fin de atraer a los mejores, independientemente de su género. Pero el desafío no termina ahí, una vez que los más capaces están en las empresas, también hay que generar los mecanismos para que sigan eligiendo cada día seguir desarrollándose en las mismas. Y a la hora de identificar y fidelizar el talento, la clave está en sus capacidades, competencias y en el valor que pueda agregar, no en si es mujer o varón. La principal diferencia de género es biológica: sólo las mujeres dan a luz. La otra diferencia, la cultural, sólo existe porque, muchas veces, los hombres han hecho las reglas.

Dentro de las prácticas que mayor impacto están generando para impulsar ese encantamiento con los mejores lugares para trabajar, encontramos el acompañamiento a la mamá durante su período de embarazo (o en la adopción) y durante los primeros meses de vida del bebe. Estar atentos, brindarle atención y contención, otorgarle seguridades, facilitarle la posibilidad de un retorno paulatino, que tenga acceso a salas de lactancia, guarderías, asesoramiento pre y posparto? estar a su lado en momentos vitales tan importantes tiene un significado muy especial en el largo plazo. No sólo para esa mamá, sino también para el resto de los empleados, para el núcleo familiar y para la sociedad en general. Obviamente que las prioridades durante ese lapso cambian, pero también irán modificándose a medida que el bebe crezca, como van cambiando a lo largo de toda nuestra vida y por múltiples razones.

Así como ha evolucionado la sociedad, los modelos de liderazgo tradicionales -basados en modelos mentales mayoritariamente masculinos- están dando lugar a una diversidad de pensamiento y posturas que reflejan la realidad de los mercados y de la sociedad. Debemos dar lugar a un enfoque mucho más realista, auténticamente diverso y genuinamente más humano. Acompañar a todas las personas en momentos importantes de la vida es una manera inteligente de dejar una huella positiva y contribuir a la sustentabilidad en el sentido más amplio.

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