FEBRERO 2024

miércoles, 17 de septiembre de 2008

UNA PELICULA DE HUMANOS


Por Guillermo Ceballos Serra

Estoy seguro que ningún padre, madre o quien habitualmente interactúe con niños, duda que estos pequeños con quienes convivimos y nos relacionamos, son fuentes inagotables de conocimiento. Esto es así, porque los niños tienen una mirada cándida y desprovista de paradigmas previos, por lo que captan todo con una perspectiva fresca que desafía las creencias o convicciones que consideramos evidentes por si mismas.

Recientemente recordaba cuando una de mis hijas, muy pequeña por entonces, me comentó que había visto "una película de humanos". Mi sorpresa fue total ante esa expresión absolutamente novedosa para mí. Después de pensar por un rato comprendí que las categorías fílmicas que ella manejaba, eran las de humanos y las de dibujos animados, donde probablemente en su mente, ambas categorías tuvieran la misma realidad.

Y como imaginan, allí apareció una nueva oportunidad de aprendizaje. Para mi las películas eran de dibujos o eran simplemente películas.

En ocasiones, las organizaciones se ven afectadas por el mismo fenómeno. En efecto, cuando las empresas dejan de distinguir lo que son y lo confunden con lo que les gustaría ser, asimilan de igual modo que los niños, la ficción a la realidad.

Es un proceso similar al que atraviesan muchas personas, niegan la realidad, viven en mundos imaginarios. Las organizaciones muchas veces ingresan en un estado de aletargamiento, se insensibilizan a las señales del contexto, es así, que corporaciones se dejan llevar por lo que luce como tendencia dominante sin analizar si favorece o no sus estrategias.

Hay mil historias de fracasos de los líderes escuchan mas a sus egos que a sus colaboradores responsables, escuchan lo que quieren oír y sólo atienden a la información que no los contradice, se institucionaliza un discurso ameno, confortable, una verdad oficial, en definitiva, una ficción que se confunde con la realidad.


En el trato con la gente, también se viven estos procesos ficcionales.

Muchas veces confundimos, ignoramos u olvidamos que las corporaciones, son algo mas que organigramas, son algo más que mapas de procesos, son algo más que gastos e inversiones, ventas y cobranzas; son una película de humanos.

Una película donde ocurren constantemente cosas importantes, banales, rutinarias, extraordinarias, pero siempre con un final abierto; porque los humanos tienen "casualmente" libre albedrío, reaccionan diferente ante diferentes estímulos y reaccionan diferente aún ante el mismo estímulo.

Perdemos la conciencia actual de que tratamos con personas y no con recursos y generalmente nos sorprendemos cuando después de haber seguido el manual paso por paso, las cosas no suceden como debieran haber ocurrido. Perdemos el foco en un proceso esencial que no aparece en un flujograma: el trato con seres humanos, actuamos como si fuera una película de recursos.

Descubrimos entonces que las habilidades técnicas no alcanzan, que las maestrías no nos satisfacen. Resulta ser que la materia que no tenemos aprobada es la empatía, puesto que carecemos de la posibilidad de realizar un esfuerzo objetivo y racional de comprensión intelectual de los sentimientos de otro, somos incapaces de iniciar el proceso interior por el cual tratamos de vivenciar que es lo que siente nuestro colega o colaborador.

¿Cuántos líderes se sorprenden al comprobar que no performan como pensaban o como sus propios jefes esperaban conforme a sus antecedentes?

Ocurre que la gestión de personas no se refiere a la gestión de programas sino de relaciones interpersonales a fin de crear un ambiente adecuado para que seres humanos, que deciden invertir su talento en una organización, lo hagan de modo tal, que las haga crecer como individuos a través de las tareas que realizan, generando un beneficio para si mismos (su desarrollo) y para la organización donde se desempeñan.

Como es obvio, la responsabilidad siempre es de los líderes. Los mejores empleados tienen los mejores líderes. El fenómeno del liderazgo se puede analizar desde el líder o el seguidor, pero no hay uno sin el otro ni otro sin el uno.

Las organizaciones serias, tienen o buscan líderes que gestionan humanos, no recursos.
Líderes que se comunican personalmente y no “chatean” para compartir lo que es importante. Líderes tan “básicos” que recuerdan los cumpleaños de los miembros de su equipo, líderes que conocen los problemas de su gente, líderes que son contenedores, líderes que son capaces de transmitir el sentido de lo se hace y entusiasmar a sus seguidores, en definitiva, las buenas películas de humanos tienen líderes que son humanos.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer hablaba de vos y de la famosa "No hay segundas oportunidades para primeras malas impresiones" y hoy este artículo me viene genial para poner en boca de otro lo que estoy diciendo diariamente casi a gritos!
Un beso, LDV

Anónimo dijo...

Muy bueno el artículo. Como siempre contundente y diciendo lo que hay que decir y "no" lo que queremos leer o escuchar.

Anónimo dijo...

Guille,
¿Como va? veo que bien.
El blog esta cada vez mejor, la verdad que fue una brillante idea, pero no me sorprende de vos con lo poco que te conozco.
Abrazo
Carlos Morgavi

Anónimo dijo...

Guillermo,
Genial el artículo, y la analogía con la mirada de quien supongo habrá sido María Lucía.
Este tema es totalmente aplicable además a lo que es la definición de un negocio ó producto, en el que muchas veces buscamos un elemento super racional porque vemos a los consumidores ó clientes como "recursos ó seres racionales" y nos olvidamos que el link emocional es en general muco más fuerte.
Y nos olvidamos del contacto personal con nuestros clientes y queremos contactarlos "chateando"

Exclente reflexión, no esperaba menos.

Hernán Selicorni

GUILLERMO CEBALLOS SERRA dijo...

Hernán muchas gracias. Efectivamente, fue Maria Lucía.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Como siempre un placer leer tus articulos; es una enseñanza y a veces un buen recordatorio, de repente nos volvemos mecánicos en el día a día... y algo que he aprendido es eso precisamente, no perder el toque humano que a final de cuentas es de lo que nos enamoramos para seguir,tu filosofia es lo que hace grandes a los que realmente son líderes... y aunque fue poco el tiempo de tener el gusto de trabajar contigo a distancia, fue de mucha enseñanza y a través de este medio lo sigo haciendo
Un abrazo desde tierras mexicanas
Arameiy

Two Brain ON dijo...

Gracias por tu magnífica reflexión, a la que por su puesto me sumo...

Eso si...me quedo reflexionando sobre el Optimismo en el Liderezgo, y sobre las distorsiones del optimista, esas que le permiten continuar en su gestión, como estrategia de afrontamiento del día a día...

Dicen los expertos en psicología positiva que el ser "humano" es de por si optimista y que esto le permite ser más longevo y tener más calidad de vida, además de tener una experiencia subjetiva de mayor felicidad...

En fin, no vaya a ser que por la felicidad de mi jefe, yo vaya a resultar pesimista, al caracer de la fortaleza para convivir con situaciones que por ambiguas, me llevan a beber del vaso, que ahora sujeto absorto pues lo veo vacío.

Por cierto, que siempre nos queda la ESPERANZA, binomio del optimismo, y al cual nos agarramos los pesimistas para dirigirnos sin tregua, por diferentes vías al objetivo de nuestro sueño

GUILLERMO CEBALLOS SERRA dijo...

Como sabes no soy sicologo y veo optimistas y pesimistas por el mundo,sin embargo, los que yo valoro, son los que intentan continuamente hacer la diferencia.

Anónimo dijo...

Guillermo Ceballos Serra: Mi nombre es Débora Loyola, soy estudiante de Relaciones Laborales en la Universidad Nacional de la Matanza, encontré "Una película de humanos" de casualidad navegando por la red; excelente reflexión, que deja entrever una luz de esperanza para la gestión de personas. A pesar de no poseer experincia laboral y no saber más allá de los textos y experiencias ajenas, creo que muchas organizaciones todavía no entendieron "que si son Humanos, no son recursos".

Anónimo dijo...

Guillermo Ceballos Serra: Mi nombre es Débora Loyola, soy estudiante de Relaciones Laborales de la Universidad Nacional de la Matanza, encontré "Una película de Humanos" de casualidad navegando por la red, excelente reflexión, que deja entrever una luz de esperanza para la gestión de personas.
A pesar de no poseer experiencia laboral y no saber más allá de los textos y experiencias ajenas, creo que muchas organizaciones todavía no entendieron "QUE SI SON HUMANOS, NO SON RECURSOS".
Un verdadero placer haber leído este artículo y a partir de ahora seguiré disfrutando de sus reflexiones.