OCTUBRE 2025

sábado, 25 de octubre de 2025

IMAGINACIÓN ESTRATÉGICA: LECCIONES DEL MAÑANA PARA TRANSFORMAR EL PRESENTE

 


Por Guillermo Ceballos Serra

En 1995, yo era uno de los gerentes de RRHH de Unilever. Recuerdo un workshop en el que nos propusimos algo que, en ese momento, parecía casi un juego: imaginar cómo deberíamos ser para tener éxito en el año 2000.

Con los años entendí que no era un simple ejercicio de planificación, sino una verdadera práctica de anticipación. Nos invitaba a mirar más allá del presente y a pensar en el futuro como algo que se puede diseñar. Aquella experiencia me enseñó que anticipar no es adivinar, sino construir con propósito.

RRHH EN UN MUNDO HIPERDINÁMICO

Vivimos en un entorno donde los cambios se aceleran más rápido que la capacidad de muchas organizaciones para adaptarse.

Las áreas de Recursos Humanos lo sienten especialmente: nuevas tecnologías, transformaciones culturales, expectativas generacionales y modelos laborales que evolucionan casi a diario.

El resultado es familiar: procesos que llegan tarde, iniciativas que se ajustan sobre la marcha, estrategias que envejecen antes de consolidarse.

Pero quizás la pregunta correcta no sea “¿cómo nos ponemos al día?”, sino “cómo desarrollamos la capacidad de anticipar”.

DE GESTIONAR LO URGENTE A DISEÑAR LO EMERGENTE

La anticipación no consiste en predecir, sino en preparar a la organización para moverse con agilidad frente a lo desconocido.

Las áreas de RRHH que logran hacerlo no se enfocan solo en gestionar el presente, sino en construir capacidades futuras: aprendizaje continuo, liderazgo adaptativo y culturas que evolucionan junto al contexto.

Esto implica cambiar el paradigma.

En lugar de operar como un área que responde a necesidades del negocio, RRHH se convierte en un generador de escenarios posibles, un espacio donde se ensayan futuros y se traduce esa exploración en decisiones de hoy: nuevas competencias, estructuras flexibles, modelos de trabajo híbridos y ecosistemas colaborativos.

LA CIENCIA FICCIÓN COMO LABORATORIO DE FUTUROS POSIBLES

Para anticipar, no basta con mirar datos: hay que imaginar.

La ciencia ficción —desde Asimov hasta Ursula K Le Guin, pasando por series como Black Mirror o Severance— funciona como un laboratorio simbólico donde ensayamos escenarios que aún no existen. Nos permite explorar dilemas éticos, tecnológicos y humanos antes de que lleguen, y preguntarnos cómo responderíamos como personas, líderes y organizaciones.

En ese sentido, leer o ver ciencia ficción no es un simple ejercicio cultural, sino una forma de entrenar la imaginación estratégica.

Cada historia futurista nos invita a pensar qué pasaría si… y esa pregunta, bien usada, se transforma en una poderosa herramienta de diseño organizacional.

Es, en definitiva, la vigencia del pensamiento “fuera de la caja”, esa capacidad de desafiar lo establecido, mirar más allá de los límites actuales y conectar ideas que normalmente no conviven.
En tiempos de cambio acelerado, pensar fuera de la caja ya no es un eslogan de creatividad: es una necesidad estratégica.

CLAVES PARA UN RRHH QUE ANTICIPA

  • Cultivar pensamiento de futuro: crear espacios donde equipos de RRHH y líderes del negocio exploren tendencias, escenarios y futuros alternativos.
  • Aprender rápido y desaprender con frecuencia: mantener una mentalidad experimental que valore el error como fuente de aprendizaje.
  • Diseñar culturas vivas: entender la cultura como un sistema adaptable que se ajusta a los desafíos, no como una declaración estática.
  • Usar la tecnología como aliada estratégica, no solo operativa: automatizar para liberar tiempo y energía hacia la innovación.
  • Incluir la ficción, el arte y la imaginación como insumos válidos para la estrategia: porque toda transformación comienza con una historia que alguien se atrevió a imaginar.

ANTICIPAR ES IMAGINAR CON PROPÓSITO

En un mundo hiperdinámico, la ventaja competitiva no está en reaccionar más rápido, sino en imaginar antes y actuar con sentido.

Las organizaciones que se atrevan a combinar análisis, creatividad y humanidad no solo dejarán de correr detrás del cambio: serán quienes lo lideren.

Anticipar no es solo mirar hacia adelante, sino interpretar el presente con profundidad, leer las señales que otros pasan por alto y conectar los puntos entre lo que somos hoy y lo que podríamos llegar a ser.

Liderar el futuro no se trata de tener todas las respuestas, sino de hacer las preguntas correctas.
De crear espacios donde la curiosidad sea una fortaleza, la innovación un hábito y la empatía una estrategia.

Cuando RRHH asume ese rol —el de arquitecto del sentido y catalizador del aprendizaje colectivo—, deja de ser una función de soporte para transformarse en la brújula que orienta el rumbo de la organización y en un mundo donde el cambio es constante, esa brújula es, quizás, el activo más valioso que una empresa puede contar.


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