Por Alejandro Delobelle. Leadership Training & Sales Facilitation - LATAM / España - Speaker | Founder of NEO - Network Exploring Opportunities.
Si sos
jefe, esta reacción tuya puede matar el talento de tu equipo sin que te des
cuenta:
—“Usé la IA para armar el informe de rotación y clima laboral…”
—“¿¡Otra vez con la IA!? Así cualquiera…”
Con esa frase, no estás corrigiendo un error.
Estás cortando de raíz algo que podría convertirse en una ventaja competitiva.
Una respuesta que aliente el proceso e impulse más valor, sonaría más así:
—“Perfecto Mati… ¿Qué le preguntaste? ¿Cómo verificaste las respuestas? ¿Y qué
parte aportaste vos que la IA no podía resolver?”
¿Ves la diferencia?
En la primera, cerrás la puerta y mandás el mensaje: “No confío en que lo uses
bien”.
En la segunda, la abrís y le das dirección: “Usala, pero con criterio. Quiero
saber cómo pensaste”.
Porque la herramienta es solo el commodity; lo que le pido a ella y su validez
es el diferencial.
Por eso, más que medir si “usaron” o “no usaron” la IA, como líder deberías
empezar a evaluar tres cosas claves:
1. La ingeniería del pedido que hizo:
¿Fue clara, estratégica y precisa la pregunta que le hizo a la IA? ~ La calidad
del output depende 100% de la calidad del input.
2. El proceso de validación y refinamiento.
¿Aceptó la primera respuesta sin cuestionar? ¿Cuántas veces calibró y ajustó el
pedido? ¿Chequeó y contrastó la info recibida?
3 La integración con el estilo y estándares del equipo.
¿El resultado final refleja el tono, la calidad y el enfoque que caracteriza a
nuestro equipo? ¿O parece un texto genérico que no se alinea con otros mensajes
de nuestro área?
Ahí está el gap competitivo, profesional y humano: en cómo pensamos, refinamos
y personalizamos lo que obtenemos de esta poderosa herramienta.
Así que recuerda: es tu responsabilidad como líder ayudarlos también en esta
nueva etapa...:)