Por Matías Nahon. Managing
Director Analitix.
La Inteligencia Artificial (IA) está en el
centro del debate durante 2024 por su potencial como agente transformador de la
economía y por los límites necesarios que implica su desarrollo.
El escritor Yuval Noah Harari plantea en su
nuevo libro "Nexus" que la IA es una amenaza invisible y hay que
regularla. Para llegar a semejante afirmación hace un largo desarrollo donde
refuerza el carácter peligroso de las IA sin control dado que se encuentran a
disposición del potencial uso de los gobiernos totalitarios.
Para contrarrestar esta tendencia apela a la
conciencia y a una valoración de la verdad que imponga mecanismos de
autocontrol, aunque no identifica ninguno concreto.
Harari tiene una visión que agudiza una lectura
amenazante de los nuevos desarrollos tecnológicos, cercana a las teorías
paranoicas de la ciencia ficción, aunque tiene la ventaja de contrarrestar las
lecturas más ingenuas de muchos economistas que apuestan, sin más, al
desarrollo tecnológico, sin contemplar sus potenciales riesgos ni consecuencias
del uso indiscriminado de sus funcionalidades.
Lo cierto es que cada día cientos de IAs
desarrollan nuevos progresos, como las imágenes de Fluxpro.art con un realismo
imposible de diferenciar de una foto real, o Vive.art que transforma una foto
en video con los gestos de otra persona.
También Filmora puede clonar la propia voz o la
de terceros. Y así a cada hora, todos los días. Cada nuevo desarrollo con IA
está comenzando a plantear riesgos reales en la información privada y el
prestigio al ser usada con intenciones dañinas.
Las empresas están preocupadas porque los
ataques están comenzando a ser ciertos, y puedo ponerme como ejemplo. Aunque en
Argentina todo llega con cierto delay, ya tengo casos concretos de ataques al
prestigio de marcas y personas quienes han utilizado IA sin medir las
consecuencias.
Por eso es que debemos estar atentos e impulsar
activamente una regulación clara y transparente de la IA que no impida la
fuerza de su capacidad innovadora, pero que contenga sus riesgos.
Para eso podemos basarnos en las normas ya
existentes en el mundo, como la SB1047 de California y en el reglamento de la
UE 2024/1689 formulado este año, más concretamente el 23 de junio.
La subsecretaría de Tecnologías de la
información de Argentina también emitió un conjunto de recomendaciones en 2023
que debería actualizarse y hacerse más exhaustivo, ya que constituye una
excelente base para comenzar.
Solamente hay que estar atentos a los nuevos
desarrollos y regulaciones a nivel mundial que señalan el camino. No son
necesarias teorías paranoicas o ingenuas respecto a las dificultades que nos
trae esta nueva realidad, sólo hay que ponerle cabeza y trabajo para avanzar en
un desarrollo tecnológico que brinde mejores herramientas de mayor
productividad, y al mismo tiempo garanticen los derechos.
Harari es también conocido como integrante de
la corriente de los "tecno pesimistas" y tiene una mirada reflexiva
sobre el potencial totalitario en la IA.
Dice que nunca antes hemos visto algo similar en la historia dado que la IA y su integración en los dispositivos, tanto personales como del hogar, urbanos o vehículos, podría derivar en el desarrollo de una capacidad de vigilancia sin precedentes donde sería posible la creación de regímenes de vigilancia total que aniquilarían la privacidad.
Países enteros de IA, donde no se necesitarían
agentes humanos para seguir a todos los humanos.
De todos modos, más allá de las teorías tanto
negativas como favorables al desarrollo de la IA, la realidad concreta nos
enfrenta al desafío y hay que responderle. Es importante que podamos acordar
una regulación de la Inteligencia Artificial teniendo en cuenta la realidad y
asumir la responsabilidad que nos toca.
No se trata de ingenuidad ni de paranoia sino
de límites claros para una sana coexistencia con lo humano y poder avanzar en
lograr herramientas que hagan mejor nuestras vidas.
Publicado en IProUp el 8 de octubre de 2024.
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