Por Guillermo Ceballos Serra
“Los
mejores líderes prometen únicamente lo que vale la pena defender”. Max de Pree.
En el vasto y siempre cambiante panorama del liderazgo, surge un par de preguntas cruciales: ¿Cómo podemos identificar a un líder? y ¿Qué clase de líder es? Los gurúes del management han debatido y reflexionado sobre esta cuestión durante décadas y aunque no existe una respuesta definitiva y menos aún única, hay ciertos atributos y cualidades que destacan consistentemente en la literatura y la práctica empresarial.
Si intentamos encontrar una respuesta valiéndonos
de la tecnología para dirimir la cuestión puedo decir que, de la respuesta de
Google, surgen cerca de 158,000,000 resultados en 0.64 segundos, lo que automáticamente
me remite a la frase del historiador y pensador israelí Yuval Harari, en su
libro “21 Lecciones para el siglo XXI” que comienza diciendo: "En un mundo
inundado de información irrelevante, la claridad es poder", que si bien hay
muchísima información valiosa, la
avalancha de datos y la imposibilidad de analizarlos torna mucha de esa información
en irrelevante.
En mi caso, que carezco absolutamente del
talento de los grandes gurúes del management, tiendo modestamente a apelar un
poco al sentido común y bastante a la simplicidad, reconociendo obviamente, la
gran mayoría de esos atributos comunes en las definiciones.
¿Cómo sabemos si alguien es un líder? ¿Cómo se
si soy un líder? Simple, si me doy vuelta y veo que alguien o algunos me siguen, tengo un primer indicio para pensar que soy un líder. Si no me sigue ni mi sombra, obviamente no soy un líder. Un
líder es quien tiene seguidores y puede hacer algo con ellos. El liderazgo es,
por tanto, un fenómeno objetivo, palpable, perceptible a través de nuestros
sentidos.
La segunda pregunta ¿Qué clase de líder
eres? ¿Qué clase de liderazgo desarrollo? Parece más difícil, pero en realidad la respuesta es igual de
sencilla que la anterior. Creo que un enfoque
simple y sencillo, es comprender al liderazgo es a través de la lente de los
seguidores. Después de todo, un líder no es tal sin aquellos que eligen
seguirlo.
Suelo decir, que a alguien lo siguen 40 ladrones evidentemente es porque te llamas Alí Baba y si en su caso a una persona la hubieran hubieran seguido 12 Apóstoles, muy probablemente su nombre hubiera sido Jesucristo. Esta analogía simplifica la idea de que los seguidores son un reflejo del líder que eligen seguir. Entonces, ¿Cómo podemos interpretar esta relación para identificar qué tipo de líder es alguien?
En primer lugar, es esencial considerar ¿Qué
inspira a las personas a seguir a un líder? Los gurús del management argumentan
que la autenticidad, la visión y la capacidad para inspirar y empoderar a los
demás son características clave de un líder efectivo. Un líder auténtico es
genuino y coherente en sus acciones y palabras. Por tanto, lo que construye el vínculo
de confianza y credibilidad entre el líder y sus seguidores es la comunión de
valores y expectativas.
Además, tener una visión clara y convincente
del futuro ayuda a identificar y alinear a los seguidores hacia objetivos
comunes y les brinda un sentido de propósito. Finalmente, un líder positivo
que puede inspirar y empoderar a su equipo fomenta un ambiente de confianza y
creatividad, donde cada individuo se siente valorado y motivado para contribuir
al éxito colectivo.
Sin embargo, la verdadera medida de un líder no
radica sólo en sus cualidades personales, sino en cómo estas se traducen en
la acción y el impacto en sus seguidores. Los líderes efectivos muestran
habilidades de comunicación sólidas, escuchan activamente las preocupaciones y
perspectivas de su equipo y son capaces de adaptarse a diferentes situaciones
y desafíos. También son conscientes de su propio desarrollo y están dispuestos
a recibir retroalimentación y aprender de sus errores.
¿Cómo saber qué clase de líder es determinada
persona?
Respuesta sencilla: observando quiénes son sus
seguidores y qué los motiva a seguirlo.
Si un líder atrae a personas comprometidas y
apasionadas que comparten su visión y valores, es probable que sea percibido
como un líder inspirador y efectivo. Por otro lado, si sus seguidores son
desmotivados o desconfiados, podría ser una señal de que el líder carece de
autenticidad o no está comunicando claramente su visión. Pero ser inspirador y
efectivo, nos indica que estamos frente a un líder, más no califica la calidad
de su liderazgo. Son los valores morales los que determinan la calidad del líder
y su liderazgo. Es el foco en el bien común y el espíritu servicial de quien se
siente “deudor” de sus seguidores.
Vale para las organizaciones, vale también para
los estados. Vale para todos.
Identificar a un verdadero líder, al líder arquetípico,
implica reconocer que el verdadero liderazgo se basa en la capacidad de influir
positivamente en los demás y guiarlos hacia un objetivo común, desarrollando
organizaciones que no solo sean exitosas en términos de resultados financieros,
sino también en términos de su impacto positivo en las personas y el mundo que
las rodea.
Si tenemos dudas, observemos a sus seguidores.
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