Por Cristina Bomchil - Fundadora y Gerente General de Valuar - Miembro de Agilium Worldwide - Executive Search Group
El desafío de formar parte de un equipo gerencial intergeneracional exige animarse a compartir decisiones, adaptando los estilos personales, propios según la edad, a los de los demás, buscando espacios de encuentro en donde se valoren las fortalezas y particularidades de las distintas generaciones.
Se considera que la generación de los baby boomers, con más de 30 años de experiencia en el mercado y más de 60 vividos, aporta una visión más integrada de la realidad, una comprensión profunda y acabada de los métodos de trabajo más beneficiosos para cada una de las circunstancias.
Esta generación promueve importantes valores, como el fuerte compromiso por sus obligaciones. Poseen una ética de trabajo arraigada, ligada al esfuerzo constante. Además esa trayectoria les confiere un status de coach, o líder, que aumenta su valor en de la empresa y respecto de sus pares más jóvenes.
Por otro lado, los gerentes jóvenes promueven, como valores superiores, el cambio, la creatividad y la innovación. Son cuestionadores de la realidad. Se comprometen con el riesgo y con los espacios que puedan transformar, aprender y auto-desafiarse, más que con la continuidad o la estabilidad de los proyectos.
La apertura requiere de flexibilidad y esfuerzo. Flexibilidad para repensar y repensarse, y esfuerzo para cambiar esquemas mentales. Como así también de una actitud de permanente aprendizaje, para estar abierto a nutrirse desde la diferencia.
El mix generacional permite que la toma de decisiones se resuelva desde una visión inquieta y más arriesgada del joven contenida por la templanza, la prudencia y el conocimiento del mayor. Evolucionar implica necesariamente la integración de perspectivas distintas. Esta fusión de miradas y de posturas heterogéneas frente a las situaciones lleva a una comprensión más amplia de la realidad. Las experiencias de ambas generaciones son complementarias y los resultados que se obtienen, mucho más ricos.
En términos generales, las compañías cada vez tienden a ser menos verticalistas para ser más “horizontales”, en parte como aceptación de la diversidad, indispensable para la innovación.
Hoy las compañías más modernas y de vanguardia promueven este mix, buscan activamente la diversidad y pretenden que las posiciones claves sean asumidas por profesionales jóvenes, con actitud emprendedora, pero con un directorio compuesto por profesionales con el seniority de años vividos, crisis atravesadas y éxitos alcanzados.