Por Guillermo Ceballos Serra
El impulso de la temática de la
igualdad de género, sumado al día de internacional de la mujer, resultó en un número de iniciativas en varios
países incluido el nuestro.
El Poder Ejecutivo Nacional
(Argentina) presentó al Congreso Nacional, el Proyecto de Equidad de Género e
Igualdad de Oportunidades.
El Art 173, que titula "Igualdad Salarial Estricta",
el proyecto del Ejecutivo dice que "en los contratos individuales,
convenciones colectivas de trabajo, reglamentaciones y todo acto por el cual se
fijen o estipulen salarios, se garantizará la plena observancia
de la igualdad de género en la aplicación del principio constitucional de igual
remuneración por igual tarea".
Lo curioso del texto, es que estas normas ya existen y desde hace
muchos años.
El Art 14 bis de nuestra Constitución
Nacional sostiene: “El trabajo en sus diversas formas
gozará de la protección de las leyes, las que asegurarán al trabajador:
condiciones dignas y equitativas de labor; jornada limitada; descanso y
vacaciones pagados; retribución justa; salario mínimo vital móvil; igual remuneración por igual tarea;
participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y
colaboración en la dirección; protección contra el despido arbitrario;
estabilidad del empleado público; organización sindical libre y democrática,
reconocida por la simple inscripción en un registro especial” .
El artículo 14 bis fue uno de
los dos únicos agregados que se hizo al texto de la Constitución Argentina de 1853 (con las
reformas de 1860, 1866 y 1898) como resultado de la reforma constitucional de 1957. La norma
incluyó en la Constitución, algunos derechos correspondientes al constitucionalismo social y posteriormente fue ratificado por la reforma
constitucional de 1994.
Por tanto, el artículo tiene una
existencia de 61 años, con rango
superior a la norma propuesta por el Poder Ejecutivo.
Por su parte el Art 81 de la Ley
de Contrato de Trabajo de 1974, establece el principio de igualdad de trato, sosteniendo el
empleador debe dispensar a todos los trabajadores igual trato en identidad de
situaciones.
Para concluir el tema normativo, el Convenio # 100 de la OIT de 1951 (entrado en vigencia en 1953), que para la Argentina tiene rango constitucional, establece el mismo principio para “la mano de obra femenina y masculina” por trabajo de igual valor.
Por último, los convenios
colectivos de trabajo fijan remuneraciones por categoría y no existe ninguno
que establezca valores diferenciales para hombres o mujeres.
En síntesis, este proyecto se
trata de una reafirmación política de la importancia del tema, pero carente de toda trascendencia
jurídica porque no agrega ningún valor a la legislación existente en esta
materia.
Según OIT, en su reporte “Igualdad de Remuneración. Activador
Fundamental de la Igualdad de Género” http://bit.ly/2FFsi0F :
“Las desigualdades de remuneración en función del sexo suelen evaluarse
mediante un indicador denominado brecha de remuneración entre mujeres y
hombres. Este indicador mide la
diferencia entre los ingresos promedio de los hombres y los de las mujeres, como
porcentaje de los ingresos de los hombres. En general, las características
como el nivel educativo, las calificaciones, la experiencia laboral, la
categoría ocupacional y las horas trabajadas representan la parte «explicada»
de la disparidad de remuneración entre mujeres y hombres. La parte restante y
más significativa, es decir, la «no explicada», es atribuible a la
discriminación, intencional o no, omnipresente en los lugares de trabajo”.
El trabajo, también de la Organización Internacional del Trabajo,
(2011). Una nueva era de justicia social, Memoria del Director General, Informe
I(A), Conferencia Internacional del Trabajo, 100.a reunión. Ginebra, estima que
a nivel mundial la disparidad de remuneración entre mujeres y hombres es del 22,9 por ciento. Pese a que la brecha
ha ido cerrándose en los últimos decenios, en muchos países sigue habiendo una
disparidad de remuneración sustancial entre mujeres y hombres.
Sin embargo considerando que:
- Ninguna duda cabe que desde que ingresamos a la sociedad del conocimiento, NO existe ninguna tarea que una mujer no pueda desempeñar igual o mejor que un hombre.
- Las mujeres constituyen la mayoría de los estudiantes universitarios.
- Su desarrollo es progresivo, dinámico e ininterrumpido.
- En poco tiempo accederán a todos los campos y no necesitarán la ayuda de ningún cupo porque alcanzará con el despliegue de su talento.
Entiendo que se trata esencialmente viejos
paradigmas culturales, quizás útiles en otras épocas, pero claramente hace
tiempo convertidos en barreras, que sin duda se derrumbarán gradualmente ante
el aporte de valor del talento de femenino en nuestras comunidades.
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