Por Gabriela Olivan, Head of Corporate Communications for Hispanic South America, Accenture Argentina. Propietaria de Insights Explorer - Blog de Gabriela Olivan
Todos los días leemos en los portales informativos noticias que nacen y crecen en las redes. Muchas veces tomamos conocimiento de “esas noticias” por los medios tradicionales y no por nuestras redes sociales. ¿Por qué sucede? Aquí proponemos una respuesta: el filtro burbuja.El filtro burbuja es una idea creada por Eli Pariser. En el 2011 publicó The Filter Bubble: What the Internet Is Hiding from You, un libro que se convirtió en un clásico. Un texto que se adelantó a su tiempo. Hace unos días una editorial anunció la publicación en español.
Veamos un poco de qué se trata: Eli Pariser alertaba sobre los sesgos que producen los algoritmos de los sitios más populares del mundo. Más sencillo: los sitios que usamos todos los días nos ocultan algo mientras nos están mostrando algo. Muestran y ocultan en función de nuestras preferencias pasadas. Veamos. Julio Alonso, profesor y “traductor” cuenta que:
“El filtro burbuja es el espacio en línea que representa tu universo personal de información- único y construido para ti por filtros personalizados que potencian la web. Facebook contribuye con temas para leer y actualizaciones de estado de amigos, Google personaliza tus búsquedas y Yahoo News tus noticias. Es un espacio realmente cómodo y, por definición, está habitado por las cosas en las que estás interesado en clickear. Pero también es un problema grave: el conjunto de intereses en los que hacemos click (sexo, chismes, o temas relevantes a nivel personal) no son necesariamente el conjunto de intereses que necesitamos saber.”
Este fenómeno burbuja nace para hacernos la búsqueda y la navegación por la red más sencilla. Más personalizada. Sin embargo, como todo en la tecnología: un nuevo invento o dispositivo soluciona problemas pero genera nuevos. Lo había dicho hace mucho tiempo Dominique Wolton: cada TIC resuelve y crea problemas. Hoy, las herramientas de búsqueda tipo Google o las redes sociales o sitios como Amazon se volvieron “tan inteligentes” que pueden sacar conclusiones o predecir nuestro comportamiento a partir de los clics que vamos haciendo por la red.
Es decir, los algoritmos aprenden a partir de nuestras acciones y se nos adelantan. El problema es que solo nos muestran contenido de aquello que coincide con nuestras preferencias -pasadas- para buscar que nuestras preferencias actuales coinciden. La idea es sencilla: si vemos y leemos aquello que nos interesa pasaremos más tiempo en ese sitio y eso redunda en que puedan vender más y mejor publicidad. Es decir, estamos encerrados en nuestras preferencias. Pariser sostiene que lo importante de los filtros no es lo que muestra sino lo que ocultan. Ahí está la trampa. El daily me de los 90s se hizo realidad: todos tenemos sitios personalizados. Todos estamos leyendo aquello que nos interesa. Nada más y nada menos.
¿Podemos escapar del filtro burbuja? Claro que sí. Es un ejercicio. La próxima vez que hagas un scroll en una página pregúntate qué no estás viendo.
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