Por Guillermo Ceballos Serra
Todas las ciencias tienen sus
principios, sus paradigmas y sus teorías en boga. En todas las épocas predomina
alguna doctrina, idea novedosa que adquiere una altura propia de la adoración
en los altares de la función y que a la postre se transforman en
incuestionables, a excepción de que estemos dispuestos a asumir la calificación
(en voz baja) de herejes de los nuevos postulados.
No quiero relatar la historia de
los paradigmas de cada época, porque no pretendo focalizarme en el pasado sino
en el futuro, quiero limitarme a un par de ejemplos a fines de poder analizar
la problemática contemporánea.
En la década del 90, nos cansamos
de hablar de recursos humanos como socio estratégico del negocio. En la teoría, impecable. La realidad es que nuestra función fue predominantemente socio
estratégico del negocio en el discurso pero no en la práctica. Cuando hablo con
colegas con los que tengo confianza, todos reconocen que no mejoraron su posicionamiento
interno dentro de las empresas en que se desempeñaban en esos años y que
esencialmente no hubo cambios en ese sentido en la gestión.
Hace unos años hubo una campaña
publicitaria de llamada el Desafío Pepsi, donde el público era invitado a tomar
una vaso de Pepsi y Coca, sin ver cuál era cada una y la mayoría en la
publicidad, elegía obviamente Pepsi.
Propongo un nuevo desafío: "Desafío socios estratégicos". Muchas veces, los objetivos que
definen la obtención de un bono, está atados al logro de un determinado
Ebitda. Yo invito a que pregunten a las
primeras 10 personas que crucen en un pasillo y le pregunten ¿qué es el ebitda?
y como se podría contribuir desde su función (ni siquiera su posición) a
generarlo. Yo me atrevo a intuir la respuesta de antemano. La gran mayoría probablemente no
lo sepa, pero allí se juega la performance de la organización. Entonces me
pregunto ¿Dónde están los socios estratégicos que no forman a sus colaboradores
para que los ayuden a cumplir los objetivos corporativos? (y por supuesto no me
refiero solamente a la gente de recursos
humanos…).
Otro “golden topic”, tema famoso
indiscutible, ha sido el tema de la Generación Y, (por suerte se agota
definitivamente con la llegada de la generación Z). Son innumerables las
conferencias y congresos donde hemos asistido, los artículos y entrevistas
donde no cesamos de escuchar los éxitos obtenidos para la retención de los
millennials, cuando la gran mayoría de los ejecutivos, no sólo de recursos
humanos, sabemos que no es posible retenerlos y paulatinamente van tomando
conciencia de que es mejor tenerlos el poco tiempo que deseen estar, pero
absolutamente comprometidos mientras permanezcan con nosotros.
Hoy el nuevo tema está referido a
la gestión de la transformación digital, al día de hoy se hace muy poco en la
gran mayoría de las organizaciones de nuestro país, desde luego muchas
multinacionales hacen mucho en el exterior, pero no localmente, a pesar de que
nos pasamos hablando del tema.
Estamos perdiendo el tren del
futuro. El mundo trabaja en tiempo real, con información disponible como jamás
ha existido y que transformada en conocimiento, proporciona ventajas
competitivas inimaginadas hace apenas una década.
La revolución digital ya comenzó y la mayoría de las organizaciones “miran
el tema por TV”.
Creo que tenemos muchas
preguntas, cuya respuesta nos debería mover a la acción de forma inmediata.
- ¿Hemos tomado nota del crecimiento año tras año de las ventas en los Cyber-Monday?
- ¿Sabemos que piensa exactamente nuestro mercado?
- ¿Adaptamos nuestros esquemas de compensación variable para fomentar la innovación?
- ¿Somos conscientes de que nuestros líderes no necesitan tomar decisiones que arriesguen su futuro profesional por basarse sólo en su intuición?
- ¿Hemos entendido que hay que reformular la arquitectura de las organizaciones a pesar de que aun con la hiperconectividad disponible seguimos trabajando en silos?
La realidad se impone, pero
muchas veces pretendemos tapar el sol con las manos. Las organizaciones dan por
sepultados los organigramas jerárquicos y ahora hablamos de equipos multidisciplinarios
e interrelacionados y de conformación dinámica y ambiante, con dispersión
geográfica. ¿Estamos empoderando esos
equipos para la toma de decisiones o son uno de los tantos viejos comités que
derivaban sus conclusiones a un superior?
En empresas muy importantes, altos
ejecutivos lamentan hoy, su imposibilidad de tomar decisiones por la
fragmentación de la autoridad y falta de claridad en la designación de los “dueños
de los procesos”. El objetivo de estos grupos es acelerar las decisiones, sin
embargo, somos absolutamente conservadores frente a la necesidad de derogar un
proceso improductivo.
La era digital es una verdadera revolución, es una nueva cultura, es el
relanzamiento del viejo eslogan de “la imaginación al poder” del mayo francés,
de imaginarnos desde cero, como deben ser ahora nuestras organizaciones y que
habilidades deben desarrollar, con nuestra ayuda, todos nuestros colaboradores.
1 comentario:
Coincido y es una triste verdad. En nuestro país pareciera ser que, en la gran mayoría de los casos, no hemos podido arrancar aún de los conceptos y criterios sobre sobre la organización del trabajo de principios del siglo XX. He aquí nuestro sub-sub desarrollo intelectual.
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