NOVIEMBRE 2024

jueves, 2 de febrero de 2017

EL FUTURO DE RECURSOS HUMANOS


Por Tomás Poggi,  HR - Key Account Manager, Compass Group.

Hoy quiero compartir con Ustedes mi visión respecto del futuro de los profesionales de Recursos Humanos. Y más aún, mi elección en este sentido.

Para hacer este análisis me permitiré algunas licencias en donde incorporaré al mismo el observador y actor que soy dentro de la profesión de Recursos Humanos.

Cuando me dispongo a escribir sobre el futuro de cualquier situación, lo primero que necesito realizar es hablar del hoy, y hasta del pasado, y este caso no es la excepción.

Lejos quedó aquel concepto de Recursos Humanos asociado a una oficina de personal, en las grandes fábricas, donde desde ese lugar se definía quién entraba y quién no, a desempeñar tareas, cuánto y cuándo debía abonarse por el trabajo y, por último, cuándo debía cesar en sus funciones.

El trabajo de Recursos Humanos fue evolucionando, y, por ejemplo, con un modelo impulsado principalmente por Dave Ulrich, conocimos al HR Business Partner (Recursos Humanos como socio del negocio), con funciones completamente distintas a las de contratar personas, liquidarles un salario, etc. En este caso, además de ampliar la cantidad de funciones o roles dentro de la organización, el HRBP se encuentra en el propio negocio.

Hoy por hoy, la tendencia, sobre todo cuando hablamos de empresas multinacionales, tiene que ver con cuidar y desarrollar el talento interno, entendiendo que se trata de un “capital” importantísimo para la Compañía. Por ello, el rol de Recursos Humanos está más asociado a la gestión del talento, los planes de desarrollo y capacitación, crear cultura, orientar comportamientos, etc. Y todo esto, alineando la estrategia organizacional a los planes de trabajo del área.

Y de aquí en más, el futuro de la profesión de Recursos Humanos. Y para ello creo que existen cientos de escenarios posibles, tal vez indescriptibles, pero donde podremos encontrar grupos de acuerdo al rol que tome el área. En pos de ser más claro, me gustaría describir dos grupos de escenarios posibles: el grupo de los escenarios extintivos y el grupo de los escenarios expansivos.

Cuando me refiero a algún escenario extintivo, quiero hacerlo sobre aquellos en los cuales nuestra profesión se quitará posibilidades en el futuro a sí misma. Y si bien, como decía anteriormente, considero que los escenarios son múltiples, en este grupo hay un factor común y es la pasividad de los profesionales. Escenarios donde “los de Recursos Humanos” nos dedicamos a asesorar cuando alguien nos consulta, a administrar aquello que se nos pide, somos expertos en los procesos que manejamos y nadie puede hacerlo mejor que nosotros, mostramos nuestros resultados como área de Staff, escenarios en los cuales somos parte de una organización y conocidos como aquellos que trabajan con “la gente para que esté contenta y produzca más”.

Y en un camino opuesto, podremos encontrar los escenarios expansivos, que nos abrirán puertas para tomar mayores retos y roles protagónicos. En esos escenarios, nuestro rol como profesionales de Recursos Humanos no es “asesorar”, sino es trabajar como “coaches” de las personas que ocupan las posiciones clave de la organización o que son clave por su talento y potencial, nuestro rol no es administrar lo que se nos da, sino que es ser dueños del negocio, conociendo en detalle nuestra estrategia y objetivos corporativos, para luego ejecutar con una mirada de Recursos Humanos. Un área de profesionales que más que mostrar los resultados de la misma, se mide constantemente en función de los objetivos estratégicos y el aporte que hacemos para el logro de los mismos. Y, por último, son los escenarios en los cuales no somos conocidos por “trabajar con la gente para que esté contenta y produzca más” sino que somos quienes generamos consciencia en las personas con las que trabajamos y los ayudamos encontrar el lugar y el rol que los llevé al mayor estado de felicidad posible y que, indirectamente, repercutirá positivamente en nuestro negocio.

Considero que cualquiera sea el escenario del futuro para la profesión de Recursos Humanos, habrá sido nuestra elección.

Por último, de lo único que puedo estar seguro respecto al futuro de la profesión, es la elección que tomaré y por la cual sostendré una bandera. Y esta elección dista de las técnicas que utilicemos como profesionales para resolver los desafíos que se nos presenten, ya que eso no será una opción. Una elección que estará alineada a los objetivos organizacionales de lugar donde elija estar. Y el detalle de elegir no es menor, por el contrario, me convierte en un protagonista de Recursos Humanos. Ese proceso de elección será consciente y deberá plantearse a partir de qué tipo de aporte realizaré a la sociedad desde mi rol. Y en ese camino, mi elección será ser un guía de aquellas organizaciones (y por lo tanto personas) que busquen vivir en un alto nivel de consciencia, en donde los Valores puestos en práctica en cada una de las actividades que realicen sean coherentes con los personales y aquellos por los cuales pueda estar orgulloso (yo mismo, mis padres y mis futuros hijos).

Para sintetizar este concepto, me valdré de definiciones de Fredy Kofman, escritor, filósofo y Coach argentino y actual VP de LinkedIn. Sigo a esta persona hace aproximadamente 6 años, cuando tuve la oportunidad de participar de una jornada de liderazgo de coaching que sin duda cambió mi visión sobre la carrera profesional dentro de Recursos Humanos (y cualquier profesión dentro de las empresas, aunque trabajando tanto con personas contamos con una ventaja que debemos aprovechar). Fredy Kofman, en su libro “la empresa consciente”[i], indica que una empresa consciente es aquella que proporciona a sus grupos de interés, sobre todo a sus empleados, gratificaciones no solo materiales sino también espirituales: “es una organización donde las personas se enorgullecen del trabajo que hacen, ponen a prueba y desarrollan sus aptitudes, se sienten unidos a una misma comunidad de propósito y lo que hacen les resulta coherente con lo que consideran que es su misión personal en la vida”.

El concepto de vender valor (o valor agregado) que satisface la necesidad de lucro de los individuos se puede y debe satisfacer a través de valores humanos. Estos valores cumplen con la función de “crear valor a través de valores” y describe los siguientes:

·        Responsabilidad incondicional para convertirse en protagonista de la propia vida, lo contrario a este valor es la culpa incondicional.
·        Integridad esencial para alcanzar “el éxito más allá del éxito”, el antivalor seria el egoísmo esencial.
·        Comunicación autentica, para decir la propia verdad y permitir que otros digan la suya, el antivalor seria la comunicación manipuladora.
·        Compromiso impecable, para coordinar acciones de modo responsable.
·        Liderazgo honesto, porque ser, más que hacer, es el camino básico hacia la excelencia.
·        La coordinación impecable (antivalor: coordinación negligente)
·        Las emociones conscientes (el antivalor seria las emociones inconscientes)
·        La competencia emocional (la actitud inconsciente seria la incompetencia emocional)

El mensaje más importante de esta pieza literaria tiene que ver con que si somos conscientes y creamos valor a través de estos valores, terminaremos siendo felices al trabajar, ya que comprenderemos (y por lo tanto seremos conscientes) que, trabajando para nosotros, beneficiamos a nuestros semejantes y esto, es dar de uno mismo hacia los demás. 

Estos conceptos resumen de alguna manera mi mirada sobre el futuro de nuestra profesión, pero el último aspecto que quiero repetir y remarcar, es que nuestro futuro, desde mi perspectiva, no es un escenario posible que deriva de otros factores. Por supuesto que el escenario estará influenciado por el contexto, pero estoy seguro que eligiendo conscientemente y haciendo las cosas desde nuestro profundo y genuino deseo de bien, nuestra profesión marcará la diferencia.


[i] Fredy Kofman, (2012). La Empresa consciente. Penguin Random House Grupo Editorial, Buenos Aires.


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