FEBRERO 2024

domingo, 25 de octubre de 2020

CAUSAS PROFUNDAS DE LOS FRACASOS DE LOS GOBIERNOS




Por Ricardo Bäcker,  C Level Coach and Executive Search Consultant; Founding Partner of Bäcker& Partners

 Desde hace tiempo, los gobiernos fracasan porque no dirigen adecuadamente esa organización hipercompleja que es el ESTADO. En la mayoría de los casos esto ocurre ya que quienes están al mando tienen ideas políticas, pero no el conocimiento suficiente para llevar adelante organizaciones.

La mayoría de los individuos, incluyendo a políticos, piensa que dirigir o gobernar consiste en que una persona ejerce la autoridad máxima y dispone de medidas con las que mágicamente logrará lo que se proponga. Sin embargo, se puede ver que con esa fórmula no alcanza.

El líder es una figura importante, tanto para lograr crear una visión o mística que alinee a la población, como para ser el número 1 de una gran y compleja organización. Cualquier medida que se tome debe ser analizada por un equipo especializado que pueda evaluar sus impactos en diferentes ámbitos, y a su vez debe ser bajada en detalle e implementada por un conjunto de personas preparadas que configuran esa organización que es el Estado.

En los últimos tiempos lo hemos podido observar claramente en la Economía, donde los presidentes creen que cuentan con el conocimiento suficiente y no designan un experto con visión integral en la materia. Integral se refiere a que, si se aprieta un botón en un lugar, tendrá un efecto en otro que debe ser anticipado, y para eso hay que estar adecuadamente formado y capacitado.

Hay cuatro elementos que deben confluir para que una organización (Empresa o Estado) pueda ser exitosa.

En primer lugar, una estrategia adecuada y compartida por quienes la integran. Adecuada consiste en que lleve a donde se quiere o debe llegar, dado que es lo que primero hay que tener en claro. Compartida implica que debe ser comunicada y aceptada por quienes conducen la organización.

En segundo lugar, un equipo de personas que se ocupen de cada sector importante, con los conocimientos suficientes como para ejercer su rol, estableciendo grandes lineamientos que funcionen, es decir, que produzcan impacto positivo, trabajando armónicamente entre sí, resolviendo las dificultades cotidianas alineadamente, teniendo en cuenta la estrategia compartida y con un espíritu de colaboración en el que cada uno se coordina con la labor del otro, donde al trabajar en equipo, las virtudes o experiencias de unos hacen sinergia con las del resto de los integrantes. El mundo es tan complejo que cada persona requiere de información de otras para lograr ser efectivo.

En tercer lugar, cada uno de los líderes de equipo, desde la cúpula hasta los niveles medios y bajos, deben ejercer adecuadamente su liderazgo, sobre sus propios colaboradores, motivando, formando, transmitiendo la estrategia, el "para qué" de lo que se hace, siendo congruente con la estrategia final de la organización.

Por último, en estos momentos en los que hay continuos cambios en el mundo, bruscos y profundos, el conjunto de la organización debe estar alerta a las innovaciones y nuevos contextos con el fin de ir adaptando el accionar a las circunstancias (tecnología, pandemias, variación de precios de commodities, distinta disponibilidad de financiación, alineamientos políticos, entre otros).

En muchos países estamos lejos de lograr esa integración. Los líderes máximos fallan en definir y comunicar una estrategia apropiada, por lo general no cuentan con la experiencia adecuada para conducir equipos de trabajo que alcancen los objetivos, no se adaptan a los cambios y tienden a proponer ideas anacrónicas que son anticuadas, de épocas pasadas. Los grupos de trabajo en su mayoría no están formados por expertos en los distintos temas y no sólo no realizan su labor armónicamente, sino que suelen haber notorias desavenencias entre los miembros.

Sería un milagro que se logren resultados en estas circunstancias, pero los milagros, lamentablemente, son escasos.

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