FEBRERO 2024

sábado, 24 de octubre de 2015

EL BOOM DE LAS RELACIONES INSTITUCIONALES

Por Cristina Bomchil – Directora General de Valuar – Executive Search

Posiciones antes relegadas a un segundo plano, hoy toman una vigencia diferente, un posicionamiento de mayor peso en la estructura de las organizaciones, un lugar más expuesto también en la mesa de las decisiones. Estamos ante una nueva era que exige mayor compromiso social, transparencia en la comunicación, ética profesional y una fuerte presencia de valores en la comunidad de negocios. ¡Construyamos un liderazgo a la altura de estos difíciles pero muy desafiantes momentos!

“En nuestro cada vez más complejo, ambiguo, cambiante mundo, las competencias de los líderes que conducen las compañías se van transformando, para enfrentar los nuevos desafíos. Esto es más verdad que nunca, en Argentina, a lo que se le suma una situación política complicada, en un incierto entorno de inflación, industrias reguladas, conflictividad gremial, e inseguridad jurídica.

Lo que notamos desde nuestro lugar de trabajo es que posiciones antes relegadas a un segundo plano, hoy toman una vigencia diferente, un posicionamiento de mayor peso en la estructura de las organizaciones, un lugar más expuesto también en la mesa de las decisiones. Se trata de roles que se convierten a veces en la mano derecha del Gerente General, ya que son aquellos que resuelven las situaciones críticas que aparecen en el día a día. Los más marcados ejemplos son quienes ocupan los puestos de número 1 de RRHH y Asuntos Públicos. En ambos casos tienen responsabilidades y funciones con mucha injerencia en la estrategia de negocios de la compañía.

El capital humano de las organizaciones, hoy considerado lo más valioso de una empresa, debe ser respetado, escuchado y desarrollado. Las relaciones con el personal toman una importancia fundamental, anticipan y previenen los conflictos, así como atraen y retienen a los mejores talentos y velan por el bienestar de todos los empleados. La función social que desarrolla Recursos Humanos es de importancia clave, ya que la gente es lo que verdaderamente diferencia a una empresa de su competencia, a través de su creatividad, su dinamismo, su identificación con los objetivos, su eficiencia, en definitiva, su actitud ganadora.

El rol de Relaciones Institucionales, que incluye Asuntos Públicos, Comunicaciones Corporativas, Comunicaciones Internas y RSE enfrenta desafíos regulatorios y legislativos cada vez mayores, que impactan en la operación de las organizaciones y en su reputación corporativa. Es una gerencia que define la estrategia de comunicación externa ante cualquier crisis (hoy agravadas por la viralización de las redes sociales) y lleva adelante las relaciones con autoridades e influenciadores claves de la industria y del mercado. No nos sorprenda que estos dos casos sean los futuros Gerentes Generales de las compañías.

Estas posiciones, así como sus líderes, y los líderes de estos líderes, han ido transformándose a través de las necesidades que imponen las nuevas realidades externas.

Vemos que las competencias hoy requeridas para los roles de conducción difieren de las del pasado.

¿Cómo debe ser un líder hoy? En primer lugar, auténtico y humilde. Estamos en un mundo donde los números uno están muy visibles, muy expuestos, como en una vidriera, dadas las redes sociales y la velocidad de la comunicación, y donde las circunstancias externas son tremendamente cambiantes al igual que la información que llega: entonces tienen que admitir que se pueden equivocar, aun habiendo medido bien los riesgos (indispensable), y que entonces luego, si hay un cambio de rumbo, no se es inconsistente, sino adaptable a las diferentes circunstancias. El número 1 puede ser asertivo respecto de una decisión, siempre admitiendo los riesgos implicados. Segundo, abiertos al aprendizaje continuo y a la participación de ideas. La buena noticia es que hoy el líder está menos solo que en épocas anteriores: la idea ganadora puede surgir de un empleado de 21 años, que entiende la era digital mejor que el CEO. Esto quiere decir permitir la innovación sin perder el rumbo. El líder tiene la brújula, pero incorpora toda la creatividad que escucha a su paso, en el camino de su empresa hacia su Norte. Este conductor sobre todo entiende el valor del mix generacional y además se siente cómodo en un mundo donde no lo sabe todo y las novedades se suceden a un ritmo vertiginoso, aveces traídas por los empleados en la base de la organización. Tercero, la generosidad y la orientación a la gente. Compartir información y conocimientos en forma continua, reconocer y premiar los logros ajenos, escuchar consejos, probar sugerencias, dar oportunidades, admitir el riesgo y la posibilidad de equivocarse, no condenar el fracaso, al contrario, valorarlo como experiencia.


Este sería el modo de promover el entrepreneurship internamente, que es la cuna de la innovación. Cuarto, y lo más importante, detentar y demostrar integridad, tanto en lo personal como en el modo de hacer negocios. La honestidad, el respeto por las ideologías ajenas, el fair play hacia la competencia, la meritocracia, el aceptar la diversidad, son valores que contagian y crean un clima propicio para intercambiar opiniones, perseguir objetivos comunes e ideales.

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