AGOSTO 2025

martes, 5 de agosto de 2025

LA PRÓXIMA FRONTERA DE HR

 


Por Carla Fassi. Seasoned Regional Human Resources | HR Senior Director | Latin America | HR Influencer

La próxima frontera de HR no es contratar más, es conocer mejor a nuestra gente.

Durante mucho tiempo, el éxito en Recursos Humanos se medía por la rapidez en cubrir vacantes o la cantidad de contrataciones. Hoy, el verdadero diferencial está en comprender profundamente a quienes ya forman parte de la organización y potenciar su talento.

En un mundo híbrido, digital y dinámico, las empresas que realmente marcan la diferencia son las que transforman datos en decisiones humanas. No se trata solo de procesos o tecnología, sino de entender qué mueve, motiva y retiene a las personas.

People Analytics, trabajo híbrido, bienestar integral y employee experience ya no son tendencias: son las nuevas reglas del juego.

En mi experiencia liderando equipos de Recursos Humanos, comprobé que los grandes cambios muchas veces comienzan con pequeños hallazgos:

 🔹 Detectar un patrón en la rotación de un equipo
 
🔹 Identificar perfiles que necesitan planes de desarrollo distintos
 
🔹 Ajustar la comunicación interna
 
🔹
Incorporar acciones de bienestar físico y emocional

Pequeñas acciones que transforman la cultura y la experiencia del empleado.

La nueva frontera de HR combina datos y sensibilidad humana para anticipar necesidades, retener talento y construir culturas donde la gente quiera quedarse.

¿Y vos, qué hallazgo reciente te ayudó a conocer mejor a tu gente?



Publicado el 5/8/2025 en LinkedIn y en este espacio con expresa autorización de la autora.


jueves, 24 de julio de 2025

EL LIDERAZGO CADA DÍA NECESITA MÁS DE UN INGREDIENTE VITAL: MADUREZ EMOCIONAL

 


Por Fabián Girart. Girart Coaching & Consulting - Atracción de Talento I Desarrollo de Talento I Coach Organizacional ICF | Liderazgo I Consultor & Founder | HR Sr Director Latam

La madurez emocional como competencia esencial

Por estos días, la inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad fundamental para los líderes en las organizaciones. La capacidad de gestionar las propias emociones y comprender las de los demás es crucial para combatir el comportamiento tóxico en el lugar de trabajo, que sigue siendo un factor significativo en la insatisfacción y el agotamiento de los colaboradores.

El algoritmo del liderazgo: planificar, ejecutar, verificar y ajustar

Los líderes efectivos no solo planifican y ejecutan estrategias, sino que también incorporan etapas de verificación y ajuste. Este ciclo metódico permite generar confianza en los equipos, aumentar la productividad y tomar decisiones de mayor calidad.

Utilizar la neurociencia para liderar equipos

El liderazgo actual reconoce que los equipos están compuestos por individuos con sistemas nerviosos únicos. Al entender los principios básicos de la neurociencia, pueden guiar a sus equipos de manera más efectiva, estableciendo límites saludables, siendo responsables y ofreciendo retroalimentación constructiva.

Empatía táctica y lenguaje resonante

Utilizar la empatía de manera estratégica y emplear un lenguaje que resuene con los equipos son prácticas que fortalecen el compromiso y la conexión entre líderes y empleados. Estas habilidades permiten a los líderes atravesar momentos de incomodidad y conflicto, transformándolos en oportunidades de crecimiento y cohesión.

En resumen, la madurez emocional no es una cualidad opcional, sino una necesidad imperante para los líderes que buscan crear entornos de trabajo saludables, resilientes y productivos en el contexto organizacional de 2025.

 


martes, 22 de julio de 2025

EL AMOR EN LA OFICINA: FANTASÍAS, REALIDADES Y LÍMITES NECESARIOS

 


Por Alejandro Melamed. International Speaker . Disruptive Consultant. Confidential Advisor. | Author | TEDx Speaker

Suena la canción Viva la vida en el Gillette Stadium de Foxborough, Massachusetts. Es el mejor momento del concierto de Coldplay y la kiss cam (cámara del beso) enfoca a una pareja abrazada que disfruta del show. De repente ocurre algo inesperado: al verse expuestos en las pantallas del estadio, el hombre y la mujer se separan de inmediato. El cantante, Chris Martin, parece adivinar lo que sucede y dice: “o están teniendo una aventura o son muy tímidos”.

Ha ocurrido algo un poco más complejo: él es Andy Byron, CEO de la empresa tecnológica Astronomer; ella, Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos de la misma compañía.

 Ambos están casados -no entre ellos, pequeño detalle- y tienen hijos. Que tengan una aventura y sean descubiertos no es el único problema sino también que, al ser compañeros de trabajo, encarnan un conflicto de intereses con todas las letras: sin ir más lejos, fue el propio Andy quien contrató a Kristin en noviembre de 2024 (y la llenó de elogios en redes). Tres días después del espectáculo, Byron presentó su renuncia. Claramente, cantar Viva la vida con su amante en un concierto para 50.000 personas -viralizado en minutos para otros millones de internautas- no fue su mejor decisión estratégica.

Amar y trabajar

 El amor en el entorno laboral es un tema que ha generado, y sigue generando, múltiples conversaciones tanto en las empresas como en el imaginario colectivo. Lo que tiempo atrás se consideraba un asunto prohibido o incómodo, hoy se presenta con múltiples aristas que interpelan a las propias empresas, a sus líderes y a todos sus colaboadores a revisar límites, normas y actitudes.

El desafío es redefinir las fronteras y asumir que donde existe interacción humana sostenida, es natural que surjan vínculos afectivos. Es fácil de entender: muchas veces se pasa más tiempo con una compañero de trabajo que con una pareja estable.

Diversos estudios muestran que más de la mitad de las personas ha tenido alguna experiencia amorosa en su lugar de trabajo. Desde encuentros breves y pasajeros hasta relaciones que se transformaron en parejas estables.

Uno de cada cuatro incluso admite haber vivido situaciones románticas en contextos tan variados como un baño, un pasillo, una reunión fuera de sede, un viaje corporativo o la propia oficina.

En definitiva, el trabajo no es sólo un espacio para producir y cumplir objetivos: también es un lugar donde circulan emociones, se construyen lazos y emergen deseos.

Los distintos ángulos del amor en el trabajo

Para entender a fondo cómo se desarrollan los vínculos afectivos en el entorno laboral, es útil descomponer el fenómeno en varias dimensiones:

· El consentimiento constituye un aspecto fundamental. Si la relación se construye desde la libertad mutua y el respeto, el foco está en cómo gestionar su impacto. Pero cuando hay manipulación, presión o atropello, deja de ser una relación consensuada y se convierte en un acto de acoso o abuso con implicancias éticas y legales muy serias. Las relaciones donde hay una desigualdad jerárquica importante, pueden condicionar la voluntad real de una de las partes y crear situaciones injustas o incómodas.

· El momento en que aparece la relación es un factor relevante: puede comenzar antes del ingreso a la empresa, mientras ambos están trabajando en ella o una vez que alguno ya se ha desvinculado. Cada situación plantea diferentes desafíos, siendo especialmente delicadas aquellas que surgen durante la actividad laboral.

· La naturaleza del vínculo también marca una diferencia importante. Existen relaciones abiertas, reconocidas y duraderas, donde ambas partes y en ocasiones incluso el entorno, están al tanto. En el otro extremo están las relaciones ocultas, clandestinas, sostenidas en la discreción por razones personales, profesionales o por miedo a las consecuencias. Este tipo de vínculo suele implicar un mayor desgaste emocional, riesgo de exposición y complicaciones adicionales, especialmente si alguno de los involucrados ya tiene pareja formal.

·       Finalmente, el nivel jerárquico dentro de la organización es una variable crítica. Un romance entre colegas del mismo rango suele generar menos conflictos que uno entre alguien con poder de decisión y otro en posición subordinada. Cuando hay diferencias de estatus, especialmente en contextos de promociones, aumentos salariales o evaluaciones, puede surgir la sospecha de favoritismo, afectando la credibilidad del sistema y el clima organizacional.

 La atracción en el espacio laboral

No sorprende que muchas relaciones afectivas encuentren su punto de partida en el trabajo. Es allí donde transcurre una parte considerable de nuestras vidas, compartiendo tiempo, desafíos y emociones con compañeros y compañeras. Se construyen vínculos cotidianos a través de proyectos en común, momentos de tensión, metas alcanzadas y dificultades compartidas.

En casi todas las industrias - desde la consultoría a la salud, de los medios hasta el comercio minorista- suele haber gran afinidad entre los integrantes: formación parecida, intereses similares y estilos de vida que convergen. Esta coincidencia facilita la empatía y la conexión, generando lo que se conoce como “efecto espejo”: la tendencia a sentir atracción por quienes nos resultan familiares o parecidos a nosotros.

 Cabe destacar distintas investigaciones coinciden en que cuando una persona se siente emocionalmente bien acompañada en su entorno laboral, mejora su estado de ánimo, su energía y su desempeño. En otras palabras, una relación amorosa dentro del trabajo puede actuar como un motor positivo para ambos involucrados.

 Pero no todo es ideal. La convivencia diaria, la falta de distancia y la imposibilidad de separar lo personal de lo profesional pueden volverse una fuente de tensión, en especial si la pareja atraviesa conflictos o rupturas. La dificultad para establecer límites puede afectar no solo la relación, sino también el ambiente general del equipo.

Las zonas grises y los peligros del romance laboral

Uno de los aspectos más delicados de una relación sentimental en el trabajo aparece cuando esa historia llega a su fin. ¿Cómo se continúa con la rutina diaria cuando hay que seguir compartiendo el mismo espacio físico, asistir a las mismas reuniones o tomar decisiones conjuntas? Si no se gestionan adecuadamente las emociones, pueden aparecer roces, malos entendidos y tensiones que impactan en la dinámica del equipo y afectan el clima.

Otro escenario problemático se da cuando el vínculo no se construye desde el afecto auténtico, sino motivado por algún interés oculto: conseguir una promoción, acceder a datos sensibles o lograr ciertos beneficios. Este tipo de relaciones oportunistas tienden a dañar la credibilidad interna, romper la confianza entre colegas y erosionar los valores de la organización, instalando un ambiente de sospecha y desconfianza.

También hay que considerar los llamados “amores prohibidos”, es decir, aquellos que involucran a personas con compromisos previos, dentro o fuera de la empresa. Estas relaciones, marcadas por la clandestinidad y la doble vida, pueden terminar generando consecuencias inesperadas y a veces graves.

No faltan las anécdotas que parecen sacadas de una ficción, como la del empleado que, camino a un encuentro romántico secreto, conversa animadamente con un taxista sobre su aventura… sin saber que ese conductor es, nada menos, que la pareja oficial de la persona que está por ver. Más allá del humor que pueda generar el caso, estos episodios reflejan que lo emocional no está desligado de lo profesional, y que las decisiones personales pueden tener un fuerte impacto laboral.

El rol de las organizaciones

Ante la posibilidad de relaciones sentimentales dentro del ámbito laboral, las empresas no pueden hacer la vista gorda ni desligarse del tema.

Lo más efectivo es contar con normas claras, pautas de convivencia y protocolos que permitan actuar con anticipación ante posibles conflictos. Algunas empresas ya han dado pasos en este sentido, incorporando políticas específicas que contemplan este tipo de vínculos, promoviendo un entorno de transparencia y definiendo cómo proceder si una relación impacta en la dinámica del equipo o en el desempeño profesional.

También es esencial fomentar la comprensión de los distintos niveles de exposición de la vida personal:

·      Lo íntimo es lo que pertenece exclusivamente a cada individuo

·      Lo privado, aquello que se comparte con un entorno reducido y de confianza

·      Lo público es lo que queda a la vista de todos.

Cuando lo íntimo o lo privado se expone sin cuidado en el espacio público, se vuelve terreno fértil para los malentendidos, las tensiones y el deterioro de la reputación, tanto personal como institucional.

Mente fría, corazón caliente

La recomendación para los involucrados, entonces, no es suprimir la emoción, sino gestionarla inteligentemente. Tener el “corazón caliente pero la mente fría”; no es fácil, pero esencial en estas situaciones.

La fantasía puede ser estimulante, pero llevarla a la práctica sin evaluar las consecuencias puede ser perjudicial tanto para los individuos como para la organización.

Al fin y al cabo, lo que se valora en el ámbito laboral es la integridad, el compromiso y una actitud profesional.

Las relaciones afectivas pueden darse -es natural y humano-, pero requieren ser cuidadas y abordadas con madurez.

El amor en el trabajo existe. Es real. Pero como todo lo que importa en la vida, requiere responsabilidad incondicional. Si no, preguntémosle a Andy Byron y a Kristin Cabot si siguen cantando Viva la vida

 

Publicado en LinkedIn el 22 de  julio de  2025 y en este espacio con expresa autorización del autor.

domingo, 20 de julio de 2025

RECALCULANDO EL VALOR DEL TALENTO

 


Por Guillermo Ceballos Serra

El mundo laboral cambió para siempre y dejó obsoletos los viejos manuales del siglo pasado.


Cada época laboral se sostiene en paradigmas dominantes: marcos de referencia que definen qué se valora, cómo se trabaja y cómo se mide el éxito. Estos paradigmas suelen perdurar mientras el entorno los respalda, pero cuando la realidad cambia y surgen nuevas exigencias —tecnológicas, sociales o económicas— se vuelven insuficientes y terminan por colapsar.

Ese es el punto en el que nos encontramos hoy. La transformación radical del trabajo —acelerada por la digitalización, la globalización y la inteligencia artificial— ha desbordado los límites de los viejos modelos laborales. Sin embargo, muchas organizaciones siguen aferradas a esquemas del siglo pasado, incapaces de cuestionar lo que alguna vez funcionó y de reemplazarlo por marcos que respondan a los desafíos actuales. 


PREMIANDO LO OBSOLETO EN EL SIGLO XXI

El mundo laboral del siglo XXI convive todavía con varios paradigmas heredados del siglo pasado que ya no responden a la realidad actual. Entre ellos, podemos mencionar:

  • La jornada laboral rígida de 8 horas, diseñada para la era industrial, que pierde sentido cuando lo que importa son los resultados y no la cantidad de horas presenciales.
  • La división tajante entre empleados y proveedores, que se desdibuja en un ecosistema laboral de freelancers, consultores y colaboradores por proyecto.
  • La obligación de un puesto físico fijo, cada vez más anacrónica en tiempos de trabajo remoto e híbrido.
Todos estos paradigmas fueron útiles en su momento, pero hoy limitan la capacidad de las organizaciones para adaptarse a entornos dinámicos, globalizados y tecnológicos.

Sin embargo, hay uno que resulta especialmente contradictorio: el premio a la antigüedad como criterio de mejora salarial. Este indicador surgió en el marco del modelo clásico de contratación, consolidado en el siglo pasado con la Administración Científica de Frederick Taylor. Bajo ese esquema, la relación era clara: la empresa contrataba, invertía en capacitación, ofrecía seguridad en el empleo y premiaba la permanencia con incrementos salariales y oportunidades de promoción. Era el modelo del empleo vitalicio en su máxima expresión, donde la experiencia acumulada equivalía a pericia, porque el conocimiento se mantenía vigente durante décadas.

Pero el mundo cambió. La “guerra por el talento” conceptualizada por McKinsey & Company en 1997 introdujo un escenario donde el conocimiento se volvió el recurso estratégico por excelencia. Peter Drucker ya lo había anticipado: “El conocimiento es el recurso económico clave y la única ventaja competitiva sostenible.”

Pero en el siglo XXI, todo conocimiento tiene una fecha de vencimiento cada vez más cercana. Vivimos en entornos VUCA (Volátiles, Inciertos, Complejos y Ambiguos), BANI (Frágiles, Ansiosos, No Lineales e Incomprensibles) y TUNA, (Turbulento, Incierto, Novedoso y Ambiguo) RUPT (Rápido, Impredecible, Paradójico y Entrelazado) o cualquier otro acrónimo de nuestra preferencia, donde lo que sabíamos ayer, que probablemente no alcanzará mañana, describen un entorno dinámico y desafiante donde la capacidad de adaptación y la toma ágil de decisiones son claves para el éxito. 

Como señala Zygmunt Bauman en Tiempos líquidos: “Las formas sociales ya no tienen tiempo suficiente para solidificarse y no pueden servir como marcos de referencia para las acciones humanas ni para la elaboración de proyectos de vida a largo plazo.”

En este contexto, premiar la antigüedad se vuelve paradójico. Mientras la innovación y la actualización constante son el motor de la competitividad, seguimos reconociendo con un plus salarial el mero paso del tiempo. En muchos convenios laborales argentinos esto representa un 1% o 2% adicional anual, que puede convertirse en un 40% más de salario a los 20 años de servicio, aunque las competencias y conocimientos no se hayan renovado.

Premiar la antigüedad en el siglo XXI es tratar a las organizaciones como museos: valorar lo que se conserva en lugar de lo que se transforma.

Actualizar este paradigma —y tantos otros heredados del pasado— no es solo modernizar la gestión: es garantizar la competitividad y la pertinencia del talento en la economía del conocimiento.


LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO Y EL DESAFÍO PERMANENTE

A pesar de estas anclas pretéritas, la economía del conocimiento redefine las reglas. En 2023, Arvind Krishna, CEO de IBM, anunció que la empresa pausaría las contrataciones en roles que pudieran ser reemplazados por inteligencia artificial, estimando que un 30% de los puestos administrativos podrían desaparecer en pocos años. (Bloomberg Línea, 2 de mayo de 2023).

Por su parte, Sam Altman, CEO de OpenAI, predijo: “Pronto veremos empresas de una sola persona valuadas en mil millones de dólares,” gracias al apalancamiento tecnológico y la inteligencia artificial. (Forbes,19 de febrero de 2025).


PERTINENCIA: EL NUEVO VALOR DEL TALENTO

Frente a esta evidencia, el concepto que debería reemplazar a la antigüedad es el de PERTINENCIA.

La pertinencia es la capacidad de una persona para aportar valor efectivo, actualizado y relevante al contexto en el que opera, en función de los desafíos, necesidades y objetivos cambiantes de la organización.

No se trata solo de tener conocimientos, sino de que esos conocimientos:

  • Sean actuales y aplicables a los problemas presentes.
  • Sean adaptables a nuevos escenarios o tecnologías.
  • Generen impacto concreto en los resultados del negocio o en la innovación.

En definitiva, la pertinencia es el ajuste dinámico entre lo que sé, lo que puedo hacer y lo que el entorno necesita en este momento.

Métricas para evaluar la pertinencia del talento en el siglo XXI

  • Conocimientos y competencias adquiridasCantidad de capacitaciones, certificaciones o programas de formación completados por el personal en un período determinado (ej. anual).
  • Habilidades nuevas desarrolladas o fortalecidas: Número de nuevas habilidades técnicas o blandas incorporadas y nivel de dominio alcanzado, medido mediante evaluaciones internas o matrices de habilidades.
  • Impacto en resultados de negocio o indicadores sociales: Contribución del talento a métricas clave del negocio (ej. incremento de productividad, mejoras de calidad, eficiencia en procesos) o a indicadores de impacto social definidos por la organización.
  • Participación en proyectos diversos: Cantidad y variedad de proyectos interdisciplinarios o transversales en los que el talento ha sido asignado, como indicador de adaptabilidad y capacidad de colaboración en múltiples contextos.

UN IMPERATIVO ESTRATÉGICO PARA EL EMPRESARIADO

Para el sector empresario, este cambio de paradigma no es solo una reflexión teórica: es un imperativo estratégico. Las compañías que sigan valorando el tiempo por encima del talento, la permanencia por encima de la actualización, quedarán rápidamente fuera de juego en mercados cada vez más dinámicos y competitivos.

Es momento de repensar no sólo los sistemas de compensación, sino toda la arquitectura organizacional para que incentive el aprendizaje permanente, la movilidad interna y la innovación colaborativa.

El futuro no premiará a quienes duren más tiempo en el cargo, sino a quienes logren mantenerse pertinentes y relevantes en un mundo que cambia todos los días.

Aprender, desaprender y reaprender

En el contexto actual, la clave no es sólo adquirir nuevos conocimientos, sino también desaprender lo que ya no es útil y reaprender lo que se vuelve necesario. Esta capacidad de renovación continua permite a las personas y a las organizaciones mantenerse vigentes en entornos cambiantes, donde lo aprendido ayer puede quedar obsoleto mañana. 

 

DEL MÉRITO DEL PASADO A LA PERTINENCIA DEL PRESENTE

Ha llegado el momento de cambiar los viejos paradigmas. Las empresas que sobrevivan y prosperen en esta era no serán las que premien las momias del pasado y menos aún la permanencia, sino las que sepan identificar, desarrollar y recompensar la pertinencia: la capacidad de cada persona para reinventarse, aprender lo que aún no sabe y aplicar su conocimiento donde más valor genera.

Permanecer no es mérito si no se evoluciona. En un mundo donde el cambio es la única constante, la verdadera lealtad no es hacia la permanencia en un puesto, sino hacia la actualización continua y la capacidad de reinventarse. Este principio aplica a todos los paradigmas mencionados heredados del siglo pasado que hoy deben revisarse para seguir siendo relevantes.

El futuro pertenece a quienes comprenden que el tiempo en la empresa es solo un dato; que el pasado es historia, porque en esta era, quien no cultiva su pertinencia firma su irrelevancia.

DAVE ULRICH: 5 Trends Shaping the Future of HR


En este esclarecedor extracto del podcast Aspire to Inspire, Dave Ulrich y Neil Morrison analizan el futuro de RR. HH. en un mundo cada vez más influenciado por la IA y la analítica. Si bien herramientas de IA como ChatGPT proporcionan información valiosa, Ulrich enfatiza que el toque humano es fundamental para que estos conocimientos sean relevantes para su aplicación en el mundo real. Con ejemplos reales, Ulrich comparte cinco áreas de enfoque esenciales para los líderes de RR. HH. que buscan aportar valor a las partes interesadas.

Conclusiones clave:

💡 Enfoque externo: Enfocar los esfuerzos de RR. HH. en generar valor para todas las partes interesadas, no solo internamente.

💡 Encontrar certeza en la incertidumbre: Construir sobre valores fundamentales que se mantienen estables ante el cambio.

💡 Personalización y gestión de paradojas: Adaptar las estrategias de RR. HH. para satisfacer las necesidades individuales y organizacionales.

💡 IA y analítica: Aprovechar los datos para guiar decisiones impactantes de RR. HH. sin perder el factor humano.

Esta conversación proporciona una hoja de ruta práctica para que los profesionales de RR.HH. naveguen los desafíos y las oportunidades de la IA mientras se mantienen alineados con su propósito principal.

English version

In this enlightening extract of the Aspire to Inspire Podcast, Dave Ulrich and Neil Morrison discuss the future of HR in a world increasingly influenced by AI and analytics. While AI tools like ChatGPT provide valuable information, Ulrich emphasizes that the human touch is critical to making these insights meaningful for real-world application. Drawing from real-life examples, Ulrich shares five essential focus areas for HR leaders looking to bring value to stakeholders.

Key Takeaways:

💡 Outside-In Approach: Focusing HR efforts on delivering value to all stakeholders, not just internally.
💡 Finding Certainty in Uncertainty: Building on core values that remain stable amidst change.
💡 Personalization and Paradox Management: Adapting HR strategies to serve both individual and organizational needs.
💡 AI and Analytics: Leveraging data to guide impactful HR decisions without losing the human element.

This conversation provides a practical roadmap for HR professionals to navigate the challenges and opportunities of AI while staying aligned with their core purpose.

domingo, 6 de julio de 2025

¿CUÁNTO CUESTA UNA SILLA VACÍA?

 


Por Guillermo Ceballos Serra


El impacto real de los errores en reclutamiento

Una empresa es una maquinaria. Y como toda maquinaria, necesita todas sus piezas para funcionar con precisión. Cuando una posición está vacante, algo se detiene. Cada día sin cubrir ese rol se pierde productividad, calidad… y finalmente rentabilidad.

Pero el impacto va más allá: alguien del equipo tiene que "subsidiar" esa ausencia. Toma tareas que no le corresponden, se dispersa, trabaja a medias en lo propio. Lo urgente le gana a lo importante. El resultado: desgaste, frustración y errores que podrían haberse evitado.

Y lo más paradójico: muchas veces no es que no haya talento disponible, sino que lo dejamos pasar por errores evitables en nuestros procesos de reclutamiento.

EL ROL (SUBESTIMADO) DEL RECLUTADOR

En muchas empresas, el área de reclutamiento es vista como "administrativa". Pero en realidad, un buen reclutador es un negociador entre las necesidades del negocio y las posibilidades del mercado.

También es quien debe lidiar con otro gran desafío: la línea. Y la verdad es que la línea, en general, no es experta en entrevistar. Muchas entrevistas terminan siendo charlas de café, donde se elige por simpatía más que por evidencia. ¿No valdría la pena capacitarlos seriamente en esto?

ALGUNOS ERRORES QUE SEGUIMOS REPITIENDO

  • Desperdiciar talento por prejuicios (“está sobrecalificado”).
  • Suponer que los buenos candidatos quieren jubilarse en la empresa.
  • Dejar que el ego impida reincorporar a ex empleados valiosos.
  • Buscar sin saber qué se necesita.
  • Improvisar procesos, estirarlos innecesariamente y no cuidar al candidato.

¿Y SI HACEMOS LAS COSAS DISTINTO?

No hace falta una mega estructura para contratar bien. Hace falta claridad, coherencia y respeto por el proceso. Algunas buenas prácticas:

  • Definir bien el rol y qué se puede aprender en él.
  • Mostrar quiénes somos realmente, con cultura y propósito.
  • Usar los canales correctos, incluyendo referidos y ex empleados.
  • Estructurar entrevistas que evalúen valores y aprendizajes.
  • Cuidar al candidato (¡siempre!).

CONTRATAR NO ES LLENAR UN CASILLERO.

Es sumar una pieza clave a la maquinaria que mueve a toda la organización. Cada incorporación tiene el potencial de multiplicar resultados, destrabar procesos, inspirar equipos. Pero también, si se elige mal o se improvisa, puede frenar el avance, sobrecargar engranajes y desgastar a quienes sí están dando lo mejor.

Cuando cada pieza está en su lugar —por competencias, por actitud, por valores— la empresa no solo funciona: fluye, aprende, crece y se transforma. Porque el verdadero motor de cualquier organización no está en sus sistemas, ni en sus productos. Está en su gente y cada decisión de contratación es una decisión estratégica sobre el futuro.

¿Qué errores de reclutamiento ves con frecuencia?

#Talento #Reclutamiento #RRHH #RecursosHumanos #EmployerBranding #PYME #EstrategiaDeTalento


sábado, 28 de junio de 2025

IN MEMORIAN: FREDERICK W. SMITH (1944–2025) FUNDADOR DE FEDEX

 


Por Guillermo Ceballos Serra

Dos frases para tener siempre presente: "El miedo al fracaso nunca debe ser motivo para no intentar algo" y "Un gerente no es alguien que puede hacer el trabajo mejor que sus hombres; es alguien que puede lograr que sus hombres lo hagan mejor que él".

Esta semana despedimos a Frederick W. Smith, fundador de FedEx y pionero de la logística moderna. Su visión transformó para siempre la manera en que el mundo piensa, se conecta y comercia. Pero más allá del empresario, se va una figura que representó liderazgo con propósito, resiliencia y compromiso con el servicio.

Fred Smith no solo creó una compañía que revolucionó los tiempos de entrega a nivel global, sino que encarnó valores que dejaron una huella profunda en la industria y en las personas que formaron parte de su organización. Su apuesta por la innovación, la excelencia operativa y la confianza como cimientos de una cultura corporativa sólida siguen inspirando a líderes en todo el mundo.

Tuve la oportunidad de acompañar en procesos de coaching ejecutivo a varios líderes de FedEx en las Américas. Esa cercanía me permitió conocer de primera mano cómo los valores promovidos por Smith se viven en la cotidianeidad: desde la humildad en el liderazgo hasta el compromiso inquebrantable con el cliente y la comunidad.

Durante la pandemia, FedEx no solo sostuvo su operación logística en un contexto de altísima complejidad; también jugó un rol preponderante para la humanidad, siendo un canal clave para la distribución de insumos médicos, vacunas y bienes esenciales. Ese esfuerzo colectivo fue posible gracias a una cultura organizacional profundamente arraigada, forjada por décadas bajo la guía de su fundador.

Hoy, el legado de Fred Smith trasciende lo empresarial. Nos recuerda que es posible construir compañías globales sin perder el foco humano, y que el liderazgo genuino se mide tanto por la visión como por los valores que se sostienen en las decisiones difíciles.

Su impacto seguirá presente en cada entrega, en cada líder que forma parte de su legado, y en cada persona que se beneficia de un mundo más conectado.